Economia

Los «ricos», al límite: el 5% de los contribuyentes aporta ya el 42% de lo recaudado por IRPF

Los «ricos», al límite: el 5% de los contribuyentes aporta ya el 42% de lo recaudado por IRPF
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  • Publishednoviembre 18, 2024



El Gobierno de Pedro Sánchez ha afirmado en distintas ocasiones que nunca ha subido los impuestos a las «clases medias trabajadoras», a pesar de que muchos de los 81 aumentos de impuestos que se aplican desde 2019 han recaído directa o indirectamente en los españoles de renta media y media-baja.

Lejos de ser autocrítico, Sánchez ha defendido que sus subidas de impuestos recaen esencialmente en «los ricos». De hecho, ha anunciado que los futuros aumentos de ingresos se dirigirán en esta dirección, afirmando que actuará con el objetivo explícito de «limitar los privilegios desproporcionados de determinadas elites y gravar con impuestos a quienes ya tienen suficiente dinero en el banco para vivir una vida cien vidas.» «.

El presidente ha defendido que «hay una necesidad»Menos Lamborghinis y más transporte público«, cultivando así una retórica de «lucha de clases» que el Instituto Juan de Mariana (IJM) define como «populismo fiscal» en un nuevo estudio que analiza cómo el Gobierno divide y empobrece a los españoles con este tipo de declaraciones.

El IJM señala que, «aunque no sabemos cuántas personas «tienen dinero suficiente en el banco para vivir cien vidas», lo que sí sabemos es que, en España, los datos del Informe de riqueza global El año 2024 elaborado por la UBS nos habla de sólo 180.000 personas cuyos activos superan el millón de dólares. Se trata de un porcentaje muy pequeño de la población, sólo el 2,4 por ciento, en línea con los resultados de Italia (2,3 por ciento) y claramente por debajo de otros países como Alemania (3,3 por ciento), Francia (4,2 por ciento), Estados Unidos (6,6 por ciento). ) o los Países Bajos (6,9 por ciento). Eso sí: el estudio de la UBS tiene en cuenta la residencia habitual, por lo que ni siquiera hablamos de situaciones económicas tan cómodas como pretende transmitir el Gobierno. De hecho, los dos partidos de coalición de gobierno proponen a menudo cambiar los umbrales a la hora de establecer quién es «rico» y quién no, lo que hace que esta cuestión sea aún más difusa, favoreciendo así la arbitrariedad que sirve de caldo de cultivo para el cultivo de una gestión aún más intervencionista».

A nivel internacional, el IJM explica que «el criterio aceptado para estratificar el nivel de ingresos de un país suele ser el diseñado por la OCDE, que define a la clase media como aquellos cuyos ingresos se sitúan entre el 75 y el 200 por ciento del salario medio». Si aplicamos este criterio y lo combinamos con la información que facilita la Agencia Tributaria en sus informes anuales de recaudación del IRPF, podemos establecer que en España sólo hay 160.000 personas que pueden considerarse ricas. sólo el 0,6 por ciento de los contribuyentes y sus ingresos serían de más de 150.000 euros. De este grupo, sólo 15.200 pueden considerarse muy ricos, ganando más de 601.000 euros al año. Según estos mismos informes de recaudación, apenas 1 millón de contribuyentes declaran entre 60.000 y 150.000 euros de renta bruta anual. El 38,6 por ciento de los declarantes pertenecería, por tanto, al segmento de renta media y media alta, con unos ingresos brutos anuales de entre 21.000 y 60.000 euros brutos al año. En cambio, más de la mitad (56,1 por ciento) correspondería a colectivos de renta baja (36,5 por ciento) o media-baja (19,6 por ciento), al ser sus ingresos inferiores a 21.000 euros.

Distribución salarial según nivel de ingresos declarados en el IRPF, 2022.

Ingreso

N° de contribuyentes

Distribución

Más de 150.000€

159.816

0,7%

60.000€ a 150.000€

1.038.056

4,5%

21.000€ a 60.000€

8.843.870

38,6%

14.000€ a 21.000€

4.497.864

19,6%

Hasta 14.000€

8.358.466

36,5%

De estos datos, el IJM destaca dos conclusiones: «la primera es que No parece que tengamos muchos ricos en España, ya que sólo representan el 0,7 por ciento del total de contribuyentes por el IRPF, sino que tenemos demasiadas personas con rentas bajas o muy bajas, el 56,1% del total. El segundo es queEl Gobierno fija un umbral muy bajo para considerar «ricos» a los contribuyentessituándolo en unos 59.000 euros frente a los 150.000 que sugeriría el criterio de la OCDE. el segundo ayuda a multiplicar por 7,5 la base de contribuyentes expuesta a tipos tan elevados y, en consecuencia, aumenta exponencialmente la presión fiscal sobre ingresos de nivel medio-alto o alto que no estarían sujetos a la tributación más alta si residieran en otros países de la OCDE».

Llegados a este punto, el IJM propone «desmantelar el bulo que sostiene que «los ricos no pagan impuestos» como supuesto argumento para aumentar aún más la tributación aplicada a dicho segmento». Los datos utilizados por el Instituto proceden de la propia Agencia Tributaria y desglosan el IRPF para 2022 de la siguiente manera, arrojando luz sobre la distribución de la renta y los niveles de recaudación obtenidos en cada tramo de renta.

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Para el IJM, los resultados anteriores sugieren lo siguiente:

  • «Hay 8,3 millones de contribuyentes de rentas bajas que representan el 36,5 por ciento del total pero apenas generan el 0,6 por ciento de los ingresos obtenidos por esta vía, lo que supone un pago medio anual de 75 euros por persona.
  • En el siguiente umbral, de 14.000 a 21.000 euros, encontramos alrededor de 4,5 millones de contribuyentes, alrededor del 19,6 por ciento del total, que sin embargo aportan el 7,4 por ciento de lo recaudado, a razón de 1.781 euros per cápita.
  • Un escalón más arriba, de los 21.000 a los 30.000 euros, nos encontramos con un segmento en el que hay casi 4 millones de declarantes que representan el 17,4 por ciento del total y aportan el 13,5 por ciento de la recaudación, con un pago medio de 3.690 euros por persona.
  • De 30.000 a 60.000 euros, la AEAT ubica a casi 4,9 millones de personas que son el 21,3 por ciento del total y generan el 36,8 por ciento de la recaudación, pagando una media de 8.201 euros por persona al año.
  • Para el colectivo de más de 60.000 y menos de 150.000 euros, los datos revelan 1.038.056 contribuyentes, el 4,5 por ciento del total, colectivo del que se obtiene el 23,2 por ciento de los ingresos del IRPF, a un tipo de pago medio de 24.225 euros por persona y año.
  • Entre los que perciben más de 150.000 euros y menos de 601.000 euros, Hacienda encuentra 144.630 personas que representan el 0,6 por ciento del total de declarantes pero generan el 10,9 por ciento del total, con un pago medio anual de 81.579 euros per cápita.
  • Entre quienes ganan más de 601.000 euros hay 15.186 contribuyentes, el 0,1 por ciento del total, que aportan el 7,6 por ciento de lo recaudado y afrontan una paga media anual de 540.669 euros.

Sumando las cifras anteriores, el IJM constata que «el 0,7 por ciento de los contribuyentes que tienen ingresos superiores a 150.000 euros realizan una aportación muy destacada a las arcas públicas, apoyando el 18,5 por ciento de lo recaudado. Esta partida asciende a 20.009 millones de euros, que distribuido entre los 159.816 contribuyentes que perciben más de 150.000 euros al año resulta en un pago anual per cápita de 125.000 euros por IRPF. Además, si incluimos a quienes tienen rentas superiores a 60.000 euros, encontramos que estos colectivos representan. sólo el 5,2 por ciento de los declarantes (1.197.872 personas), pero Aportan el 41,7 por ciento del total de ingresos obtenidos a través del IRPFcon más de 45.000 millones de euros que se traducen en un pago per cápita anual de casi 38.000 euros por el IRPF. En cambio, 56,1 por ciento con menos ingresos (menos de 21.000 euros) genera un porcentaje muy bajo de los ingresos: apenas el 8 por ciento. Estamos hablando de 12.856.330 personas cuya aportación por el IRPF es de 8.638 millones, a un pago medio per cápita de poco más de 670 euros por persona.»

Así, «el pago medio de quienes ganan más de 601.000 euros (540.669 euros anuales de IRPF) es, por tanto, sensiblemente superior al que vemos en los tramos de renta baja, media-baja o media, que pagan 670 euros». al año del IRPF en el caso de personas con rentas inferiores a 21.000 euros, 3.690 euros al año en el IRPF que pagan los trabajadores con rentas de. De 21.000 a 30.000 euros y 8.201 euros anuales en el IRPF para los declarantes que perciban entre 30.000 y 60.000 euros».

Asimismo, el Instituto Juan de Mariana destaca que «lo que obtiene en un solo año Hacienda entre aquellos contribuyentes que ganan más de 150.000 y 601.000 euros equivale a lo que genera en 45 años de tributación un trabajador cuyo salario oscila entre los 14.000 y 21.000 euros, ya que los primeros aportan una media de 81.579 euros anuales al fisco, mientras que los segundos pagan una media de 1.781 euros en el IRPF De hecho, si nos situamos en el punto medio de ambos tramos de renta, vemos que los primeros alcanzan salarios 22 veces superiores a los segundos, pese a lo cual la progresividad aplicable al IRPF es. tan pronunciado que hace que la cantidad recaudada 45 veces mayor al comparar el primer grupo con el segundo.

A nivel internacional, este modelo impositivo «situa a España entre los países desarrollados con un tipo marginal más alto, tanto en el caso de las rentas del trabajo como del capital. Así, somos el sexto país desarrollado con mayores tipos impositivos aplicados. y, no lo olvidemos, España es uno de los pocos países desarrollados que sigue aplicando el Impuesto sobre el Patrimoniouna figura anacrónica que ya ha sido suprimida por la mayoría de los países desarrollados. Lejos de corregir esta anomalía, el gobierno español ha agravado el problema al aprobar el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas, que entró en vigor en 2022 con el objetivo de obligar a Madrid, Andalucía o Galicia a reintroducir el Impuesto sobre el Patrimonio y abstenerse de subvencionarlo. El resultado, en términos netos, es que la recaudación obtenida por esta vía en 2023 fue de unos 1.900 millones de euros, que recae exclusivamente en ese segmento de contribuyentes más ricos de los que Sánchez habla como si su aportación fiscal fuera insuficiente. Cabe señalar también que, en algunos casos, las tasas exigidas en el Impuesto sobre el Patrimonio pueden llegar a escenarios confiscatorios, que vulneran la capacidad de pago de los afectados, lo que no hace más que agravar la incidencia vinculada a este impuesto y representa una vulneración de derechos constitucionales.

Así, «como muestran los datos del IRPF y del Impuesto sobre el Patrimonio, el fisco obtiene un importante volumen de recursos de los contribuyentes con mayor volumen de renta y patrimonio. Sin embargo, esta valoración no tiene en cuenta el efecto de las transferencias entregadas a los hogares en forma de gasto social o mediante pagos en especie. Así, los estudios de Fedea referidos a la desigualdad señalan que son precisamente estos capítulos los que más impacto tienen en la «redistribución», ya que El 96 por ciento de la reducción de las diferencias de ingresos se explica de esta manera y sólo el 4 por ciento se sustenta mediante impuestos.. Adoptando este prisma, los cálculos de Fedea revelan que los tres primeros quintiles de ingresos (es decir, el 60 por ciento con menores ingresos brutos) son, en promedio, beneficiarios netos del actual marco tributario y de las políticas de gasto social (monetario o en especie), por lo que que, en términos efectivos, no contribuyen al financiamiento del sistema. Por el contrario, el 40 por ciento con mayores ingresos brutos son contribuyentes netos, por lo que tributan por lo que reciben en ayudas, gasto social, servicios básicos… Para el cuarto quintil, la brecha no es muy notable (son contribuyentes neto, pero sólo por un monto equivalente al 2 por ciento de su ingreso), mientras que en el quinto se observa una corrección más significativa (equivalente a reducir su ingreso disponible en 24 por ciento). Por tanto, es evidente que la tributación de los ricos no sólo no es moderada, sino que alcanza niveles significativos, incluye impuestos diferentes y supone, en definitiva, que El 20 por ciento con mayores ingresos es el que sustenta la mayor parte de los servicios básicos, las transferencias sociales y otras ayudas proporcionadas por el sector público al grueso de la población.«norte».



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