Manfred Weber, el enemigo de Von der Leyen que usa Feijóo contra Ribera
¿Qué podía impulsar a Manfred Weber, el presidente del Partido Popular Europeo (PPE), a mantener en vilo tanto a la socialista Teresa Ribera como a la presidenta de la Comisión Europea (CE), la conservadora Ursula von der Leyen? La pregunta ha rodeado estos días a este abanderado del derechismo bávaro, que de pronto avalaba los obstáculos del PP español a que Ribera ocupara la vicepresidencia primera de la CE. Con ello asumía Weber el riesgo de ruptura en la histórica alianza entre conservadores, socialistas y liberales de la que depende su compatriota y también conservadora von der Leyen.
La respuesta inmediata es que Weber busca a toda costa el apoyo de partido de Alberto Núñez Feijóo para ser reelegido como líder del PPE en el congreso que tendrá lugar en abril. Se celebrará en Valencia, el epicentro de la catástrofe cuya responsabilidad política pretende cargar el PP español en Ribera.
Pero incluso con este trasfondo costaba creer que Weber llevara a sus últimas consecuencias el veto del partido de Feijóo a una española para un puesto clave en la CE. De hundirse la aprobación de Ribera, se derrumbaba también la alianza europeísta que sustenta a von der Leyen. Todo podía precipitarse esta semana, salvo que apareciera uno de esos acuerdos típicos de Bruselas para impedirlo. El día clave es el miércoles, en una reunión entre las tres familias del europeísmo que respaldan a von der Leyen.
En busca de otras explicaciones a una sobreactuación que ha dejado atónitos a avezados corresponsales de Bruselas, se barajó un cambio de paradigma en Weber como líder del PPE. Es decir, la siguiente mano tendida al derechismo radical de los Patriotas por Europa, el grupo del húngaro Víktor Orbán, el austriaco Herbert Kickl y la francesa Marine Le Pen, que el pasado fin de semana eligió como presidente a Santiago Abascal. O a los Reformistas y Conservadores de la italiana Giorgia Meloni, más cercano a von der Leyen, pero con menos peso.
A esas conjeturas se sumó el perfil político de Weber, del que destaca un puzzle de resentimientos o batallas perdidas. Su biografía es la de un líder que apuntó a lo más alto, sea en la Unión Cristianosocial de Baviera (CSU), en el bloque conservador alemán o en Bruselas, pero se quedó a medio camino. Entre las figuras relacionadas con sus derrotas está von der Leyen. Y entre sus ‚culpables‘ hay otra mujer, Angela Merkel.
Personaje incómodo
Nacido en 1972 en Niederhatzkofen, una pequeña comunidad de 125 vecinos de Baviera, Weber ha sido un personaje más bien incómodo incluso en su partido de toda la vida, la CSU. Nunca alcanzó su jefatura, puesto que ahora ocupa Markus Söder, tan derechista como él, pero más carismático.
Hizo suya la máxima del fundador de la CSU, Franz Josef Strauss, según la cual a la derecha de su formación no puede haber espacio para otro partido que no se salga de legalidad. Esta posición quedó atrás con la aparición de formaciones ultras, como la de Orbán o Alternativa para Alemania (AfD), más tóxica que el resto de la familia radical europea. Pese a sus rifirrafes con Orbán, se le identifica con la corriente de PPE de quienes cooperan o están dispuestos a hacerlo con los ultras. Algo que en Alemania descartan los conservadores desde tiempos de Merkel.
Entró en la política bávara con 23 años, lleva dos décadas en el Parlamento Europeo y conoce el entramado de poderes y palancas de Estrasburgo. Pero tuvo que encajar en 2019 su mayor frustración a escala europea. Había liderado a los conservadores en las elecciones europeas y les llevó a la victoria. Apuntaba a la presidencia de la CE. Contaba con el apoyo formal de la entonces canciller Merkel. Pero sus aspiraciones se derrumbaron entre los pasillos de Bruselas. París, entre otros, vetó a Weber. Merkel, que en su larga carrera tuvo que soportar muchas hostilidades de la CSU bávara, no insistió. Surgió como de la nada la propuesta von der Leyen, su ministra de Defensa y a la que se había visto incluso como sucesora de Merkel. La presidencia del PPE, a la que llegó Weber en 2022, con Merkel ya retirada, fue un regalo de consolación.
Peligros colaterales para Merz
A menos de 100 días de las elecciones anticipadas alemanas,precipitadas por el colapso de la coalición del canciller Olaf Scholz, lo que menos le convenía a Friedrich Merz era que la emboscada contra Ribera derivara en caos. Para el líder conservador, y según los sondeos el próximo canciller, todo acercamiento a la derecha radical es venenoso. La AfD alemana ocupa la segunda posición en los sondeos. Mientras no se demuestre lo contrario, el conjunto del espectro parlamentario defiende el cordón sanitario contra la AfD.
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A todo esto, entre la derecha moderada alemana se empieza a considerar la necesidad de buscar un relevo a Weber. Si el resultado de los comicios del 23 de febrero es una nueva gran coalición con Merz como canciller, a la dominante familia conservadora alemana no le convienen los rupturismos. El congreso del PPE en Valencia puede no ser un paseo para su presidente.
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