los menores «planearon» el asesinato de su madre y el hermano mayor la agredió sexualmente
ya sabes el condena por el crimen de Castro Urdiales. El Juzgado de Menores de Santander condenó al menor de 15 años a seis años de detención por asesinar a su madre en la casa familiar. Su hermano, de 13 años, también estuvo presente durante el crimen y «actuó de mutuo acuerdo». esto fue impuesto libertad condicional «con contenido educativo por determinar» y tiene prohibido acercarse a menos de 300 metros de su padre materno, de sus abuelos y de su tío.
El hermano mayor fue declarado culpable de asesinato y otro de agresión sexual a su madre, con el agravante de parentesco. El Tribunal impone, según explican a EFE las mismas fuentes, la pena máxima prevista por la ley de menores, cinco años por una infracción grave y uno más por una segunda infracción grave.
Así cometieron el crimen
La madre, Silvia LG, tenía 48 años y trabajaba como cuidadora en el hospital de Cruces (Vizcaya). Según decisión del Juzgado de Menores de Santander, los menores agredieron a su madre alrededor de las 17.30 horas del 7 de febrero. «Actuando de mutuo acuerdo (…) y, como ambos habían previsto previamente, con el objetivo de acabar con la vida de la madre, mientras ella se encontraba “Mientras comía sola en la cocina de casa, de repente se abalanzaron sobre ella”.indica la frase.
Como dice la resolución, los menores Atacaron a su madre con un cuchillo en la cabeza. Le pusieron dos bolsas en la cabeza porque sangraba y le ataron las manos y los pies con cinta aislante. Luego llevaron el cuerpo al garaje, conectado directamente con la casa por unas escaleras, y colocaron a la mujer en el maletero del coche.
Los menores limpiaron el rastro de sangre y dejaron una nota en la cocina con la palabra «ayuda», según la sentencia, en la que se indica que luego intentaron arrancar el coche, pero no pudieron sacarlo del garaje. Lo estrellé contra la puerta del garaje.
La ubicación del cuerpo de la madre.
Su cuerpo fue encontrado la noche del 7 de febrero dentro de la cajuela de su vehículo, que se encontraba estacionado en el garaje de la casa familiar. El cuerpo estaba desnudo, atado, con una bolsa de plástico en la cabeza y varias puñaladas en la cabeza.
El descubrimiento del cuerpo inició la búsqueda de los dos niños, que la pareja había adoptado en Rusia cuando tenían 4 y 2 años. Los menores, de 15 y 13 años, fueron encontrados de madrugada en otra zona de la ciudad cántabra, no lejos de su domicilio. Tras cometer el crimen, los menores se encontraban tomando un refrigerio en un bar, tras llevarse una mochila en la que metieron el teléfono de su madre y su tarjeta de crédito.
Sobre las ocho de la tarde, los menores cogieron el teléfono de su abuela, a quien le dijeron que habían sido secuestrados y quien avisó a la Guardia Civil. Fue la abuela quien informó a las autoridades que sus nietos la habían llamado para decirle que habían sido secuestrados, lo que llevó a la ubicación del cuerpo de Silvia.
La Guardia Civil detuvo a los menores, que fueron confiados al Instituto Cántabro de Servicios Sociales.
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