No se abrió el féretro. No sabemos si estaba él u otra persona
El 23 de noviembre de 1975 Gabino Abánades esperaba bajo la gran cruz de la Valle de los Caídos a la delegación que trasladó los restos de Franco.
Gabino fue director de los servicios funerarios de Madrid durante casi dos décadas, pero la historia lo recordará como el hombre que junto a su equipo enterró a Franco.
«Elegí los más antiguos y lógicamente tenían la misma altura para que el ataúd siempre estuvo horizontal«, explica a laSexta Columna en el vídeo sobre estas líneas.
En ese momento, el notario jefe del Reino hace un último control. Sin embargo, Abánades señala que «allí no se abrió el ataúd en absoluto, no sabemos si estaba Franco o había otra persona», apunta.
Al pie de la tumba, Gabino presencia cómo su equipo de sepultureros inicia el descenso. «Fueron dos minutos», explica Gabino, quien asegura que las únicas instrucciones que recibieron fueron que «el entierro se hiciera con la mayor prudencia posible y muy despacio».
En medio de aquel silencio sepulcral, se encontraba una losa de 1.500 kilostan pesado que España tardará más de cuatro décadas en Vuelve a levantarlo para trasladar al dictador a un lugar alejado de los homenajes..
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