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La gripe aviar agrava la crisis de precios del huevo, que acumula un alza del 22% en un año

La gripe aviar agrava la crisis de precios del huevo, que acumula un alza del 22% en un año
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  • Publishednoviembre 14, 2025



La crisis de la gripe aviar ha caído como una piedra sobre el precio de los huevos, que por muchas razones que van mucho más allá del virus H5N1, ya había experimentado un aumento sensacional desde febrero. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en lo que va de año este producto se ha encarecido 21,7%22% si se toma como referencia octubre de 2024. Hasta ahora las causas del fenómeno parecían claras y se limitaban a un aumento de la demanda que no ha ido acompañado de un crecimiento de la oferta -en parte debido a las nuevas normas de bienestar animal de la UE, dicen organizaciones agrícolas-, mientras que la gripe parecía ser un problema europeo. Ya no lo es.

En los últimos días se han producido nuevos focos, circunstancia que, unida a la llegada de aves migratorias procedentes del Este, ha obligado al Ministerio de Agricultura a ordenar, desde ayer, el confinamiento de todas las aves de corral en nuestro país. De momento ya se han tenido que sacrificar 2,5 millones de animaleslo que equivale al 5% del censo.

Tanto la industria como el Ministerio ya han reconocido que el problema sanitario es «uno de los motivos» de la subida de precios, y los datos son claros. Según el INE, en octubre el IPC de este alimento aumentó un 5% respecto al mes anterior, incremento que rompe con cinco meses de precios estables y devuelve la estadística a cifras de marzo, cuando la falta de oferta provocó un primer repunte.

A partir de aquí, es complicado hacer previsiones de futuro. Por ahora, la organización agraria COAG celebra la decisión tomada por Agricultura, que supone «poner el vendaje antes de la herida» y evitar una situación similar a la que vivió EE.UU. en marzo, lo suficientemente grave como para que la Casa Blanca pidiera a Europa que aumentara sus exportaciones. En rueda de prensa ayer, el director general de Sanidad de la Producción Agroalimentaria y Bienestar Animal del Ministerio de Agricultura dijo que esperaba que la situación fuera «temporal».

La oferta, estancada ante una demanda que no deja de crecer

En cualquier caso, lo que no es cíclico es la lentitud que muestra la oferta respecto a una demanda que no deja de crecer, tanto por el precio -hasta ahora atractivo- como por el crecimiento poblacional e incluso la inmigración -por los hábitos de consumo de los inmigrantes-. Sobre esto, nuevamente los datos no dejan lugar a dudas. En 2024, la producción de huevos aumentó sólo un 0,3%, mientras que el consumo aumentó casi un 3%; de hecho, desde 2010 lo ha hecho en un 10%.

Y esto explica, por cierto, que la producción de gallinas ponedoras en España esté claramente enfocada a la demanda nacional, con apenas el 20% de exportación (sobre la producción total de huevos) que diferencia a este sector de otros claramente exportadores, como el de frutas y hortalizas.

Lógicamente, para los consumidores la subida de precios es una mala noticia, pero la interpretación de los agricultores es otra. No es ningún secreto que esta reciente escalada ha sido un bálsamo para un sector que en los últimos trece años ha tenido que soportar escasos márgenes de beneficio en varios momentos. Según datos de Agricultura, en este tiempo los costes han superado el precio de venta hasta en tres veces: en 2013, en 2016 y en 2021.

Las normas de bienestar animal también aumentan el precio

Como ya explicó ABC, uno de los factores que ha reducido los beneficios han sido los sucesivos cambios regulatorios impuestos por la Comisión Europea, especialmente en materia de bienestar animal. El primer golpe al sector se produjo en 2012, cuando Bruselas obligó a los agricultores de todo el continente a adaptar sus jaulas para que tuvieran al menos 750 centímetros cuadrados para cada ave, un nido, una cama, una percha y un lugar para limar sus garras, un cambio que obligó a realizar inversiones de las que muchos aún no se han recuperado.

Según explica a ABC Eloi Ureña, portavoz del COAG, El caso es que las organizaciones agrarias saben perfectamente que se avecina otra reforma, muy probablemente la eliminación definitiva de las jaulas. Tanto es así que la mayoría de las nuevas fincas que se construyen, explica Ureña, están adaptadas para la producción de suelo, con el coste que ello supone. La paradoja de todo esto, sin embargo, es que aunque Bruselas anunció esta reforma hace cinco años, todavía no se ha reflejado en ninguna directiva específica. COAG dice estar a favor del bienestar animal, pero denuncia que la falta de concreción por parte de Bruselas genera una inseguridad que retrasa y encarece la transformación del sistema productivo.



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