Sánchez quiere echar a los ricos de España
Aunque sigue alardeando de la supuesta buena marcha de nuestra economía, Pedro Sánchez ha confesó que su objetivo Es otra: se trata de promover, incrementar e implementar la intervención estatal en la economía.
En un discurso reciente, el presidente del Gobierno dijo que pretendía aumentar la intervención del Estado en las empresas privadas porque «Keynes «Está más vivo que nunca», y ahora ha confesado su objetivo de perseguir a las grandes fortunas: «Pretendemos registrar a quienes tengan dinero en su cuenta corriente durante cien vidas», ha dicho este miércoles, y ha apuntado que lo que se plantea es que haya «más transporte público». y menos lamborghinis«.
Es decir, su discurso es abiertamente beligerante contra las fortunas y las grandes fortunas. Y está cumpliendo su objetivo. Para empezar, España es prácticamente el único país desarrollado que mantiene el impuesto sobre el patrimonio. Un impuesto directamente dirigido a gravar la riqueza acumulada por las grandes fortunas.
Además, Sánchez es el presidente europeo que más ha subido los impuestos a sus ciudadanos, incluidos los más ricos.
Ahora, entre sus proyectos, está el de gravar las participaciones de los fondos de inversión que, precisamente por su propia naturaleza, actualmente sólo gravan la ganancia de capital cuando ésta se realiza, es decir, cuando el partícipe retira su dinero.
Como consecuencia de ello, el número de ricos está disminuyendo. En España, el año pasado, en 2023, el número de superricos, con enormes fortunas superiores a los 30 millones de euros, se redujo en más de un 11%.
Sin embargo, en lugares como Irlanda o Mónaco, el número de superricos ha aumentado. curiosamenteson los países con una fiscalidad más laxa para estas fortunas, así como para las empresas y los ciudadanos y, casualmente, son aquellos en los que sus ciudadanos disfrutan de los salarios más altos.
Y, ¡oh sorpresa!, ¿cuáles son los países del mundo con mayor renta per cápita? Curiosamente, Mónaco e Irlanda, junto con Suiza y Luxemburgo.
Es decir, aquellos países donde se incentive la llegada tanto de empresas como de grandes fortunas, y donde ambas puedan hacer crecer sus negocios y fortunas dentro de un país, fomentarán la posibilidad de que la sociedad incremente esa riqueza.
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