Naturgy lanza un ‘megaplán’ de 800 millones para conectar a su red más de 350 de plantas de gas renovable
Grupos energéticos y fondos de inversión se han lanzado a una carrera para desplegar cientos de plantas para producir gases renovables en España. El objetivo es que el país entre de lleno -ya llega tarde- a la revolución del biometano, obtenido a partir de biogás mediante el reciclaje de residuos orgánicos y que permite impulsar al descarbonización sustituyendo el consumo de gas natural. Energéticas y firmas financieras tienen en proyecto un aluvión de 685 plantas de generación de biometano por todo el país, que requerirán la movilización de inversiones en torno a 12.000 millones de euros para su puesta en marcha.
El grupo Naturgy es una de las compañías que -como otros gigantes energéticos como Repsol, Cepsa, Redexis o también colosos financieros como Goldman Sachs o Macquarie- pretende construir sus propias plantas de producción de biometano. Pero también quiere jugar un papel fundamental controlando la columna vertebral que hará posible la expansión del biometano en España. Nedgia, filial de Naturgy, gestiona la mayor red de distribución de gas natural del mercado español y ahora quiere aprovechar toda esa infraestructura y desarrollar nuevas comunicaciones para impulsar los gases renovables.
La compañía pretende desplegar nuevas redes para poder conectar cientos de nuevas plantas de generación de biometano, con un plan que contempla inversiones de entre 600 y 800 millones de euros sólo para construir los nuevas tuberías que llegarán hasta las futuras instalaciones de producción de aquí a 2030, según desvela el consejero delegado de Nedgia, Raúl Suárez, en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, en la que confirma su objetivo de seguir siendo líder en el negocio de la distribución gasista nacional.
Enchufar 360 plantas en cinco años
Las redes de Naturgy ya tienen conectadas ocho de las doce plantas de biometano operativas actualmente en España. Es sólo un primerísimo paso, porque Nedgia ya tiene cerrados contratos para que otras 60 plantas viertan su producción a la red (con una producción conjunta al año de 3 teravatios hora, TWh) y mantiene negociaciones con los promotores de otras 80 instalaciones más (que sumarán otros 5 o 6 TWh de generación de gas renovable).
“El biometano ya es presente, el hidrógeno verde aún es futuro. Si queremos meter el segundo gol antes del primero, perderemos el partido de la transición energética”.
Los planes de la compañía pasan por impulsar su expansión al máximo y llegar a 2030 con un total de entre 350 y 360 plantas de biometano conectadas a su enorme red de distribución de gas. Todas estas plantas inyectarán a la red de Nedgia en torno a 20 TWh de biometano al año, con lo que ya se conseguiría el objetivo de producción de todo tipo de biogases marcado por el Gobierno en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para toda esta década. La estimación que maneja Naturgy es que en 2030 habrá operativas en el mercado español «seguro que más de 500 plantas de biometano», de las que cerca del 70% estarían conectadas a su red.
“Esos 20 TWh de producción de biometano representan la mitad de todo el consumo doméstico de gas en España. Con ese biometano podemos descarbonizar en unos años la mitad de todo el consumo de gas de las viviendas de España sin que los consumidores inviertan un solo euro en cambiar los equipos de su casa”, subraya Suárez, en referencia a que tanto las redes de distribución como los equipos domésticos (singularmente calderas) e industriales que hoy utilizan gas natural pueden pasar automáticamente a usar biometano sin necesidad de ninguna adaptación especial y sin tener que hacer inversiones.
El biometano es un biogás obtenido mediante un proceso de descomposición de residuos de la agricultura, ganadería o aguas residuales y al que se somete a un proceso de limpieza para hacerlo compatible con el actual gas natural, con el que se puede mezclar, y con los equipos domésticos e industriales que hoy utilizan gas y también con las redes gasistas actuales. Es pues una producción de energía local, con impacto industrial y de economía circular al reutilizar los residuos orgánicos, y que ayuda a la descarbonización. La proporción de biometano que actualmente circula por las redes de Nedgia es apenas un 1% de todo el gas transportado, y con los planes de sumar 360 plantas se alcanzaría en torno a un 8% de gas verde.
Otra regulación para impulsar el ‘boom’
España va con retraso en el uso del biometano en su parque residencial y en su industria. Aquí sólo están operativas apenas doce plantas de producción de gas renovable, mientras que en Alemania ya funcionan más de 1.100 instalaciones y en Francia, unas 700. “Los casos de Alemania y Francia demuestran que la tecnología de biometano funciona, que ya está desarrollada, y que sus costes pueden ser competitivos”, apunta el CEO de Nedgia. “La expansión depende del grado de impulso que se quiera dar por los reguladores”, advierte.
Según un informe de la Asociación Española del Gas (Sedigás), España tiene un potencial de producción de biometano de 163 TWh al año, con lo que conseguiría cubrir el 50% de toda la demanda española de gas natural (tanto doméstica como industrial) y con lo que se ahorrarían cada año miles de millones de euros a los consumidores en su factura energética por la reducción de compras de gas a países terceros gracias a la producción autóctona de biometano. Se trata del tercer mayor potencial de todos los países europeos, sólo por detrás de Alemania y Francia.
La materialización de todo el potencial nacional de generación de este gas renovable, según las estimaciones de Sedigás en el ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano de España’, conllevaría la puesta en marcha de 2.326 plantas especializadas en toda el país, frente a la docena que actualmente están operativas y los casi 700 proyectos que las compañías tienen en cartera. “España debería haber sido más ambiciosa con los objetivos del PNIEC. La Unión Europea recomienda que el 13% de la demanda de gas en España se cubra con gases renovables, pero con los 20 TWh planteados se cubriría entre un 7 un 8% del consumo nacional de gas”, sentencia Suárez.
Desde Nedgia se reclama abiertamente “eliminar barreras regulatorias” (permitiendo que los distribuidoras puedan acometer directamente las obras de conexión y que no sean los promotores de las plantas las que están obligados a ellos y también que en la legislación se contemple de una vez el flujo inverso –reverse flow- para facilitar la inyección del biometano en la red) y también “incentivar la demanda del gas renovable (estableciendo porcentajes obligatorios de inyección de biometano para mezclarlo con el gas natural, como sucede con los biocombustibles que se mezclan con gasolina y diésel de la automoción). “Eso ayudaría a que el gas que se produce en España se quede en España, lo que sería una ventaja competitiva para nuestra industria y un ahorro para el consumidor”.
Biometano frente a hidrógeno
“La transición energética va a ser un proceso largo y no va a ser barato. Lo largo y costoso que sea va a depender de lo pragmáticos y creíbles que sean los planes que se pretenden desarrollar”, advierte Suárez, para el que lo pragmático y lo creíble en este campo ahora mismo pasa por impulsar una descarbonización de los sectores que van a seguir quemando gas con el uso masivo desde ya del biometano y, sólo dentro de unos años, hacerlo con la esperada revolución del hidrógeno verde (que se produce mediante el uso de electricidad generada con energías renovables).
“Para tener futuro hay que ganar el presente, y el presente hoy se llama biometano. Si impulsamos ahora el biometano, ganamos tiempo para todo el I+D necesario para que el hidrógeno renovable sea el próximo paso, para que su tecnología sea competitiva en costes y en precio. El hidrógeno aún necesita pruebas piloto, desarrollar su tecnología y después desplegarlo a escala industrial. Aún quedan unos cuantos años”, apunta el ejecutivo. “El biometano ya es presente, el hidrógeno verde aún es futuro. Si queremos meter el segundo gol antes del primero, perderemos el partido de la transición energética”.
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Desde Nedgia se entiende que el hidrógeno verde “tiene sentido a medio o largo plazo” y su apuesta pasa por empezar mezclando con el gas natural la producción de las futuras plantas de hidrógeno. Las redes de gas soportan sin apenas realizar inversiones (sólo con algunos ajustes) una mezcla de hasta el 20% de hidrógeno verde sobre el total transportado. “El hidrógeno verde se para a poder usar casi sin necesidad de inversiones en la red. Si esperamos a que haya una infraestructura sólo dedicada al hidrógeno, no se va a desarrollar el sector”.
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