quién, cómo y por qué
El jurado popular encargado de emitir un veredicto sobre los cinco acusados mayores de edad por el crimen de Samuel Luiz enfrentaron ayer su primera jornada completa de deliberación. Frente a ellos, la carpeta con el objeto de veredicto, un documento consensuado por todas las partes implicadas —acusaciones, defensas y la magistrada— para decidir cuál fue la implicación de cada uno de ellos en la paliza que acabó con la vida del joven de Meicende el 3 de julio de 2021.
El veredicto contiene cuestiones generales y que son comunes a todos los acusados, como el tipo de ataque que sufrió Samuel, la causa de su fallecimiento o sus circunstancias familiares y, después, preguntas específicas para cada uno de los acusados, a las que deberán responder ateniéndose a las pruebas mostradas durante el juicio. En estas cuestiones, los miembros del jurado tendrán que contestar sobre la actuación de cada uno de los cinco acusados con el objetivo de decidir cuál fue su participación en los hechos. Medio centenar de preguntas para dilucidar ¿quién hizo qué?, ¿cómo lo hizo? y ¿por qué?
Se les plantean preguntas como cómo se incorporaron al incidente, si su papel fue activo en la paliza mortal o no; qué hicieron cuando aparecieron Ibrahima y Magatte, si creen que los agresores tenían intención de matar o cómo se desvincularon del grupo… De la decisión que tome el jurado popular dependerá, después, la condena que se le imponga a cada uno de los acusados, a los que la Fiscalía pide entre 22 y 27 años de prisión. Por estos mismos hechos, hay ya dos jóvenes —menores en aquel momento— que aceptaron una condena por asesinato en abril de 2022.
«Un homicidio es cuando A mata a B», explicaba el lunes la jueza, antes de la entrega del objeto de veredicto a los miembros del jurado, aunque hacía hincapié también en que, si hay muchas formas de matar, hay también muchas formas de morir. Y ahí radica la importancia de los detalles y la respuesta que den a cada una de las preguntas formuladas, ya que tendrán que decidir si todos los acusados participaron por igual en la agresión o si, por ejemplo, a Catherine Silva y a Alejandro Míguez, que son los únicos que están en libertad, se les considera cómplices en lugar de actores principales —también podrían decir que son no culpables de los delitos que se les imputan—. Otra de las cuestiones a las que se enfrentan es la intención de cada uno de los acusados y ahí la horquilla de las penas se movería entre las lesiones que acaban en un homicidio imprudente —querían hacer daño pero no acabar con la vida de la víctima, aunque el resultado fuese posible—, y el asesinato con agravantes de ensañamiento y alevosía. En medio, otras posibilidades, como la agravante más leve de abuso de superioridad. El jurado tendrá que decidir también si la homofobia jugó algún papel en la muerte de Samuel Luiz, tal y como dicen las acusaciones, en el caso de Catherine Silva y su expareja, Diego Montaña, ya que una amiga de Samuel declaró que él le había llamado «maricón».
En el objeto de veredicto, que guía a los miembros del jurado para ir decidiendo el futuro de cada uno de los acusados, tal y como hay preguntas relacionadas con los agravantes, las hay también con los atenuantes que presentan las defensas. Diego Montaña alega que había bebido, y Alejandro Freire, que tiene un trastorno mixto de la personalidad e hiperactividad y que consumido drogas y alcohol, por lo que sus capacidades estaban mermadas ese día.
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Los miembros del jurado estarán incomunicados hasta que alcancen un veredicto razonado que sea admitido por la magistrada —en caso de que considere que no está bien fundamentado, podría devolvérselo para que sigan deliberando— y, después, será ella la que imponga las condenas. Al cierre de esta edición, el jurado seguía deliberando.
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