utiliza un kit para atacar y sabe cómo trabajan los agentes
Analizar otras agresiones sexuales sin resolver cometidas en Asturias, León y Cantabria con un modus operandi y perfil similar. En ese punto se encuentra la investigación de la Policía Nacional para estrechar el cerco sobre el violador de Somió. Las pesquisas la siguen liderando en la Comisaría de El Natahoyo, donde desde hace ya varios días cuentan con el apoyo de la Unidad Central de Atención a la Familia y la Mujer (Ufam), con sede en Madrid. Dicha unidad cuenta con una potente base de datos de agresiones sexuales cometidas por toda la geografía nacional. Además, según fuentes cercanas al caso, el perfil del violador sería del tipo «cazador» y con conocimientos sobre cómo investigan los policías. Este tipo de perfiles, explican estas mismas fuentes, son de alto riesgo y tienen tasas de reincidencia muy altas.
La identificación del hombre que el pasado 30 de octubre abordó a una menor de 17 años en el camino de ls Lirios está siendo compleja. Estas mismas fuentes indican que el varón se tapó el rostro para llevar a cabo el ataque. Usó un pasamontañas embozado. Es decir, un tipo de prenda que cubre todo el rostro salvo los ojos, la nariz y la boca. Utilizó también una cinta con la que llegó a maniatar y amordazar a la víctima. Esta cinta, tras terminar la agresión, se la llevó de la escena del crimen. Este dato es importante para la investigación. Los agentes tienen claro que este agresor no se trata de ningún principiante, sino que tiene «conciencia forense». Es decir, sabe cómo y de qué manera investiga la Policía Nacional este tipo de asuntos. Además, se considera que su modus operandi es de alto riesgo en el sentido de que asumió muchos riesgos para llevar a cabo la violación. Esto se explica por la fecha, la hora y los detalles de la agresión sexual.
Estas mismas fuentes recuerdan que la violación de Somió se produjo hacia las siete de la tarde de un miércoles. Es decir, actuó un día laborable y en horario que es poco frecuente para este tipo de delitos. Estos primeros datos apuntan a que se trata de un violador que en los manuales se describe como de tipo «cazador». Es decir, que sale a cometer las agresiones equipado con materiales para ello. Entre estos materiales se cuentan guantes, bridas, cintas y el ya citado pasamontañas. Esta clase de perfiles tienen una tasa de reincidencia muy alta por lo que el riesgo con ellos es muy elevado. De ahí también que desde el primer momento la Policía Nacional considerara esta investigación como «una prioridad».
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Las pesquisas se siguen realizando en Gijón, pero se cuenta con el apoyo de Madrid. Las labores están ahora centradas en tratar de cotejar otras violaciones sin resolver con un perfil y modus operandi que guarde semejanzas. Se analizan casos en la provincia de León y en Cantabria, pero también otros que se hayan cometido en el Principado. Tengan o no tengan un autor conocido. La base de datos de la UFAM en ese sentido es muy potente. Cuentan con información de todas las comisarías de España sobre agresores y agresiones sexuales especialmente delicadas como la de Somió. En Gijón, aunque se producen delitos sexuales, este tipo de casos son del todo infrecuentes. Lo más habitual es que se produzcan casos donde hay «pseudoconsentimiento».
Las claves
Casos similares. La investigación aún la lleva a cabo la comisaría de Policía Nacional de El Natahoyo pero desde hace días cuenta con el apoyo de la UFAM central, en Madrid. Las investigaciones se centran en estudiar casos similares por la forma de proceder o el perfil del agresor que se han podido cometer en la provincia de León, Cantabria y el resto de Asturias. Las bases de datos de la UFAM son potentes y hay registros de casos de toda España.
Un «cazador». Los datos indican que el violador de Somió encaja en lo que en términos policiales se considera un «cazador». Es decir, este es un tipo de violador que tiene un kit para cometer sus ataques. También consideran que tiene «conciencia forense». Es decir, sabe cómo se investigan este tipo de casos. En el ataque al Camino de los Lirios actuó completamente cubierto por un pasamontañas. Esposó y amordazó a la víctima con cintas que luego tomó del lugar. Se le considera de alto riesgo.
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