Kurdistán: El PKK escenifica una entrega de armas simbólica en su primer paso para el fin de su lucha armada
La guerrilla kurdoturca del PKK, en guerra contra Turquía desde la década de los ochenta, ha celebrado este viernes el primer gran paso para terminar con sus más de cuatro décadas de conflicto armado con la entrega y destrucción de varias decenas de armas por parte de sus milicianos.
Este paso -simbólico, con cerca de 40 milicianos entregando sus armamentos- está considerado como un punto clave en el proceso de paz entre la guerrilla y el Estado turco, empezado este invierno: en febrero, el líder del PKK, el encarcelado Abdullah Öcalan, pidió al grupo el fin de la lucha armada y la disolución total de la guerrilla.
Archivo: banderas con la imagen del líder encarcelado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el logotipo del grupo kurdo durante una protesta en Diyarbakir, Türkiye (Archivo) / Bilal Seckin/SOPA Images via ZUM / DPA – Archivo
El conflicto, uno de los más largos de Oriente Próximo, ha causado la muerte de más de 40.000 personas, tanto a manos del PKK como del Ejército turco. «Como muestra de buena voluntad y determinación para el éxito del proceso de paz y con el objetivo de continuar nuestra lucha por la libertad, destruimos nuestras armas en nuestra libre voluntad. Esperamos que este paso que hemos dado traiga paz y libertad a todo nuestro pueblo, especialmente a las mujeres y los jóvenes, a los pueblos de Turquía y Oriente Próximo, y a toda la humanidad», ha dicho el PKK en un comunicado publicado durante la ceremonia de entrega de armas, realizada ante un contingente de 150 personas, entre representantes turcos y políticos iraquís. Los periodistas han sido mantenidos a varios cientos de metros del acto. La entrega no ha sido emitida en directo por «cuestiones de seguridad».
Este proceso de paz, con sus luces, está sin embargo plagado de sombras: ni el Gobierno, ni la guerrilla ni el partido prokurdo turco, el DEM, han mencionado en ninguna ocasión qué es lo que se está negociando y si el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, está dispuesto a hacer concesiones administrativas, culturales y lingüísticas a la minoría kurda de Turquía, que representa cerca del 25%-30% del total de población del país anatolio.
Hay más: los líderes históricos del DEM y cientos de sus miembros se encuentran ahora mismo en la cárcel en Turquía, acusados —en algunos casos ilícitamente, según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH)— de ser miembros del PKK o de realizar propaganda del grupo. El caso más importante es el de Selahattin Demirtas, antes secretario general del partido que ahora es DEM y encerrado en una prisión de alta seguridad turca desde 2016.
Negociación o rendición
El Gobierno de Erdogan, de hecho, ha presentado todo este proceso de paz no como un proceso de negociación sino, más bien, una rendición por parte del grupo, y mientras ha avanzado en este final del conflicto con el PKK ha lanzado una ola de represión y detenciones contra el principal partido de la oposición turca, el Partido Republicano del Pueblo (CHP, en sus siglas en turco).
“La fase de la lucha armada ha terminado. Esto no es una pérdida, sino una ganancia histórica. Ahora, esta lucha armada debe ser voluntariamente sustituida por una fase de políticas democráticas y derecho”, dijo esta semana, en su primer discurso en vídeo en décadas, el encarcelado Öcalan, encerrado en una isla del mar de Mármara, a las afueras de Estambul, desde su detención en 1999.
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