La Agencia Internacional de la Energía (AIE) señala el problema de las desconexiones en cadena de las empresas de generación en el origen del apagón masivo ocurrido el 28 de abril en España y Portugal, e insiste en que esto sólo debería ocurrir cuando se superen «umbrales claramente definidos».

En un apéndice dedicado al apagón en su informe sobre las perspectivas energéticas globales publicado este miércoles, la AIE subraya que «el incidente demuestra que la seguridad en los sistemas eléctricos modernos depende no sólo de la generación, sino también de la calidad del funcionamiento de la red y del comportamiento de todos los activos conectados». Por ello, como medida correctora, insiste en que es necesaria una normativa que obligue a todos los generadores a apoyar el sistema durante las emergencias y «desconectarse sólo si se superan unos umbrales claramente definidos», según informa Efe.

Basándose en el informe de los gestores de la red europea ENTSO-E, recuerda que en los minutos previos al apagón, el sistema eléctrico se estabilizó con altibajos de tensión y tensión seguidos de una desconexión errónea de los generadores por parte de los sistemas de protección, «a pesar de que los niveles de tensión aún no habían superado los umbrales definidos por la normativa».

Basándose en las lecciones de lo ocurrido el 28 de abril, los expertos de la AIE identifican cuatro «pilares» para la seguridad del sistema eléctrico, comenzando con «una infraestructura de red sólida, que incluya redes robustas e interconexiones regionales».

Destaca también que la «flexibilidad» es fundamental para equilibrar la oferta y la demanda, lo que incluye el apoyo a la producción, pero también el almacenamiento y mantenimiento de la generación en reserva, así como «medidas para garantizar que los mercados valoren adecuadamente estos servicios».

También se refiere a dispositivos técnicos como condensadores síncronos o baterías equipadas con inversores que ofrecen estabilidad a medida que evoluciona la combinación de fuentes de generación.

Finalmente, la AIE afirma que es «crucial adaptar los marcos operativos a medida que los sistemas eléctricos se transforman» para actualizar los códigos de red, los requisitos de reserva, los mecanismos de equilibrio y las estructuras regulatorias.