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La Agencia Internacional de la Energía relaciona el apagón con la desconexión «errónea» de la generación y fallos normativos

La Agencia Internacional de la Energía relaciona el apagón con la desconexión «errónea» de la generación y fallos normativos
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  • Publishednoviembre 12, 2025



A la espera de que Entso-e, la organización que agrupa los intereses de los operadores del sistema eléctrico europeo (entre ellos la española Red Eléctrica), publique su informe final sobre el apagón del 28 de abril de 2024, en el primer trimestre de 2025 se acumulan análisis de distintas organizaciones que arrojan algo de luz sobre lo que realmente ocurrió ese día. No deja de ser importante, dado que el operador de la red en España y las compañías eléctricas llevan meses peleando por las causas de este incidente.

Hoy le ha tocado el turno a la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que en su informe anual dedica un capítulo al apagón. Habría que empezar aclarando, sin embargo, que la referencia al apagón en ese documento es breve y por tanto difícilmente servirá para sacar conclusiones, y que -más importante-, ofrece sólo una descripción de lo ocurrido ese día y no entra a evaluar las oscilaciones de tensión ocurridas en los días anteriores, como hizo Ento-e. Para las eléctricas, como ya explicó ABC, es fundamental analizar el comportamiento inusual que tuvo el sistema los días 16, 22 y 24 de abril, ya que ello invalida la teoría de que la empresa que preside Beatriz Corredor no fue avisada de que había peligro.

Dicho esto, la principal novedad de este análisis es que, entre todo lo que no funcionó ese día, destaca la desconexión errónea de los generadores (léase, la electricidad) y, para que esto no se repita, apunta a la necesidad de una regulación adecuada.

Como ya se mencionó, el texto es una breve cronología de ese incidente, comenzando en los minutos previos al apagón, cuando «el sistema eléctrico se volvió inestable, con fluctuaciones inusuales en el voltaje y el flujo de energía», se lee.

A esto, continúa el documento, le siguió un fuerte aumento de tensión, «ya que los generadores que venían absorbiendo potencia reactiva fueron desconectados erróneamente por los sistemas de protección, aunque los niveles de tensión aún no habían superado los umbrales definidos por la normativa».

A medida que se fueron desconectando más plantas, continúa la AIE, la tensión aumentó aún más, «provocando una cascada de apagones adicionales». «Cientos de megavatios (MW) de fuentes distribuidas más pequeñas se desconectaron inesperadamente, lo que dificultó aún más la respuesta de los operadores del sistema. Al final, el sistema ibérico quedó aislado del resto de Europa y los sistemas de seguridad automáticos no pudieron evitar un colapso total», se lee en el documento.

Es decir, la AIE apunta a una desconexión errónea de los sistemas de protección, ya que no se había superado el umbral de riesgo. Por ello, en el apartado de recomendaciones el organismo internacional pide «normas vinculantes que exijan que todos los generadores apoyen el sistema durante las emergencias y se desconecten sólo si se superan umbrales claramente definidos». Sin embargo, el documento sitúa las causas del incidente tanto en la generación (las empresas) como en la regulación (el Gobierno): «El incidente demuestra que la seguridad del suministro eléctrico en los sistemas energéticos modernos depende no sólo de la generación, sino también de la calidad del funcionamiento de la red y del comportamiento de todos los activos conectados».

No sólo eso, también exige una infraestructura de red sólida, incluidas redes e interconexiones regionales sólidas; flexibilidad del sistema eléctrico, y en este punto se refiere a respuesta de la demanda, almacenamiento y mantenimiento de generación gestionable; soluciones técnicas, como condensadores síncronos o baterías equipadas con inversores formadores de red; y adaptar los marcos operativos a medida que los sistemas eléctricos se transforman, actualizando los códigos de red, los requisitos de reserva, los mecanismos de equilibrio y las estructuras regulatorias para mantenerse al día con los nuevos desafíos y tecnologías.

Cabe destacar que el informe señala como recomendaciones el almacenamiento y el refuerzo del sistema, dado que en nuestro país ambos aspectos son objeto de un animado debate público. El almacenamiento, porque es la gran tarea pendiente de una economía que se electrifica a ritmo forzado gracias a las renovables, y la seguridad del sistema, porque el Gobierno sigue manteniendo un calendario de cierre nuclear -con primera parada en Almaraz-, que a juicio de la oposición -y de muchos agentes del sector- dejará al sistema sin una fuente energética que proporcione seguridad.



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