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El sector térmico reclama más inversión en redes y retribución razonable» para afrontar con seguridad la descarbonización

El sector térmico reclama más inversión en redes y retribución razonable» para afrontar con seguridad la descarbonización
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  • Publisheddiciembre 2, 2025



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El sector térmico alerta de que la falta de inversión en redes eléctricas y un marco regulatorio lento ponen en riesgo la descarbonización industrial y la competitividad de España.

Más del 87% de la capacidad de distribución eléctrica se encuentra saturada y las solicitudes de acceso superan el 100% de la potencia instalada, lo que refleja el gran interés industrial por ubicarse en el país.

El sector exige menores impuestos y remuneraciones razonables para atraer inversiones, señalando que la presión fiscal en España es muy superior a la de otros países competidores.

España invertirá 415 millones en proyectos de hidrógeno renovable y destinará 50 millones a la descarbonización de procesos térmicos industriales en el marco de iniciativas europeas.

La España Verde corre un riesgo «inaceptable» de estancamiento. La falta de un marco regulatorio ágil y el peso «desproporcionado» de los impuestos amenazan con convertir la red eléctrica, motor clave de la transición, en un «embotellamiento» por la ambiciosa descarbonización de la industria.

Ésta es una de las conclusiones a las que se llegó en la mesa redonda sobre El potencial de las redes para impulsar la descarbonización industrial en Españacelebrada en el marco de la II Encuentro de la Alianza Q-Zeroacto que fue clausurado por la vicepresidenta Sara Aagesen.

El debate, que reunió voces del sector, la consultoría y la industria, lanzó una advertencia clara: la inacción puede hacer que España pierda su ventaja competitiva en la carrera europea por la soberanía industrial.

Los ponentes coincidieron en elevar el papel de las redes de un mero soporte energético a un eje estratégico imprescindible para la economía.

Óscar Barrero, Socio responsable del sector Energía y Utilities de PwC Españacolocó el problema en la agenda continental: «si no somos capaces de invertir rápidamente en modernizar las redes, lo que vamos a hacer es perder todas las oportunidades industriales que tenemos al otro lado de las redes».

A nivel nacional, el potencial es enorme, ya que España está en inmejorables condiciones para ser, según Barrero, «los grandes ganadores en la captación de grandes consumidores respecto al resto de países europeos».

A pesar de esta ventaja, la red enfrenta un desafío de capacidad. Marta Castro, directora de regulación de la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC)destacó la urgencia de actuar, ya que la capacidad está al límite: «más del 87% de la capacidad de distribución eléctrica está saturada», afirmó.

Un síntoma preocupante si se tiene en cuenta el elevado volumen de solicitudes de acceso a la red. Según Marta Castro, las solicitudes superan «el 100% de la potencia instalada en España».

De hecho, En industria intensiva, las solicitudes ascienden a 18 GWy de ellos, El 70% corresponde a «una industria que quiere implantarse en nuestro país», lo que confirma que la transición es una «oportunidad» para España.

Para responder a esta demanda, las estimaciones de inversión se mueven entre «3 mil millones anualmente hasta 2030 y a partir de ahí algunos 4,2 mil millones anualmente«, una cifra que, según Castro, «situaría a España como el quinto país de la Unión Europea con mayor nivel de inversión» si hicieran los deberes.

Sin embargo, el obstáculo es el lentitud administrativa. Barrero atacó el sistema, criticando que la planificación quinquenal de transporte «tarda casi 2 años en aprobarse».

Una vez aprobados, se necesitan permisos ambientales y de construcción… Esto significa que el inversor no sabrá hasta pasados ​​cinco años si tendrá «posibilidad o no» de conectarse. Por ello, Marta Castro reclamó una «agilización del proceso de autorización y una simplificación de la normativa».

El problema fiscal

Uno de los dardos más directos del debate estuvo dirigido a la fiscalidad, que amenaza con anular la ventaja competitiva de España en costes de generación.

El representante de PwC negó que las redes sean el problema, ya que son «la parte más pequeña de la factura eléctrica». La verdadera carga es fiscal: «Tenemos una tasa impositiva del 40% entre impuestos y cargos, que no es el costo de generación de red cuando en países con los que competimos con Estados Unidos es del 10%».

Por eso llamó a reducir la tributación, ya que esto generaría un «círculo virtuoso» en el que se atraería más inversión, lo que traería consigo más demanda y eso reduciría el costo para los que están allí y para los que entran.

Ante esta situación, el sector exige un marco retributivo que garantice la seguridad de las inversiones. De los jefes AELEC Se insistió en que el capital se desplazará hacia donde obtenga mayor rentabilidad, por lo que se necesita «una rentabilidad razonable», que no es ese 6,5% que propone el Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y que, considera, está muy lejos del 7,5% que ofrecen otros países de Europa.

Para optimizar las redes existentes y evitar gastos innecesarios, el papel de flexibilidad. David Robinson, investigador principal del Instituto de Estudios Energéticos de OxfordSeñaló que en España «se ha hecho muy poco en materia de flexibilidad de la demanda», a diferencia de Reino Unido.

Potenciar la demanda industrial como fuente de flexibilidad es clave, ya que su capacidad «abarataría ligeramente el coste de inversión» en las redes, afirmó.

Robinson también propuso un cambio estructural en la gestión con el modelo NESO, el Operador del Sistema Energético Nacional Británico, un organismo independiente que ayuda a «coordinar todas esas diferentes partes de un sistema integrado» y que sería «perfecto para España, para la Península Ibérica y para la Unión Europea».

Desde el nivel técnico, Irina Celades, directora técnica del Instituto de Tecnología Cerámica (ITC)Defendió que la descarbonización es factible. En el sector cerámico la necesidad de mayor potencia es evidente, pero la electrificación debe ser una solución con valor añadido: «No es sustituir un quemador de gas natural por resistencias, tiene que haber muchas más ventajas», como la reducción de gases, afirmó.

Sin embargo, Celades advirtió que, aunque «desde el punto de vista técnico se puede hacer», el principal obstáculo sigue siendo «los precios de transformación y los costes de conexión».

En la II reunión de la Alianza Q Cero también participó la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, quien anunció que España participará en el mecanismo de subastas europeo como un servicio del Fondo de Innovación del Banco Europeo de Hidrógeno.

Sara Aagesen, vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica.

España aportará 415 millones para financiar nuevos proyectos nacionales de producción y uso de hidrógeno renovable.

Por otro lado, este miércoles se abrirá la primera subasta de calor industrial de la Comisión Europea. El Ejecutivo destinará 50 millones de euros a financiar iniciativas para descarbonizar los procesos térmicos en la industria.



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