La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: En guerra con todos
En la madreñina «furgolística» no hay tiempo para los lamentos, ya que en nada llega la Copa del Rey, en la que la obligación de Sporting y Oviedo, al menos por nombre, es la de clasificarse para la siguiente ronda. Aunque sigue la resaca de lo sucedido durante el fin de semana, en el que ni los de Calleja ni los de Albés acabaron satisfechos con lo visto en Cádiz y Albacete, o al menos no deberían.
Mientras, en el mundo de nuestra complicada, igualada y tal y tal Segunda División siguen cayendo técnicos. En unas horas, dos de golpe. Idiakez ha sido rescindido en La Coruña ya que el Dépor no acaba de carburar, y en Burgos le han hecho las maletas a Bolo, viejo conocido en la casa azul. En su lugar, y al parecer de manera interina, ejercerá Michu, uno de los ídolos del oviedismo más moderno. De esta forma, son ya cinco los entrenadores que en la categoría de plata (los dos citados más Óscar Cano, Guillermo Abascal y Abelardo) han visto la puerta de salida antes de tiempo.
Por lo demás, y ahí fuera, en el mundo del glamour, el de los relojes de 500.000 euros, los vestidos de Versace y los Lamborghini, se ha producido un terremoto de imprevisibles consecuencias. Con todo el mundo preparado para rendirse definitivamente a los pies de Vinicius, van los que votan y/o la organización del Balón de Oro y le quitan el caramelo de la boca al niño. Y como tal fue la reacción del Madrid, que canceló el avión en el que iban a viajar más de 50 personas representando a la casa blanca.
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Últimamente al tito Floren no le salen las cosas como él está acostumbrado y la lista de sus enemigos crece y crece: la UEFA, LaLiga, la Federación, los árbitros, los realizadores de televisión, los vecinos del entorno del Bernabéu y, ahora, «France Football». Ya saben, amiguinas y amiguinos, aquello de que la fortaleza de un hombre se mide por la fortaleza de sus enemigos. Y así, hasta la siguiente, ¿oyisti, güey?
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