Alcaraz sucumbe ante Zverev y queda al borde de la eliminación en las ATP Finals
Un muro de casi dos metros de altura, llamado Alexander Zverev, se levantó frente a Carlos Alcaraz y le empujó hacia el precipicio de la eliminación en las ATP Finals. Todavía se sostiene el murciano en el torneo, a la espera de que en el Ruud-Rublev de esta noche (20.30 horas) se dé la carambola que necesita para seguir vivo en el torneo. Necesita Alcaraz que Rublev gane el partido en dos sets y que, en el triple empate, con el ruso y el noruego le beneficie el porcentaje de juegos ganados. Una victoria de Rublev en tres sets o una de Ruud, sea en dos o en tres sets, le mandarían para casa. Difícil, pero aún posible, que este sábado juegue la semifinal contra el líder del ranking mundial, Jannik Sinner.
La derrota contra Sasha Zverev en dos sets (7-6 y 6-4) le condena a pasar la noche del viernes con la calculadora en la mano, pero lo hace sobre todo la del lunes ante Ruud. Aquella, muy influida por el resfriado que ha estado limitando a Alcaraz, fue la gran sorpresa. Lo que ocurrió este viernes, sin embargo, se enmarca dentro de la normalidad de una superficie que no es la suya (dura indoor) y ante un rival que llegaba a Turín en un estado de formal sensacional, con el título de París-Bercy aún vívido en su retina. Taylor Fritz será, en semifinales, su próximo rival.
Zverev, inabarcable
Llegaba a esta tercera estación Alcaraz consciente de la solidez que había mostrado durante la semana Zverev. No es que no hubiese cedido un solo servicio ante Rublev y Ruud, es que el alemán ni siquiera les había concedido una mísera oportunidad de lograrlo. Un dominio imperial en su servicio al que el número 2 del mundo dio continuidad frente al tenista murciano, al que apretó en sus dos primeros saques. Alcaraz salvó in extremis la angustia, levantando siete bolas de ‘break’ en esos dos servicios iniciales.
La dinámica era clara: Zverev, gracias a su derecha, se anotaba con facilidad la mayoría de sus servicios, mientras que Alcaraz tenía que madurarlos mucho más para seguirle el ritmo. El ‘tie break’ era, sin duda, mejor noticia para el español que para un alemán que sacaba un gran rendimiento de sus primeros saques. En el desempate, Alcaraz le dio la vuelta a dos servicios malogrados, pero acabó hincando la rodilla ante su oponente (7-5), que al anotarse un set ya se garantizaba el billete a semifinales, pasara lo que pasara después.
‘Break’ para empezar el segundo set
Zverev aprovechó la inercia positiva para arrancar la segunda manga birlándole el servicio a Alcaraz, obligándole a remar contracorriente en lo que quedaba de partido. Parecía inabarcable el alemán, apoyado en la fiabilidad de su servicio en la potencia de su derecha. Un tótem al que el español, lejos de su estado físico óptimo, era incapaz de atenazar.
Logró, en el quinto juego, arrancarle a Zverev dos bolas de ‘break’, pero con ese mínimo consuelo se tuvo que conformar, pues en el resto de servicios no le dio la más mínima opción a Alcaraz. El alemán salvó las dos primeras amenazas que padeció en todo el torneo y puso la directa hacia el triunfo final.
[–>
Poco puede reprocharse el murciano, que buscó en su arsenal de trucos todo lo que tenía para tratar de darle la vuelta al partido. Pero Zverev estaba absolutamente pletórico y no iba a dejar que se le escapara una victoria que le lleva a semifinales y que deja a Alcaraz cruzando los dedos para que la carambola que necesita en el Ruud-Rublev se produzca.
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí