¿Es bueno entrenar todos los días? Sergio Recuero, Licenciado en Ciencias del Deporte, responde y da las claves para optimizar el rendimiento



Hay gente que insiste no te saltes ni un solo día de entrenamiento. A veces incluso van al gimnasio sin ganas, con el cuerpo rígido o la cabeza embotada, convencidos de que detenerse es sinónimo de retroceder. Esta terquedad suele disfrazarse de disciplina, aunque a menudo es la primer paso hacia la fatiga y el estancamiento.
Sergio Recuero del ÁlamoLicenciada en CAFYD y Fisioterapia y profesora de la Universidad Europea de Madrid, explica que la el equilibrio entre esfuerzo y descanso es lo que realmente mantiene el progreso. Añade que «el cuerpo necesita tiempo para recuperarse» y recuerda que incluso los deportistas de élite «también tienen días de recuperación obligatorios».


El cuerpo necesita tiempo para recuperarse.
¿Es bueno hacer ejercicio todos los días?
Llevar al cuerpo más allá de sus límites no mejora el rendimiento, lo detiene. Entrenar sin descanso continuo aumenta los niveles de estrés fisiológico y evita que los tejidos se reparen a sí mismos. Esta tensión sostenida acaba alterando el sistema nervioso y hormonal.
El especialista destaca que “La acumulación continua de carga sin permitir que los tejidos y el sistema nervioso se regeneren conduce a un estado de estrés crónico.«. Esto puede provocar lesiones, pérdida de fuerza y alteraciones metabólicas. En otras palabras, entrenar sin hacer descansos es negativo.
De esta manera, el el descanso se convierte en una herramienta de mejora. Gracias a esta pausa planificada, el cuerpo asimila el trabajo anterior y se listo para rendir más en la próxima sesión.


Mantener el movimiento diario es la base de una vida saludable.
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Señales que te indican que es hora de parar
Cuando el entrenamiento supera la capacidad de recuperación, el cuerpo comienza a presentar desequilibrios. La coordinación se vuelve imprecisa, el descanso deja de ser reparador y el estado de ánimo se deteriora sin motivo aparente. Son manifestaciones que advierten que el Se rompe el equilibrio entre esfuerzo y descanso..
Recuero indica que “la torpeza motriz, el cansancio constante, el insomnio o el mal humor son señales de que el el cuerpo necesita reducir la carga de entrenamiento«. También comenta que la irritabilidad sin motivo o la sensación de pesadez son pistas de que el cuerpo está saturado.
La detección oportuna de estas advertencias permite Ajustar la rutina antes de lesionarse.. Observar tu propio estado con la misma atención que los resultados te permite mantener el progreso sin poner en peligro tu salud.
El entrenamiento alternativo te permite progresar
Hacer lo mismo todos los días no garantiza resultados. De lo contrario, Repetir los mismos ejercicios sobrecarga los mismos grupos de músculos y ralentiza el progreso.. La clave es modificar el estímulo sin perder su estructura ni su finalidad.
El experto explica que «los estímulos variados mejoran las capacidades físicas generales y facilitan la recuperación, siempre en el marco de un plan estructurado». Recuerda también que alternar fuerza, resistencia y movilidad es más efectivo en lugar de centrarse en un solo tipo de trabajo.
ENTONCES, Cuando un sistema se recupera, otro se fortalece. De este equilibrio surge una mejora completa, más duradera y con menos riesgo de lesiones.
La frecuencia ideal depende de cada persona
No todo el mundo debería hacer ejercicio a diario, pero Sí, es recomendable mantenerse activo todos los días.. La diferencia está en el intensidad. Los días de descanso después del entrenamiento pueden incluir movimientos ligeros, como caminar, estirarse o realizar tareas cotidianas que mantengan el cuerpo funcionando.
Recuero afirma que “una persona puede entrenar todos los días si la dosis y el objetivo varíanEn definitiva, si se individualiza y se adapta”. Añade que lo que da resultados no es entrenar mucho, sino hacerlo con regularidad. consistente y coherentemente con los objetivos.
Por lo tanto, un La semana equilibrada alterna sesiones exigentes, actividades suaves y momentos de recuperación. Esta variedad permite avanzar sin agotar el cuerpo y sin romper la regularidad.


Cambiar la carga de trabajo y alternar fuerza, resistencia y movilidad permite que determinadas zonas se recuperen mientras otras se fortalecen.
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Los viajes diarios son una necesidad, no una opción
Él los humanos estamos diseñados para movernospara no pasar el día sentado. Moverse no significa entrenar con intensidad, sino mantener el cuerpo en acción con acciones diarias que estimulan la circulación, los músculos y las articulaciones.
El profesor recuerda que “Todo el mundo debería moverse y realizar actividad física todos los días a lo largo de su vida.«. También insiste en que peligroso es la inactividad prolongadamás que la falta de entrenamiento intenso.
Caminar, subir escaleras o cargar bolsas forman parte de este movimiento diario que garantiza una buena salud. Eso la base hace que cualquier tipo de entrenamiento posterior sea más efectivo y menos dañino.
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