Los bancos españoles pagaron en impuestos más de 6.600 millones de euros en 2023
La banca española pagó más de 6.600 millones de euros en impuestos en 2023, lo que en la práctica supuso un 37% de tasa impositiva sobre las ganancias obtenido en España. Este monto, que supera con creces lo que el Estado dedica anualmente a Cultura y Deporte, representa un 65% más de lo que se pagó por el mismo concepto un año antes, impulsado en gran medida por el impuesto extraordinario al sector, que sólo en el año pasado se Supuso más de 1.100 millones y este año ha elevado la factura por encima de los 1.600.
Si se tienen en cuenta los resultados agregados de todos los grupos bancarios, es decir, los obtenidos no sólo en territorio español, sino en todos los países donde operan, Los impuestos pagados por los grandes bancos superaron los 14 mil millones. de euros. Solo Santander, banco global que opera en 10 principales mercados, pagó el año pasado 9.664 millones de euros en impuestos propios, de los que más de la mitad (5.214 millones) corresponde al impuesto sobre la renta.
Aproximadamente un tercio del beneficio antes de impuestos de Santander se destina al pago de impuestos. Otro tercio, aproximadamente, se destina al pago de dividendos a los cerca de cuatro millones de accionistas de la entidad, muchos de ellos pequeños ahorradores que complementan sus ingresos habituales con esta retribución. La tercera parte de ese beneficio se destina a reforzar el capital y las reservas del banco, con el objetivo de poder seguir dando más crédito.
Numerosas organizaciones e instituciones alertan sobre la Daño potencial que un impuesto específico al sector bancario tiene sobre el crecimiento y la creación de empleo.. Más aún en un entorno de tipos de interés más bajos, donde los tipos más bajos podrían ir acompañados de un mayor volumen de crédito, necesario para generar un mayor dinamismo en la economía.
Recientemente, el Instituto Español de Analistas publicó un informe advirtiendo del riesgo de generar un círculo vicioso que podría acabar impactando en el crédito destinado a hogares y familias: «El daño del impuesto podría ir más allá del accionista, afectando especialmente al crédito a las familias y empresas más vulnerables, por dos motivos: porque el impuesto reduce el crecimiento orgánico del capital y por lo tanto del crédito y porque no reconoce el costo del riesgo», señala el texto.
De este modo, un impuesto extraordinario de unos 1.500 millones de euros al año podría generar un Disminución del crédito de 50.000 millonesde los cuales aproximadamente la mitad supondría una menor financiación para pymes y autónomos, debido al mayor impacto sobre el capital que tiene este tipo de préstamos frente a otros como los hipotecarios.
También es un impuesto que grava las rentas, no las ganancias, lo que significa que no tiene en cuenta las provisiones que tienen que hacer las entidades para los créditos morosos. El Banco de España y otras instituciones también han estado advirtiendo del riesgo que esto puede suponer para la estabilidad financiera.
Asimismo, no se puede ignorar la existencia de una normativa europea, emitida por la Autoridad Bancaria Europea y vigente desde junio de 2021, que, por razones de prudencia, obliga a los bancos a transferir al consumidor final todos los costes asociados a los préstamos. Este impuesto, que grava el margen de intermediación, sólo se cobra como un coste añadido a cada préstamo o crédito que se concede.
El impuesto extraordinario a un solo sector, como es el financiero, también provoca un Pérdida de competitividad de la banca española. frente a otros competidores y perjudica la cotización bursátil de estas empresas. Como reconoce el expresidente del supervisor europeo, Andrea Enria, «los nuevos impuestos han reforzado, para la mayoría de los inversores, la percepción de que los bancos europeos nunca serán rentables, porque cuando empiezan a ser rentables viene alguien y les quita los beneficios. a los accionistas». Según cálculos del Instituto Español de Analistas, el impuesto extraordinario que el Gobierno propone adoptar en España generaría un efecto negativo sobre la valoración de los recursos propios de la actividad doméstica de los 3 principales bancos en España del 13%-14% , aunque esta penalización podría llegar al 22%.
El Banco Central Europeo (BCE) también ha expresado serias dudas sobre la oportunidad de este impuesto y ha elogiado la iniciativa de países como Italia que finalmente han optado por que los recursos que se iban a dedicar al impuesto se destinen a reforzar el capital.
De hecho, mantener el impuesto sitúa a España como el único país comparable en el mundo con un impuesto especial a los bancosya que otras naciones que implementaron un recargo temporal durante el periodo de subida de tipos de interés ya lo han retirado o modificado, teniendo en cuenta que el precio del dinero ha bajado significativamente y el Euribor cotiza ya por debajo del 2,5%.
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