Reubicar el abandonado monolito en recuerdo de Toño Vega en el área de servicio público de Buferrera
El 10 de mayo de 1989, en los aledaños de la carretera que llevaba al paraje conocido como Entrelagos, en la vertiente canguesa del entonces parque nacional de la Montaña de Covadonga, se inauguraba un monolito en recuerdo del que fuera alcalde de Cangas de Onís Juan Antonio Vega Díaz, «Toño». Aquel modesto acto se desarrolló en los prolegómenos de la 17ª etapa de La Vuelta, procedente de Santoña (Cantabria), ganada por Álvaro Pino, edición que, finalmente, conquistó Perico Delgado.
Con el transcurso del tiempo, desde el Organismo Autónomo Parques Nacionales se decidió demoler el entonces Motel Entrelagos para «crear» el actual mirador, con panorámicas espectaculares de Enol y La Ercina. Del mismo modo, en otra decisión, de la propia Administración Central, se «eliminó», el pequeño tramo de pavimento asfáltico, restituyéndolo a su estado natural, que unía la bifurcación del acceso a Vega La Tiese con la susodicha zona de Entrelagos.
Previamente, en sesión plenaria celebrada en la Casa Consistorial, presidida por Pilar Díaz Junco, el 27 de diciembre de 1988, se aprobó otorgar el nombramiento de hijo predilecto de la ciudad a Juan Antonio Vega Díaz, a título póstumo; concederle la medalla de oro del Ayuntamiento, dar al polideportivo su nombre y colocar un monumento en la Vega de Enol, en su memoria como homenaje «a su labor de promoción de la Vuelta Ciclista a España en Asturias».
El monolito en cuestión, cumplidos siete largos lustros desde su inauguración, ha pasado al más triste de los ostracismos, pues, desgraciadamente, quedó fuera de las miradas de oriundos y forasteros que suelen acercarse al espacio natural protegido. Ya va siendo hora de que las autoridades competentes busquen un mejor lugar para honrar la memoria del que ha sido una de las grandes figuras de la política canguesa, además de indiscutible valedor del final de etapa en los antaño denominados Lagos de Enol.
«Toño» Vega, fallecido el 15 de noviembre de 1988, a los 68 años de edad. Luchó lo indecible por esa etapa de la Vuelta y, ese citado ejercicio, el controvertido Instituto para la Conservación de la Naturaleza (ICONA), del que dependía el parque nacional, había negado la pertinente autorización para que la «serpiente multicolor» llegase, como en anteriores ediciones a Entrelagos. Aquel tremendo disgusto afectó de pleno al carismático regidor cangués, sin lugar a dudas, uno de los mejores alcaldes que ha tenido Cangas de Onís.
Tras la muerte de Toño, la presión ejercida por los profesionales de prensa, radio y televisión que cubrían La Vuelta Ciclista a España de 1990, en el transcurso de la decimosegunda etapa (Oviedo-Santander), hicieron entrega en El Portazgo (Cangas de Onís), a la alcaldesa Pilar Díaz Junco, un manifiesto en apoyo a la etapa de Los Lagos. «Asturias, España, nuestro ciclismo y el ciclismo internacional no deben verse privados de tal acontecimiento, cuya influencia en el balance de la carrera ha sido, años tras año, ciertamente importante», exponían los periodistas y enviados especiales de La Vuelta.
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En 1991, por fortuna, volvió a recobrarse el final de etapa en Los Lagos con victoria de «Lucho» Herrera, uno de los grandes y míticos escaladores del ciclismo mundial. Ocurrió el 13 de mayo, y al día siguiente, la caravana salió de Cangas de Onís con dirección el Alto del Naranco (Oviedo). Las cosas volvían a su cauce y el concejo cangués iniciaría su despeje turístico. Lo demás ya es historia reciente, plagada de éxitos y grandes campeones dejando su estela, con letras de oro, en los míticos Lagos. Justo ahora se cumplen 41 años de aquella primera vez.
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