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Paro y empleo, verdades y mentiras

Paro y empleo, verdades y mentiras
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  • Publisheddiciembre 7, 2025




Hubert H. Humphrey (1911-1978), vicepresidente de Estados Unidos con Lyndon B. Johnson (1908-1973) y candidato a la presidencia en 1968, afirmó en uno de sus discursos más famosos, que «ningún hay un nivel aceptable de desempleo, porque el hambre no es aceptable, la pobreza no es aceptable, la mala salud no es aceptable y una vida arruinada no es aceptable.

Diciembrecomo cada mes, ha comenzado con el anuncio de la datos de desempleo y empleo del mes anterior. También, con una fastidiosa monotonía, se ha repetido el bastante absurdo rito de cifras que para unos son positivas y para otros, negativas.

Los números dicen que hay 2,42 millones de desempleados matriculados, 18.805 menos que el año anterior. Al mismo tiempo, el número de miembros de la Seguridad social es de 21,83 millones, pero con una caída de 14.358 en el último mes.

A partir de ahí, las interpretaciones. El Viceministra de Trabajo, Yolanda Díazpresume de resultados, algo a lo que añade el también vice y ministro de Hacienda, María Jesús Montero.y el resto del Gobierno de Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo, la oposición de Alberto Núñez FeijóoTambién con la misma regularidad y monotonía, aunque quizás con menos entusiasmo, critica los datos que, a su juicio, indican que existe una desaceleración en la creación de empleomientras se vuelve a blandir el fantasma de las luminarias discontinuas que están paradas, pero que no aparecen como tales.

José María Rotellar, director del Observatorio Económico de la Universidad Francisco de VitoriaEstima que hay entre medio millón y un millón y medio de trabajadores en paro que no aparecen en las estadísticas, sin que el Gobierno ofrezca cifras verdaderamente fiables.

La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (fedea), dirigido por Ángel de la Fuente, quizás el think tank más importante y prestigioso de España, antaño Banco de España de José Luis Escrivá parece abandonar esa tarea, intenta, también periódicamente, arrojar luz sobre el mercado laboral.

Ahora, casi al mismo tiempo que aparecían los datos del paro de noviembre, ha publicado las conclusiones de su «Observatorio trimestral del mercado laboral». Ha estado coordinado por Florentino Felgueroso (Fedea) y Rafael Doménech (BBVA Research) y también han participado los expertos Juan Ramón García (BBVA Research), Marcel Jansen (Universidad Autónoma de Madrid y Fedea), Sergi Jiménez (U.Pompeu Fabra, BSE y Fedea), Sirenia Vázquez (BBVA Research) y Amalia Viola (Fedea).

Las conclusiones del «Observatorio» no serán del agrado de todos, pero hay que tenerlas en cuenta y confirman la existencia de luces y sombras en el mercado laboral español. El creación de empleodigan lo que digan los portavoces del Gobierno, se moderó en el tercer trimestre, algo que, al mismo tiempo, es compatible con un mayor dinamismo del empleo en el último trimestre del año.

Por otro lado, mientras que el autoempleo rebotó, el la contratación permanente perdió impulso y la tormenta descendió. La temporalidad, además, se redujo y se sitúa en mínimos históricos, siempre y cuando -otro debate que divide al Gobierno y a la oposición, y también a muchos expertos- se considera que los «empleados fijos discontinuos» que no están trabajando sí tienen, en realidad, empleo indefinido.

Los expertos de Fedea concluyen que la población española de entre 25 y 34 años y el extranjero entre 35 y 44 años explicar el aumento del empleo. De hecho, el 57% del empleo Creada en el tercer trimestre de 2025, se concentra en la población extranjera, mientras cae la tasa de participación española en la población activa. Por otra parte, el El PIB por persona no cambiódebido a «la contracción de la productividad por hora trabajada», y la reducción de la tasa de paro fue marginal, aunque el paro de larga duración disminuyó hasta las cifras que tenía en 2009.

El Observatorio también ha detectado otros fenómenos en el mercado laboral: Las necesidades de reposición de fuerza laboral no pueden satisfacerse con la población joven nativa, que además no se emplea en las actividades que deja la población jubilada.

Los inmigrantes son clave para equilibrar las pérdidas netas de empleo derivadas de las jubilaciones, aunque las Comunidades Autónomas (CCAA) más antiguas necesitarán más inmigración. Los inmigrantes más cualificados permiten a todas las Comunidades Autónomas contrarrestar pérdidas de empleo que requieren cualificaciones educativas medias o superiores.

En definitiva, luces y sombras en el mercado laboral español, que va mejor, sin olvidar que «no hay un nivel de paro aceptable», como decía Hubert H. Humphrey.



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