El viajero de negocios en Barcelona gasta 260 euros al día entre alojamiento y estancia
Uno de cada cinco (18,9%) de los turistas que recibió Barcelona el año pasado llegaron por motivos profesionales. Bajo ese paraguas se incluyen quienes vienen por cualquier motivo laboral o de negocios situado fuera de su puesto de trabajo y residencia, sea un viaje de incentivos corporativo, un congreso, una feria o una reunión. Su proporción ha descendido porque el turismo vacacional ha crecido a un ritmo mucho más acelerado, pero se representan un segmento especialmente rentable para la ciudad y que tanto Turismo de Barcelona como ayuntamiento quieren incentivar.
Su gasto alcanza ya los más de 260 euros por noche entre alojamiento y estancia, y los congresos son actualmente la causa principal de su visita (53,5%), seguidos por ferias, en un 23,8% de las ocasiones.
El informe de Perfil y Hábitos de los Turistas en Barcelona 2023, recién publicado, radiografía específicamente este a sector, que en ocho de cada diez casos se aloja en hoteles, por los que paga una media de 150,8 euros la noche, más que ningún otro segmento de visitantes. También se deja casi 110 euros al día en gastos, más de la mitad en comida y bebida, algo que destacan desde el Observatorio del Turismo en Barcelona en tanto que supone casi un 20% más que la media del turismo. Otra quinta parte del total diario lo destinan a transporte en la metrópolis. Pero además, invierten de media otros 500 euros en el transporte de ida y vuelta, que suele ser el avión (83,5%).
Cultura, fútbol y vida nocturna
La encuesta realizada entre los visitantes pone de manifiesto también que, más allá de su agenda laboral y gastronómica, algo menos de la mitad tienen tiempo para actividades culturales o ir de compras y un 38,3% salen de noche. Curiosamente, tienen poco margen para hacer deporte durante su estancia (un tercio hacen ‘running’), pero casi un 80% ejerce de espectador de partidos de fútbol, revela la estadística.
En cuanto a los perfiles sociodemográficos, el 75,7% son hombres; su media de edad es de 38,8 años, aunque el grupo más amplio (33,2%) es de 25 a 34 años. Casi nueve de cada diez tienen estudios universitarios y el 73,7% trabajan por cuenta ajena. Por procedencias, el 17,6% llega del resto de España, el 58,5% de Europa y el 21,4% del resto del mundo, con un porcentaje mínimo del territorio catalán.
Resulta especialmente destacable el hecho de que sea un público muy repetidor en Barcelona, lo que significa que en muchos casos viajan regularmente y se alojan en ella. Así, apenas un 30% llegan a la ciudad por primera vez. En cambio, en un 43,6% de los casos suman más de cuatro viajes a la capital catalana, lo que supone que tienen más autonomía viajera y que no realizan las típicas visitas del turista vacacional que tanto saturan los puntos calientes. Vienen a ser un visitante ‘invisible’ que se deja sentir sobre todo en términos económicos.
La gastronomía es importante en su agenda, y en primer término buscan establecimientos de cocina española (53,1%), seguida de la catalana (46,85), los bares y cafeterías (25,2%) y los restaurantes internacionales (23%). Como guinda, se van con ganas de regresar, vistas sus puntuaciones a la ciudad. El elemento que mejor valoran es la arquitectura (con un 9,03 sobre 10), seguido del entretenimiento (8,87) y la gastronomía (8,56). A la cola, con poco más de un seis, figura el ruido.
Dos tipologías
El chequeo del Observatorio va más allá, tratando de diferenciar incluso los distintos perfiles del viajero profesional. Se destaca que el que viene a la ciudad por eventos (congresos, ferias, incentivos…) tiene un mayor peso internacional (casi un 89%), es el que más viaja con compañeros de trabajo (45,6%), el que más va al fútbol como espectador (82,4) y el que más gasta en los tres ámbitos mencionados, sumando 278 euros diarios entre dormir y la estancia.
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En cambio, el visitante profesional que acude a reuniones de negocios específicas, suma un 36% de origen nacional, viene más en tren (23,5%), tiene un gran porcentaje de repetición (74,8%) y es el que más viaja en solitario (seis de cada diez), aunque ello no significa que se aburra: da la nota máxima al entretenimiento de Barcelona, con un 9,07 sobre 10, y un 8,7 a lo que come.
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