El Rey reconoce que queda «mucho por hacer» para que la Cumbre Iberoamericana sea «un espacio duradero de diálogo»
El Rey Felipe VI ha reconocido este jueves que aún queda «mucho por hacer» para lograr que las Cumbres Iberoamericanas, que arrancaron hace tres décadas, se conviertan en «un espacio duradero de diálogo e interacción» como desea España, al tiempo que ha puesto de relieve el «enorme potencial» y la necesidad de abordar las adversidades mediante la concertación.
Durante su discurso en la clausura del XV Encuentro Empresarial, Don Felipe ha resaltado el «hito histórico» que supuso en 1991 la celebración de la primera Cumbre Iberoamericana en Guadalajara (México) horas antes de que la ciudad ecuatoriana de Cuenca albergue la XXIX reunión, marcada por la ausencia de todos los jefes de Estado de los 22 países, salvo el Rey, el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot.
Aquella cumbre «contó con el impulso decidido» de España, que acogerá la siguiente cita en 2026, «para convertirla en un espacio duradero de diálogo e interacción, de cooperación y de avance compartido». «Y en ello seguimos, en la senda correcta, aunque todavía quede mucho por hacer y el contexto sea difícil», ha reconocido.
La historia de Iberoamérica, ha subrayado, «está construida sobre la base la base de los principios de colaboración y solidaridad» y los países que la integran son «socios naturales, con unas profundas y crecientes relaciones económicas» y con un tejido empresarial que trasciende fronteras y refleja su diversidad.
Tanto las cumbres, como los encuentros empresariales, «ponen de manifiesto el enorme potencial que existe en la Comunidad Iberoamericana, así como la necesidad de fortalecer los lazos que nos unen en este espacio de oportunidades», ha defendido el monarca.
«Iberoamérica es un mosaico de culturas, tradiciones y saberes que, a lo largo de la historia, ha aprendido a superar adversidades a través de la concertación«, ha resaltado, reivindicando que «hoy más que nunca tenemos que poner en valor esas fortalezas que nos caracterizan y definen».
En este punto, ha querido poner de relieve que los empresarios iberoamericanos han demostrado «una capacidad inigualable para innovar y adaptarse a un entorno global en constante cambio, enfrentándose incluso a los retos geopolíticos».
«Los éxitos y el avance que logran las empresas iberoamericanas son un testimonio de que su constancia nos ha permitido continuar, crecer y prosperar», ha sostenido, enviando así un mensaje a la clase política de la región a la luz de la ausencia de mandatarios en esta cumbre.
Según Felipe VI, «necesitamos trabajar juntos para construir un futuro más favorable y equitativo». Por ello, ha animado a los empresarios a seguir «puenteando las distancias», «busquemos alianzas que fortalezcan nuestros sectores económicos y seamos embajadores de la colaboración y la solidaridad en nuestras respectivas sociedades».
«Juntos podemos hacer de Iberoamérica un referente para el progreso, el conocimiento y la evolución hacia un mundo más sostenible y próspero», ha defendido, tras subrayar que la inestabilidad económica, las crisis climáticas y las desigualdades sociales «son asuntos que requieren mayor atención concertada y una mayor voluntad de acción conjunta».
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Por otra parte, se ha referido a los temas abordados durante el encuentro empresarial, subrayando en particular «la formación y la empleabilidad de nuestros jóvenes, pieza clave para el progreso y la modernización de nuestras economías«. «Las nuevas generaciones son el motor de las sociedades y debemos asegurarnos de que tengan las herramientas necesarias para afrontar los desafíos del presente y del futuro», ha reivindicado.
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