Villas tailandesas visitar un centro de jubilados y pensionados para hablar sobre distribución de las tareas del hogar. «No hubo reparto», afirma María, quien señala que «los hijos y la casa eran tuyos, los maridos trabajando su jornada era suficiente». En este sentido, señala que su marido “fue muy bueno, pero le faltó un poco para echarte una mano”.

Alfredo reconoce que con la madre de sus hijos «solo trabajaba» y en casa «no hice nada». Sin embargo, con su segunda «experiencia», «los dos trabajamos e hicimos lo que pudimos».

Manoli asegura que su marido tampoco hacía nada, salvo cocinar lo que le gustaba. Fina, sin embargo, recuerda que con su marido «los fines de semana Él se paraba de un lado y yo del otro y limpiábamos toda la casa.«. «¿De dónde lo sacaste? Es una joya», reacciona Thais.

Félix comenta que siempre ha hecho cosas de la casa, pero que después de enviudar lo hace con más frecuencia, sobre todo lavar y planchar, que antes «no sabía cómo me iba». Mateo, por su parte, señala que también compartía las tareas del hogar con su esposa, aunque reconoce que Empezó a hacer su cama «cuando me casé».

Alfredo tardó más, pues asegura que empezó a hacer su cama a los 66 años. No ha necesitado aprender, pues explica que, con sus dos «experiencias», «me fijé en todo». «Miraste todo, pero no colaboraste en nada», responde Thais.

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