La Cumbre Iberoamericana cierra su cita más deslucida en pleno declive político
«Estamos viviendo momentos duros para Iberoamérica, y tenemos la responsabilidad, como jefes de Estado, de sacar adelante la región«. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, abordó la sesión plenaria de la XXIX Cumbre Iberoamericana con una tentativa de diluir por igual las responsabilidades del momento de declive político de ese espacio entre todos sus partícipes. De los 22 jefes de Estado y de Gobierno convocados en Cuenca, a 360 kilómetros de Quito, solo lo escucharon Felipe VI, en nombre de España, y los presidentes de Portugal y Andorra, Marcelo Rebelo de Sousa y Xavier Espot Zamora, respectivamente. Los otros asientos estaban vacíos y no en vano la cita ecuatoriana comenzó a llamarse la «cumbre de las ausencias» al más alto nivel.
Algunos mandatarios priorizaron asistir a la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), en Perú, que ha coincidido en el calendario con la cita ecuatoriana. Brasil, en tanto, prepara la cumbre del G20 que se inaugura el lunes en Río de Janeiro. Pero también ha caído sobre Noboa una suerte de castigo político, y no solo por haber ordenado la invasión de la embajada mexicana para secuestrar al exvicepresidente Jorge Glas, quien se encontraba en la legación diplomática en calidad de exiliado, sino debido a las declaraciones despectivas que dirigió meses atrás contra otros presidentes regionales. A la vez, las crisis bilaterales que atraviesa Venezuela con Colombia y Brasil tras los controvertidos comicios del pasado 28 de julio que le dieron oficialmente la victoria a Nicolás Maduro han contribuido a adelgazar a un mínimo sin precedentes la presencia de estadistas.
«Más que (momentos) duros… diría que son complejos, y como jefes de Estado tenemos la responsabilidad de sacar adelante una región afectada por el crimen transnacional, cambio climático, sequías, y también por el abandono», dijo Noboa a los asistentes.
La reunión se ha realizado bajo el lema de ‘Innovación, inclusión y sostenibilidad’. El mandatario anfitrión llamó a abordar un problema que es medular en Ecuador como el paro juvenil y la capacidad que tiene el crimen para cooptarlos. «¿Cómo no preocuparnos por ofrecer un futuro prometedor a nuestra juventud para asegurarles un futuro mejor? Por ello, debemos promover políticas que fomenten inversiones públicas y privadas, y destinar recursos a la educación, para forjar un mejor porvenir de la juventud», en un tono más acorde a la campaña electoral que comenzará en enero en ese país. Noboa, quien acaba de destituir a su vicepresidenta, Sariha Moya, aspira a ser reelecto.
Hijo de uno de los hombres más ricos de ese país, el magnate bananero Álvaro Noboa, el joven presidente, de 36 años, consideró que es necesario abrir «caminos hacia un crecimiento económico equitativo» de la región. Elogió en ese sentido la aprobación del Compromiso por la Empleabilidad durante el XV Encuentro Empresarial Iberoamericano, un acuerdo para fomentar la colaboración con el sector privado.
«Juntos somos más fuertes y solo con esfuerzos coordinados podremos convertir nuestras diferencias en fortalezas, generando un espacio en el que todos los ciudadanos de Iberoamérica tengan acceso a las mismas oportunidades, sin discriminación», dijo al concluir.
Las palabras del Rey y Albares
Felipe VI hizo un llamamiento puntual, frente a la evidencia de que faltaban tantos interlocutores. A pesar de las «diferencias» que puedan surgir entre los países iberoamericanos, «es mucho más lo que nos une que lo que nos separa». El Rey, quien antes había mantenido un encuentro bilateral con Noboa, indicó que las discrepancias que puedan surgir son «naturales en una relación rica y prolongada». Sin embargo, consideró que hay que «saber superar» la falta de consensos.
El ministro español de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, recordó al respecto que «las cumbres son un espacio de diálogo e identidad desde el respeto mutuo». Y, en la misma línea llamó a hacer «un esfuerzo por diluir diferencias que nos puedan afectar y trabajemos por nuestras sociedades». En un mundo que experimentará transformaciones políticas con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, a partir del 20 de enero próximo, Iberoamérica, remarcó, debe fortalecer su posición en el espacio internacional.
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España ha asumido este viernes la denominada Secretaría ‘pro tempore’ de la Cumbre y organizará su edición 2026. «Ejerceremos esta alta responsabilidad con la convicción de quien cree profundamente en el camino recorrido, pero es también consciente de lo mucho que queda por hacer», dijo al respecto el Monarca. Y añadió: «En este tiempo vertiginoso que nos toca vivir, de gran complejidad para el multilateralismo, es cuando más falta hace redoblar esfuerzos y no cejar en el empeño de seguir trabajando por consolidar y redoblar esfuerzos».
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