El Gobierno congoleño y el M23 firman una declaración para poner fin al conflicto en el este de RDC
El Gobierno de República Democrática del Congo y las milicias del Movimiento 23 de Marzo (M23) han firmado este sábado una declaración de principios que contempla como punto de partida un alto el fuego del conflicto en el este del país africano, escenario de meses de combates que han provocado constantes éxodos en la población y un número de víctimas todavía imposible de determinar con exactitud.
El texto ha sido firmado tras varias semanas de negociaciones en la capital de Qatar, Doha, en lo que se trata del segundo documento formal firmado entre ambas partes, tras la declaración conjunta del 22 de abril en la que Kinshasa y la las milicias, junto a su brazo político, la Alianza del Río Congo (AFC), se comprometieron a «trabajar para la conclusión de una tregua».
Las líneas generales del acuerdo comprenden «el respeto a un alto el fuego permanente» en la zona, «incluido el cese de los ataques por aire, tierra, mar o lagos, el fin de toda propaganda de odio y la prohibición de tomar posiciones por la fuerza«.
Participación de la organizaciones internacionales
Además, estipula la creación de un mecanismo de verificación del alto el fuego en el que participen la misión de paz de la ONU en el país, la MONUSCO, así como «medidas para el fomento de la confianza, incluido el establecimiento de un mecanismo, facilitado por el Comité Internacional de la Cruz Roja, «para organizar la liberación de detenidos de interés».
De igual modo, estipula una «hoja de ruta» para «restablecer la autoridad estatal en el este de la República Democrática del Congo, que se especificará en el próximo acuerdo de paz», así como el «compromiso con el retorno voluntario y digno de las personas refugiadas y desplazadas internas, en coordinación con los países de acogida y la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR).
En una primera reacción a la firma del acuerdo, el portavoz del Gobierno congoleño, Patrick Muayaya, ha ido más allá al asegurar que la declaración «tiene en cuenta las líneas rojas que siempre hemos defendido, incluida la retirada innegociable de la AFC/M23 de las partes ocupadas, seguida del despliegue de nuestras instituciones» en estas zonas, empezando por las respectivas capitales de las provincias de Kivu Norte y Kivu Sur, Goma y Bukavu, desde hace meses bajo control de las milicias.
El M23 no acepta la retirada de las zonas ocupadas
El M23, cabe decir, nunca ha declarado explícitamente hasta el momento su intención de abandonar las poblaciones que está ocupando, y justo a las pocas horas de la firma ya ha comenzado a condenar las palabras del portavoz de Gobierno sobre esta supuesta retirada, en una prueba del largo camino que tienen que recorrer los mediadores en su búsqueda de un acuerdo de paz definitivo.
El acuerdo preliminar, por ahora, solo recoge que las «partes reconocen que el pleno restablecimiento de la autoridad del Estado en todo el territorio nacional constituye un elemento clave del acuerdo de paz, que incluirá las modalidades y el proceso de dicha restauración». De hecho, el líder político del M23, Bertrand Bisimwa, ha publicado una puntualización en su cuenta de X al indicar que «no se trata de una retirada», sino del comienzo de una negociación sobre «mecanismos de empoderamiento del Estado, que le permitan asumir sus prerrogativas y obligaciones», sin dar más detalles.
El portavoz de la AFC, Lawrence Kanyuka, se ha mostrado de la misma opinión y ha acusado al «régimen de Kinshasa» de «violar el espíritu de la declaración de principios mediante una campaña de desinformación nada más estampar la firma». «En ningún momento se ha pedido a las AFC/M23 que se retiraran de las zonas liberadas. La cláusula estipula el ‘restablecimiento de la autoridad estatal en todo el territorio nacional’, reconociendo así implícitamente la ausencia de autoridad estatal en las zonas controladas por el régimen de Kinshasa», ha protestado Kanyuka.
Para otra muestra, Naciones Unidas informó ayer mismo de que todavía prosiguen los combates entre las milicias y otro destacado grupo armado, esta vez afin al Ejército congoleño, los llamados Wazalendo.
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