Los rumores de una rebelión interna contra Starmer sacuden al Gobierno británico a las puertas de los presupuestos
El liderazgo del primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, vuelve a estar en entredicho a menos de dos semanas de la presentación de los presupuestos. Los rumores de una posible rebelión interna en el Partido Laborista han ido en aumento en las últimas horas y han evidenciado la guerra fratricida abierta en la formación en vista de los malos pronósticos electorales. Starmer ha tratado de detener el desafío a su liderazgo, orquestado presuntamente por el ministro de Sanidad, Wes Streeting, y ha dejado claro que no tiene intención de dejar el cargo a pesar del creciente malestar en sus filas por el rumbo que está tomando su Gobierno.
[–>[–>[–>La crisis interna estalló este martes por la noche, cuando el diario The Guardian adelantaba que Downing Street se estaba preparando para contrarrestar una posible rebelión interna impulsada por Streeting y cerca de 50 diputados laboristas tras la presentación de los presupuestos, prevista para el 26 de noviembre. Los diputados díscolos han mostrado su preocupación por la previsible subida de impuestos y por el auge del partido de derecha populista Reform UK, el cual se sitúa primero en las encuestas con una cómoda ventaja frente al Partido Laborista.
[–> [–>[–>En un movimiento poco habitual, los aliados de Starmer han tratado de coger las riendas del discurso y se han adelantado a esta posible rebelión, recalcando que el primer ministro luchará para mantener su cargo, ya sea tras la presentación de los presupuestos o tras las elecciones locales y regionales del próximo mayo, consideradas como su auténtica prueba de fuego. Hacer lo contrario, aseguran, sería «imprudente» y «peligroso» y desestabilizaría no sólo al partido, sino también a los mercados y a las relaciones internacionales del país en un momento de máxima tensión en el escenario global.
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La maniobra de Downing Street parece haber cogido por sorpresa a Streeting, quien se ha apresurado a negar cualquier intento de rebelión. «Apoyo al primer ministro. Lo he hecho desde que fue elegido líder del Partido Laborista. No voté por él en las primarias del partido, pero lo apoyé desde el momento en que fue elegido y lo he apoyado en todo momento, incluso cuando hizo cosas que nadie creía posibles», ha asegurado este miércoles en una entrevista a Sky News.
[–>[–>[–>Guerra interna
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El ministro de Sanidad ha descartado la posibilidad de desafiar el liderazgo de Starmer, pero los rumores sobre su voluntad de hacerlo han evidenciado la guerra interna abierta en el partido. El propio Streeting ha cargado contra los aliados de Starmer en Downing Street, a los que ha acusado de tratar de debilitarlo políticamente. «Creo que intentar socavar a uno de los miembros de tu propio equipo cuando está ahí fuera, no solo defendiendo los intereses del Gobierno, sino también llevando a cabo el cambio que prometimos, es un comportamiento contraproducente y autodestructivo», ha recalcado.
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Por ahora la posibilidad de que prosperen los intentos de echar a Starmer son reducidas, ya que al menos 81 diputados del partido —cerca de un 20% del total— tendrían que apoyarla. El primer ministro ya logró calmar a los suyos en el congreso anual de la formación a finales de septiembre con un discurso duro contra la derecha populista, pero las dificultades para enderezar la economía y la posibilidad de que se anuncie un aumento de impuestos sobre las clases trabajadoras en el próximo presupuesto (incumpliendo una de las principales promesas de campaña) han provocado nerviosismo en una parte de la bancada laborista, que ve peligrar sus asientos en las próximas elecciones generales. Starmer ha salvado por ahora los muebles, pero su continuidad en el cargo está más en entredicho que nunca.
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