MADRID 8 dic. (EUROPA PRESS) –

El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, confirmó este lunes la liberación de un centenar de los escolares secuestrados el 21 de noviembre en el oeste del país.

Un total de 303 estudiantes y 12 profesores fueron secuestrados ese día tras un ataque de hombres armados a la escuela católica St. Mary en la remota ciudad de Papiri. A las 24 horas del ataque, cincuenta estudiantes lograron escapar y se reunieron con sus familias.

Los cien estudiantes fueron liberados este domingo y fueron recibidos esta tarde por las autoridades, encabezadas por el gobernador del estado de Níger, Umar Bago, una vez superados los primeros exámenes médicos y atención psicológica.

«Me han informado del regreso sano y salvo de cien estudiantes de una escuela católica en el estado de Níger. Me alegro por el gobernador Umar Bago y felicito a nuestras agencias de seguridad por su firme trabajo para garantizar el regreso seguro de los estudiantes a sus familias», anunció el presidente en su cuenta de la red social X.

Tinubu no ha dado detalles sobre las circunstancias de la liberación de los estudiantes, víctimas de uno de los peores secuestros de la historia reciente de un país donde los «bandidos», como se les conoce coloquialmente, llevan años sembrando el terror entre las comunidades del norte y del oeste.

«Mi directiva para nuestras fuerzas de seguridad sigue siendo que todos los estudiantes y otros nigerianos secuestrados en todo el país deben ser rescatados y devueltos a sus hogares sanos y salvos. Debemos rendir cuentas del paradero de todas las víctimas. El Gobierno federal seguirá trabajando con el estado de Níger y otros estados para proteger nuestras escuelas y hacer que el entorno de aprendizaje sea más seguro y propicio para nuestros jóvenes», dijo el presidente.

Tinubu acabó pidiendo medidas preventivas. «Nuestras agencias de seguridad, en colaboración con los gobernadores, deben impedir futuros secuestros» porque «nuestros niños ya no deberían ser presa fácil de terroristas despiadados que intentan perturbar su educación y someterlos a ellos y a sus padres a un trauma indescriptible».