¿Por qué los grandes patrimonios invierten distinto y qué puedes aprender de ellos?
Una de las principales herramientas de los altos patrimonios e inversores profesionales para mantener y elevar su patrimonio ha sido la inversión en los mercados privados. Es decir, la inversión en empresas que no cotizan en bolsa.
Desde empresas más tecnológicas como OpenIA, hasta clásicos como Tous, Pastas Gallo o Codorníu, o proyectos tan vanguardistas como un centro de datos, los fondos de capital privado o Private Equity dan exposición a este tipo de oportunidades.
La mayor rentabilidad histórica, la capacidad de impactar en la economía real y su tangibilidad, acompañado de otros atributos como menor volatilidad, han convertido a los fondos de capital privado en un activo esencial en las carteras de los inversores más sofisticados.
Durante décadas, este tipo de inversión ha estado reservada a instituciones, family offices y grandes patrimonios, debido tanto a las barreras de entrada como a la complejidad operativa o los mínimos de inversión. Sin embargo, la tecnología ha empezado a abrir nuevas puertas. Empresas como Crescenta permiten hoy que más perfiles —sin renunciar a la calidad— puedan beneficiarse de esta clase de activo.
Crescenta democratiza el capital privado con inversión accesible y fondos de primer nivel
“Vimos la oportunidad de digitalizar la industria del capital privado, que seguía siendo muy analógica. Estamos redefiniendo la inversión a largo plazo”, apunta Ramiro Iglesias, CEO y cofundador de esta Wealthtech.
Digitalizar este proceso de inversión ha permitido ofrecer al inversor existente (familias empresarias, altos patrimonios, etc.), una experiencia mejorada, con un proceso mucho más ágil y en fondos de muy difícil acceso y alta calidad. “Además de mejorar la experiencia para los patrimonios ya establecidos, la tecnología nos permite dar entrada a nuevos inversores sin comprometer la calidad. Para nosotros, democratizar significa elevar el estándar, además de acompañarles con asesoramiento y formación financiera”, añade Iglesias.
Con más de 3.000 inversores y 200 millones de euros bajo gestión, en poco más de un año y medio, Crescenta ha revolucionado el sector. La gestora, aprobada y supervisada por la CNMV, crea y construye cestas diversificadas de fondos internacionales: cada vehículo combina entre cinco y siete gestoras top-tier, cuidadosamente seleccionadas, para ofrecer al inversor acceso institucional sin necesidad de comprometer grandes volúmenes de capital.
El capital privado se abre a nuevos inversores con acceso digital, calidad y asesoramiento
Entre sus fondos subyacentes se encuentran vehículos de pesos pesados como las gestoras Cinven o EQT, que acumulan rentabilidades anuales medias superiores al 20%*. “La entrada por libre a estos fondos, además de que es muy difícil, requeriría un mínimo de 10-15 millones, mientras que con Crescenta puedes invertir en una selección de fondos desde 10.000 euros”, explica Iglesias.
El capital privado ya no es solo una opción reservada a las élites financieras: es una pieza clave para cualquier inversor que busque diversificación, rentabilidad consistente y visión de largo plazo. Lo importante no es solo acceder, sino hacerlo bien: con vehículos de calidad seleccionados por expertos.
*Rentabilidades pasadas no implican rentabilidades futuras. La inversión en capital privado tiene riesgos, como la iliquidez.
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