El viaje incompleto de la digitalización de las pymes turísticas españolas
El turismo ha sido históricamente uno de los pilares económicos de España, representando alrededor del 12% del PIB y generando millones de empleos. Sin embargo, este sector, particularmente en el ámbito de las pequeñas y medianas empresas, se ha visto obligado a sufrir una urgente transformación digital para garantizar su competitividad y progresión.
Hablamos principalmente de integrar tecnologías en procesos tradicionales, muchas veces de forma apresurada, lo que conlleva importantes retos culturales, organizativos y tecnológicos, explica Joan Ramon Blaya, profesor y director de programas de innovación y digitalización del CETT de la Universidad de Barcelona. «La demanda de personalización es cada vez mayor y a las pymes les resulta especialmente difícil adoptar herramientas digitales debido a su recursos limitados invertir en tecnología avanzada, además de enfrentar estructuras organizativas reducidas y una falta de acceso a expertos internos que genera una importante brecha tecnológica.
En el V CETT Smart Tourism Congress Barcelona, celebrado esta semana, se destacó que estos retos se están abordando mediante el uso de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial, el big data y blockchain. Además, la promoción de políticas sostenibles y la colaboración público-privada son esenciales para fomentar la innovación y facilitar el acceso a la financiación. En este contexto, continúa Blaya, «el turismo se encuentra en un momento clave para reimaginar su forma de operar». La integración de tecnología no sólo debe servir para mejorar procesos, sino también para transformar experiencias y contribuir a un futuro más sostenible y equilibrado.
Y es esta velocidad la que exige que las empresas turísticas sean más ágiles que nunca. Aquí es donde entran en juego las asociaciones, entidades públicas y organizaciones del sector, que tienen la responsabilidad de actuar como facilitadores, ayudando a las pymes y a las empresas más rezagadas a subirse a esta ola digital. Así lo afirma Jorge Robles del Salto, presidente de la Asociación Sevillana de Empresas Turísticas (ASET): “La colaboración es clave para garantizar que ninguna empresa se quede atrás, independientemente de su tamaño o recursos”. Si bien es clave conocer los retos a los que se enfrenta el sector -que no difieren mucho del resto de sectores empresariales-, la implementación de herramientas tecnológicas no puede abordarse desde una visión externa o genérica, porque cada subsector del turismo tiene sus particularidades. , sus necesidades específicas y sus propias dinámicas internas. Esto incluye productos y servicios innovadores, para crear experiencias personalizadas que respondan a los cambios en los hábitos de los consumidores.
Eficiencia operativa
La inteligencia artificial, en particular, permite optimizar procesos internos, como la automatización de tareas y la gestión de datos, reduciendo costes y mejorando la eficiencia operativa. También abre la puerta a modelos de negocio disruptivoscomo plataformas digitales o servicios bajo demanda, que permiten a las empresas ser más ágiles y competitivas. Lo más destacable, señala Robles, es la curiosidad porque “te permite explorar, familiarizarte y evaluar diferentes tecnologías hasta encontrar aquellas que realmente aportan valor a tu negocio. Las herramientas más avanzadas, que antes estaban reservadas a las grandes corporaciones, son accesibles a las pequeñas empresas gracias a modelos de suscripción y son asequibles. Esto significa que puedes intentar, cometer errores, corregir y seguir adelante sin correr riesgos excesivos.
Para el catedrático, “saber qué tecnología aplicar en un negocio turístico es un reto realmente complejo y requiere un análisis en profundidad de sus necesidades específicas, adaptado a su tamaño, objetivos y presupuesto. Por ejemplo, el alojamiento rural se beneficia de herramientas de gestión de reservas. y estrategias de marketing digital para aumentar su visibilidad; las agencias de viajes necesitan sistemas CRM y ‘chatbots’ para ofrecer una atención inmediata y personalizada; las empresas de turismo activo pueden utilizar aplicaciones móviles para gestionar las actividades y los sistemas de pago integrados aprovechan las plataformas de inteligencia artificial para personalizar; la experiencia del cliente y los destinos turísticos utilizan la realidad virtual para promocionar Para mantenerse actualizado, es clave monitorear las tendencias, asistir a capacitaciones y colaborar con expertos, asegurando que las soluciones elegidas cumplan con las expectativas de los consumidores.
Centrándose en cómo abordar estos retos, en el informe ‘Nivel de digitalización de las micro y pequeñas empresas turísticas en España’ elaborado por Segittur, expertos como Jaume Monserrat Quintana, presidente de Turistec (Clúster Internacional de Tecnologías de la Información y la Comunicación aplicadas a Turismo), coinciden en que la colaboración con los clusters es clave para impulsar soluciones digitales que mejoren la competitividad, principalmente reduciendo costes. O como Gloria Díaz Álvarez, gerente de la Confederación de Empresas de Tecnologías de la Información, las Comunicaciones y la Electrónica (Conetic), que cree que las ayudas están lejos de las necesidades reales de muchas empresas, especialmente las más pequeñas y para ello la Administración debe entender las limitaciones e impulsar el cambio ofreciendo formación y consultoría especializada para generar esa cultura de transformación digital.
Porque según el informe, el 60% de las pymes turísticas aún no utilizan tecnologías avanzadas para optimizar su negocio, cifra que contrasta con la acelerada adopción tecnológica de los viajeros y para afrontar este desafío es fundamental que las empresas aprovechen los recursos institucionales y programas de financiación, como los fondos Next Generation EU, que incluyen subvenciones específicas.
ligero aumento
Y si bien es cierto que, en el último año, todos los subsectores turísticos, incluidos el alojamiento, las actividades, la restauración, las agencias de viajes, el transporte de viajeros y el alquiler de vehículos, han conseguido incrementar su nivel de digitalización, el Índice de Madurez Digital (IMD) destaca, según este informe, en un 47,6%, sin alcanzar aún un nivel medio, aunque ha mejorado respecto a 2022, que se situó en un 31,2%. Un nivel medio que indica el uso de herramientas básicas, procesos parcialmente digitalizados y conocimientos limitados que no están integrados y por tanto no permiten una toma de decisiones analíticas que mejoren la competitividad.
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