los secretos de vestuario de la nueva diosa de las alfombras rojas
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Admiro profundamente a Law Roach, el increíble estilista detrás de los siempre perfectos y sublimes ‘outfits’ de Zendaya. Se nota que conoce a la joven actriz y sus dotes para interpretar la ropa y al diseñador que luce (pongamos por caso su ‘look’ boscoso, gótico y dramático de John Galliano para la firma Maison Margiela en la Met Gala 2024 o el de ‘cyborg’ de un modelo rescatado de Thierry Mugler con el captó la atención mundial durante la presentación mundial de la segunda parte de Dune).
Pero en los últimos meses he descubierto a otro mago del vestuario que ha revalorizado el estilazo de Demi Moore a la vez que su caché como intérprete se ha disparado por su genial interpretación en ‘La sustancia‘, de Coralie Fargeat, por la que seguramente se lleve ¡por fin! el Oscar a Mejor Actriz, después de ganar en enero un Globo de Oro.
El protagonista de este renacer de Demi Moore, a sus 62 años que nadie diría que tiene, se llama Brad Goreski, y según ‘Hollywood Reporter’ es uno de los estilistas «más poderosos de la Meca del cine», además de una personalidad de la tele, pues desde 2021 ha sido uno de los jueces regulares en ‘Canada’s Drag Race’, la versión canadiense de ‘RuPaul’s Drag Race’.
También se ocupa de los looks de otras actrices, como Kaley Cuoco (Penny, en ‘The Big Bang Theory’) o Natalia Dyer (Nancy Wheeler, en ‘Stranger Things’ de Netflix). Pero sus mejores trabajos, sin duda, están siendo junto a Moore.
Icono con solera
Lo de icono de estilo tampoco le viene de nuevo a la actriz que aún conserva el apellido de su primer marido, Freddy Moore, un rockero de poca monta con el que estuvo casada de 1980 a 1985, antes de hacerlo con el actor Bruce Willis (de 1987 a 2000), y padre de sus hijas Rumer, Scout y Tallulah, y Ashton Kutcher (de 2005 a 2011).
Su nombre verdadero es Demetria Gene Guynes. La misma que puso de moda hace más de 30 años el ‘Bowl cut’, el corte de pelo corto tazón que lucía en ‘Ghost’, la película más taquillera de 1990 y que protagonizó junto a Patrick Swayzer. Un ‘look’ superfemenino y ‘effortless’, que hoy sigue siendo tendencia.
Demi Moore y Patrick Swayze, en el Tachillazo ‘Ghost’. / AP
Un año después la cámara de Annie Leibovitz la inmortalizó en la que sería la portada más famosa de la década. Demi, la actriz mejor pagada de Hollywood aquellos años en los que protagonizó ‘Algunos hombres buenos’ (1992), ‘Una proposición indecente’ (1993) y ‘Acoso’ (1994), apareció embarazada de siete meses de su segunda hija, Scout LaRue, desnuda, con una mano en un pecho y la otra en su abultada barriga, en la primera página de ‘Vanity Fair’. Aquello fue un bombazo que otras mujeres, famosas o no, han copiado hasta la saciedad.
«Edad complicada»
Al acercarse a los 50, se vio «en una edad muy complicada», confesó al ‘Daily Mail’. «Los productores no saben qué hacer conmigo. No tengo 20 años ni 30. No hay muchos papeles para mujeres de 40 años. La mayoría no tienen contenido y otros consisten en ser la madre o la mujer de alguien», se lamentó. Y empezó a modelar su cara y su cuerpo a golpe de bisturí. Prótesis de silicona; ‘lifting’ facial; lipoaspiración, liposucción de estómago, inyecciones de colágeno, clases de gimnasia, cero alcohol y una dieta crudivegana ‘antiage’.
Moore, impecable con vestidos de Schiaparelli, Oscar de la Renta, Loewe y una alta costura. / EPC
Su peor momento llegó hace cuatro años, cuando, en un desfile para Fendi, mostró un calamitoso retoque estético que le había desfigurado la cara. La culpa, una bichectomía (retirada de las bolas de Bichat, unas almohadillas de grasa que hay en los carrillos) mal realizada.
El renacimiento
Pero desde que el año pasado se puso en manos de Brad Goreski, Demi Moore no ha hecho más que brillar y brillar en las alfombras rojas con sus ‘looks’ de ensueño, acompañados de una melena lacia, larga y extrabrillante, y una mascota adorable, el chihuahua Pilaf, que la acompaña siempre en todos sus eventos por todo el mundo.
Por citar solo los últimos… El vestido de cuero de Bottega Veneta con cintura baja y zapatos de Christian Louboutin, rematado con joyas de Tiffany & Co, que ha lucido en los Premios SAG 2025, donde por cierto, ha salido victoriosa. O el deslumbrante vestido hecho a la medida de McQueen con el que acudió a la gala de los premios BAFTA en Londres. Aunque se fue de vacío, porque se llevó el ansiado galardón a la Mejor Actriz, fue de las más brillantes de la noche con un modelo increíble, firmado por Seán McGirr, el último director creativo de la casa. Un diseño halter con cola de sirena -que a Moore le costó dominar al caminar en ciertos momentos- realizado con mosaicos de color (azules, amarillos, platas y rojos, pasando por los rosados). Una vez más, acaparó todas las miradas.
Moore, con los modelos Armani Privé, la alta costura de Haute de Schiaparelli y el floral de Harris Reed. / EPC
El increíble satinado color champán de Armani Privé que llevó en los Globos de Oro, el diseño portentoso y encorsetado -como los costurazos en la espalda de su personaje en la película de Fargeat- de Schiaparelli Couture otoño-invierno 2024, en los Critics Choice Awards; el original vestido-mosaico rojo de Oscar de la Renta, en una de las ‘premieres’ de ‘La sustancia’, el floral modelo de Harris Reed para la Met Gala del año pasado, o los incomparables diseños que lució durante el Festival de Cannes, desde el Armani Privé en ‘red’ con lentejuelas o el alta costura de Schiaparelli con ese pico mítico, hasta el Loewe blanco de Gala amfAR. Por no hablar del Dior alta costura en gris que ha lucido en los premios del Sindicato de Directores, todo lleno de ‘ojos’, en un claro guiño al filme ‘La sustancia’.
Una lección tras otra de estilo que seguro volveremos a ver brillar en los Oscar.
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