La marca que revolucionó el modelo outlet online en España va a la quiebra
El sector de comercio electrónico español marca el final de una era con el reciente proceso de bancarrota admitido para procesar contra el comercio intermedio, la firma que revolucionó el modelo de salida en línea bajo el nombre de Offertix.
Lo que comenzó en 2007 como un portal ambicioso para la venta de excedentes de gran Las marcas de moda han culminado casi dos décadas después en un proceso judicial que destaca tanto los riesgos de expansión sin control como los desafíos actuales de la economía digital.
Ofertix, fundado por Antonio Manuel Alcántartara Arroyo, también promotor del privado exitoso, irrumpió en el mercado aprovechando el aumento del consumo electrónico y la falta de casas de ventas ‘flash’ en el entorno nacional.
La propuesta fue simple y poderosa: dar excedentes de colecciones textiles de marcas reconocidas a precios significativamente reducidos, una fórmula que rápidamente atrajo a millones de clientes y colocó a la compañía entre los sitios web más visitados del sector.
El crecimiento fue acelerado y, en su momento de mayor popularidad, el La firma llegó a tocar los 25 millones de Euros de facturación anual, con una base de datos de más de tres millones de usuarios y una notoriedad especialmente fuerte entre el joven público, el amante de la moda y la negociación del hogar.
Bancarrota: el ciclo de adquisición y el comienzo de los problemas
En busca de consolidar su liderazgo y defenderse de la llegada de competidores internacionales, oftertix apuesta agresivamente por la adquisición de otros actores relevantes de la salida de comercio electrónico en España.
Por lo tanto, entre 2015 y 2016, el grupo se realizó con las plataformas Letsbonus, Groupalia y ofertas, todo orientado a ofertas diarias, cupones y descuentos flash.
La estrategia seguida para crear un gigante digital real y retener a la clientela dispersa en diferentes portales. Sin embargo, la integración de estas compañías fue mucho más compleja de lo esperado: sistemas informáticos incompatibles, estructuras y carteras superpuestas, diferencias culturales y un mercado saturado que ya comenzaba a mostrar síntomas de agotamiento.
El resultado fue un aumento considerable en los costos operacional y financieroque, lejos de consolidar el liderazgo, debilitó drásticamente la viabilidad.
El deterioro de la gerencia pronto tuvo eco en los balances. Interven Trade (Antigua ofertix) arrastra una deuda reconocida con la agencia fiscal de 2.7 millones de euros, que lo incluye en la lista oficial de grandes delincuentes publicados en 2024.
Los problemas, además, se extendieron al campo de trabajo: alrededor de treinta empleados fueron a los tribunales para reclamar salarios y compensación, mientras que la inspección laboral agregó 15 minutos de infracción y liquidación por falta de pago y otras irregularidades.
La compañía, que durante una década no presentó sus cuentas anuales en el registro mercantil, muestra un perfil opaco y poco transparente, lo que dificulta tanto la auditoría como la búsqueda de posibles soluciones alternativas a la liquidación directa.
El proceso de bancarrota
La solicitud necesaria del concurso, presentada en 2019 por un acreedor, pero paralizado hasta ahora, finalmente ha sido admitido por el procesamiento del Tribunal Comercial número 5 de Barcelona en julio de 2025.
El Tribunal le ha dado a la Compañía un período de cinco días para comparecer, presentar pruebas o pavimentar; De lo contrario, se abrirá la declaración efectiva de bancarrota y la apertura de la liquidación del patrimonio.
El concurso necesario difiere del voluntario porque los acreedores lo obligan a la obvia insolvencia del deudor.
La ley de bancarrota española establece que, después de publicar la orden, se suspenden los pagos, se designa un administrador de bancarrota y se establece un mecanismo para que los acreedores comuniquen sus créditos y aspiren a recuperarse, al menos parcialmente, sus deudas.
En el caso de Ofertix, la pequeña herencia recuperable, dado que la mayor parte de su valor residía en activos digitales y base de datos ya desactualizado, anticipa una recuperación mínima para proveedores, trabajadores y la hacienda en sí.
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