Elon Musk detalla sus planes para el despido «masivo» de funcionarios en Estados Unidos
El magnate tecnológico Elon Musk se prepara para ejecutar un drástico adelgazamiento de la administración pública en Estados Unidos. Elegido por Donald Trump, el hombre más rico del mundo asesorará a la Casa Blanca con la misión de recortar «miles» de normativas federales y llevar a cabo despidos «masivos» de funcionarios, según ha explicado en un largo artículo publicado en The Wall Street Journal.
A partir de enero, Musk y el también multimillonario Vivek Ramaswamy liderarán un nuevo organismo apodado como Departamento de Eficiencia Gubernamental con el que pretenden «reducir el tamaño del Gobierno federal». En el artículo, ambos explican que prestarán sus servicios a la administración Trump «como voluntarios externos» y que ficharán a un «equipo reducido» para cerrar todo tipo de agencias federales y recortar miles de millones de los presupuestos públicos.
Musk y Ramaswamy explican que tratarán de reducir los organismos públicos que velan por el cumplimiento de todo tipo de regulaciones al «número mínimo de empleados necesarios (…) para que pueda desempeñar sus funciones constitucionalmente permisibles y estatutariamente obligatorias».
Para ello se apoyarán en dos casos recientes en los que el Tribunal Supremo, controlado por los jueces conservadores, tumbó decisiones de la Agencia de Protección Medioambiental y modificó una doctrina legal para limitar la fuerza reguladora de la administración pública. «DOGE presentará esta lista de regulaciones al presidente Trump, quien puede, mediante una orden ejecutiva, pausar inmediatamente su aplicación e iniciar el proceso de revisión y anulación», explican. «Esto liberaría a individuos y empresas de regulaciones ilícitas nunca aprobadas por el Congreso y estimularía la economía estadounidense».
¿Adiós al teletrabajo?
Los elegidos por Trump sugieren que acabarán con el telebtrabajo, un movimiento que podría llevar a los funcionarios a dimitir voluntariamente. «Si los empleados federales no quieren aparecer, los contribuyentes estadounidenses no deberían pagarles por el privilegio de la era Covid de quedarse en casa», explican en su artículo.
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Musk y Ramaswamy también enumeran algunos gastos públicos que podrían reducir o dilapidar. Por ejemplo, los 1.500 millones de dólares que el Gobierno destina a «subvencionar organizaciones internacionales» o los 535 millones anuales con los que desde 1967 se financia la Corporación para la Radiodifusión Pública.
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