Para Juan del Val, polemista y escritor, ganar el Premio Planeta le ha convertido no sólo en un sospechoso sino en una especie de enemigo público número uno. Como muchos de los que lo denuncian, no he leído su novela. Tampoco pienso hacerlo por el mismo motivo que no leo muchas otras que ganan premios y no lo hacen, ni veo las películas de los Goya y los Oscar por el simple hecho de estar nominadas, cuestiones que casi nunca aumentan mi interés por ellas. Aunque, como digo, no vivo en el planeta, el argumento del odio vertido contra él no me parece tanto la calidad del libro, sino el propio autor. Observo que Del Val se muestra antipático con cierta tribu que confunde la exposición mediática con el vacío intelectual. Les irrita que un tipo que sale en televisión también pueda escribir, siendo de esas personas que no pertenecen a la tribu. Tampoco tolerarían que, si existiera, el talento pudiera coincidir en un mismo organismo con la popularidad. El éxito de otros suele ser, paradójicamente, impopular.



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