Según el estudio, la obesidad es un factor principal en el aumento de la hipertensión infantil: casi el 19% de los niños y adolescentes obesos tienen hipertensión, en comparación con menos del 3% de los niños y adolescentes con un peso saludable.

«Este aumento en los últimos 20 años debería alertar a los profesionales de la salud y a los cuidadores», afirmó el autor del estudio, Igor Rudan, director del Centro de Investigación en Salud Global del Instituto Usher de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido). «Pero la buena noticia es que ahora podemos tomar medidas, como mejorar las pruebas de detección y la prevención, para ayudar a controlar la hipertensión en los niños y reducir el riesgo de complicaciones de salud adicionales en el futuro».

El metanálisis examinó datos de 96 estudios que involucraron a más de 443.000 niños en 21 países.y los investigadores comprobaron que la forma en que se mide la presión arterial en niños y adolescentes puede afectar las estimaciones de prevalencia, que van desde el 4,3% cuando la hipertensión se confirma durante al menos tres visitas presenciales, hasta el 6,7% si se incluyen evaluaciones fuera de la visita.

Las investigaciones destacan, por ejemplo, que la hipertensión enmascarada, en la que la presión arterial alta no se detecta durante los controles de rutina, afecta a casi el 9,2% de los niños y adolescentes en todo el mundo, lo que indica un posible infradiagnóstico. Asimismo, la prevalencia de hipertensión de bata blanca (una afección en la que la presión arterial de una persona se eleva sólo en un entorno médico, como el consultorio de un médico, pero es normal en casa o cuando se mide con un monitor de presión arterial en el hogar) se ha estimado en 5,2%, lo que sugiere que una proporción significativa de niños puede ser diagnosticada erróneamente.

Error de diagnóstico

«La hipertensión infantil es más común de lo que se pensaba anteriormente, y confiar únicamente en las mediciones tradicionales de la presión arterial en el consultorio probablemente subestime la prevalencia real o conduzca a un diagnóstico erróneo de hipertensión en niños y adolescentes». La detección temprana y un mejor acceso a opciones de prevención y tratamiento son más importantes que nunca para identificar a los niños que tienen o están en riesgo de desarrollar hipertensión. Abordar la hipertensión infantil es clave para prevenir futuras complicaciones de salud durante la transición a la edad adulta”, afirma Peige Song, autora del estudio y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang, China.

El informe sugiere que los niños y adolescentes obesos tienen un riesgo casi ocho veces mayor de desarrollar presión arterial alta; Alrededor del 19% de los niños obesos la padecen, frente al 2,4% de los niños y adolescentes con peso saludable.

El estudio también sugiere que un 8,2% adicional de niños y adolescentes tienen prehipertensión, lo que significa que su presión arterial es más alta de lo normal pero aún no cumple los criterios para un diagnóstico de hipertensión. La prehipertensión es particularmente común en la adolescencia, con tasas que alcanzan aproximadamente el 11,8% entre los adolescentes, en comparación con aproximadamente el 7% entre los niños pequeños.

Los niveles de presión arterial también tienden a aumentar bruscamente durante la adolescencia temprana, alcanzando su punto máximo alrededor de los 14 años, especialmente en los niños. Esta tendencia resalta la importancia de controlar periódicamente la presión arterial durante estos años cruciales. Los niños y adolescentes con prehipertensión tienen más probabilidades de desarrollar hipertensión.

En un comentario relacionado, el autor principal Rahul Chanchlani de la Universidad McMaster en Canadá, que no participó en el estudio, dice: «El desafío es claro: garantizar que ningún caso de hipertensión infantil pase desapercibido, no reconocido o no tratado». »