China arremete contra EEUU a pesar de la tregua comercial y celebra la sintonía con América Latina
Contra el unilateralismo, las guerras comerciales, la mentalidad de suma cero… No ha cambiado China el disco ni las alusiones oblicuas a Washington tras la tregua firmada este lunes, probable señal de que no da las tensiones por enterradas. Las promesas de cooperación global del presidente, Xi Jinping, calaron en una audiencia, la latinoamericana, que en su forzado equilibrio agradece la estabilidad china frente a los bandazos de Donald Trump.
China estableció en 2014 el Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) para discutir la tradicional influencia estadounidense en la zona. Al empaque de su cuarta edición ha contribuido Trump: tres presidentes latinoamericanos han acudido a una cumbre de rango ministerial y Xi ha dado su primer discurso en 10 años en el foro. Su composición había sido diseñada en plena ofensiva diplomática china para reforzar sus lazos y diversificar mercados.
Xi celebró los vínculos cada vez más estrechos en este contexto de «confrontación geopolítica» y «proteccionismo«. No mencionó a Estados Unidos ni falta que hizo para defender su receta. «No hay ganadores en las guerras comerciales», dijo. «Sólo a través de la unidad y la cooperación pueden los países proteger la paz global y promover el desarrollo y prosperidad», añadió. «Las amenazas y el hegemonismo solo conducen al aislamiento», continuó. El líder de la diplomacia china, Wang Yi, recuperó otro clásico del repertorio asimilando los aranceles para todos de Trump a «la ley de la jungla» y negó que la zona sea «el patio trasero» de nadie.
Latinoamérica es tan relevante para China como para Estados Unidos. Su secretario de Estado, Marco Rubio, ha visitado ocho países desde la investidura de Trump y presionado a sus gobiernos para que se alejen de Pekín. Una compañía hongkonesa se vio forzada a vender sus infraestructuras en el canal de Panamá después de que la Casa Blanca acusara sin pruebas a China de controlarlo. Xi ha pedido este martes a la región que «defienda su soberanía e independencia y se oponga a las interferencias externas«.
Lula, Petro y Boric
Las intervenciones de este martes en el foro sugieren la sintonía con China o, al menos, las discrepancias con las políticas de Trump. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha criticado los «aranceles arbitrarios» y a los que estimulan «una nueva guerra fría«. Gustavo Petro, presidente colombiano, lamentó el diálogo estancado con Washington citando el autoritarismo y el imperialismo. «No avanza porque las ideologías cada vez oscurecen más el corazón, el alma y el cerebro; no avanza porque se niega la crisis climática; no avanza porque no priorizamos la importancia de la vida sobre el dólar y la codicia», continuó el líder progresista. Para Gabriel Boric, presidente chileno, este es el momento para «un salto de calidad» en el comercio con China.
Latinoamérica es una de las escasas regiones que aún no tienen a China como principal socio comercial. Sus intercambios con Estados Unidos alcanzaron el pasado año los 585.000 millones de dólares; con China fueron de 519.000 millones de dólares. Pero la tendencia sugiere un sorpasso inminente. El comercio sino-latinoamericano se ha multiplicado por 40 en los últimos 25 años, recordó Xi. Dos tercios de los países están incluidos en su macroiniciativa comercial de la nueva Ruta de la Seda y Colombia se unirá en breve.
China compra minerales y grano, riega la región de infraestructuras y exporta vehículos y otros bienes tecnológicos. Los gobiernos latinoamericanos lamentan su rol de granero y ansían un intercambio más equitativo. No será fácil, por más que China prometa avances, pero en este foro ha destinado 9.200 millones de dólares para el desarrollo. El crédito llegará en yuanes para fortalecer la moneda nacional en la zona.
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