Argentina acelera su desinflación: el IPC anual cae del 190% al 25% con la gestión de Milei
Javier Milei ha vivido un mes de noviembre muy relevante a nivel internacional. Primero fue su visita a Estados Unidos, donde participó en la ceremonia que sirvió de celebración de la victoria de Donald J. Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses. Milei compartió protagonismo con el magnate empresarial Elon Musk, responsable de Tesla, SpaceX y de simplificación y desregulación.
La visita a Estados Unidos ha servido también para avanzar en la propuesta de Trump de reacomodar los pasivos acumulados por gobiernos anteriores con el Fondo Monetario Internacional. La idea de Milei es contar con el apoyo de Trump a la hora de mejorar las condiciones ofrecidas a Argentina, en el marco de un programa de compra de bonos soberanos que «rescató» al país sudamericano de la quiebra a cambio de suscribir obligaciones por valor de 44 mil millones de dólares.
Luego llegó el momento de Milei en la cumbre del G-20 celebrada en Brasil, encuentro en el que se desmarcó de la Agenda 2030 y defendió sin complejos la adopción de una agenda de capitalismo y libertad económica como la mejor manera de reducir la pobreza y mejorar el desarrollo humano a nivel global. . «No cuenten con nosotros», advirtió el presidente argentino a quienes esperan que su país se sume a la agenda intervencionista defendida por otros líderes como Lula da Silva, el presidente socialista brasileño con quien mantuvo una fría y breve reunión formal de corta duración. .
En medio de estos compromisos, las noticias internas también han dejado noticias alentadoras para su gabinete. Desde el principio se ha demostrado que Fitch revisará al alza la calificación crediticia del país del Cono Sur. La nota pasará de CCC a CC en señal de «mayor confianza en la capacidad de pago de la deuda soberana». El estudio de la agencia. clasificación destaca «la repatriación de capitales favorecida por la amnistía fiscal», que ha movilizado más de 18.000 millones de dólares, y aplaude «la aparición de nuevas vías de atracción de inversión extranjera», aunque destaca la importancia de seguir resolviendo el enredo monetario heredado por el actual gobierno tras la trayectoria de hiperinflación que dejó el peronismo.
Precisamente en materia de inflación, los últimos datos difundidos por el gobierno han dado alas a los más optimistas, ya que el IPC de octubre fue el más bajo desde 2021, con un incremento mensual de precios del 2,7%, lo que se sitúa muy por debajo del crecimiento del 25% que registró el heredó el gobierno actual. JP Morgan cree que, para finales de 2025, el IPC anual habrá descrito un repunte anual del 25%, un avance notable frente al 190% que se estima para los últimos doce meses, en los que se ha comenzado a lograr la ansiada desinflación.
Para contener la inflación, el gobierno ha acumulado Diez meses de superávit presupuestario que se traducen en un saldo positivo equivalente al 0,5% del PIB. Si todo sigue como hasta ahora, 2024 será el primer año en el que Argentina no tenga sus cuentas en números rojos desde 2008. Esta mejora es clave, porque ha ayudado a poner fin a la monetización del déficit vía emisión de divisas, que a su vez ha ayudado «congelar» la masa de pesos en circulación (Anker Point) un paso clave para que la moneda nacional incremente su valor relativo frente al dólar y, de esa manera, facilite un contexto monetario más ordenado.
Paralelamente, el gobierno ha anunciado que quiere facilitar la exploración del Yacimientos de gas y petróleo de Vaca Muertacon el objetivo de generar hasta 30 mil millones de dólares anuales de actividad adicional de esta manera. Este tipo de propuestas están ayudando a apoyar la reducción del riesgo país, que ya ha caído por debajo de los 800 puntos y sitúa la prima de riesgo 1.130 puntos por debajo de los niveles que heredó Milei cuando asumió la presidencia en diciembre pasado.
Los indicadores de actividad muestran que, tras la choque Inducida por las medidas de estabilización y liberalización, que se prolongaron de enero a julio, la economía ya ha recuperado los niveles de actividad a finales de 2023. Así lo vemos en el siguiente gráfico de Ramiro Castiñeira y Econometrica:
Hay, sin embargo, una profunda diferencia entre los niveles de actividad de diciembre de 2023 y los alcanzados en septiembre de 2024. Así, Milei heredó una inflación mayorista del 54%, que ahora es del 2%. Además, el saldo negativo del presupuesto rondaba el 3% del PIB y los niveles de gasto eran artificialmente altos. Por otro lado, el crecimiento que se observa ahora está sustentado en la inversión privada y no tiene distorsiones monetarias ni niveles de precios insostenibles.
Castiñeira ha señalado que, en sólo tres trimestres, «se consiguió el superávit fiscal, el superávit comercial, el superávit energético… Además, se frenó la emisión monetaria a cero, se saneó el balance del Banco Central, se redujo la deuda pública se bajó, se bajó el nivel de riesgo país, se bajó la brecha cambiaria peso/dólar, se eliminaron el impuesto inflacionario y el impuesto PAIS, la inflación pasó del 25% a menos del 3% mensual… En paralelo, comenzaron las reformas estructurales. (Bases Ley, Pacto de Mayo), se creó el ministerio de desregulación que ha desmantelado cientos de regulaciones obsoletas y trabas, etc. Ya se está iniciando la recuperación de la actividad, del crédito a los particulares, de los salarios y de las pensiones, las regulaciones cambiarias desde hace semanas: ahí. Ya no hay control de precios, ni control de importaciones, ni aranceles atrasados. Tampoco hay piquetes sindicales violentos en Buenos Aires y la criminalidad ha disminuido en otras ciudades como Rosario, Argentina. Regresó al mundo, a Occidente, al capitalismo y a la libertad. . Todo en menos de un año. Pero luego dicen que no hay gestión. No hay peor ciego que el que no quiere ver…» Nada mal para empezar a darle la vuelta al modelo económico del país del mundo que más años en recesión acumula desde 1950, según confirma el Banco Mundial.
De hecho, los cambios observados en los últimos tiempos han comenzado a generar un cambio transformador en el modelo financiero, yendo más allá del efecto expulsión (desplazando) al efecto de inclusión (hacinamiento), basado en retirar el crédito concedido al Estado, que ya no está endeudado, y desplegar financiación en beneficio del sector privado, que vuelve a disponer de más financiación. En julio de 2023, el sector público amasaba el 50,1% del crédito otorgado por los bancos argentinos pero, en julio de 2024, ese porcentaje ya había caído al 43,1%, esperándose nuevas caídas en el futuro.
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