Trump enmaraña la lucha de Paramount y Netflix por Warner, HBO y CNN
En el ya poblado reparto de la saga de la venta de Warner Bros. Discovery hay un personaje fundamental: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El republicano se ha enmarañado en la lucha entre Netflix y Paramount por el conglomerado que incluye, entre otros medios audiovisuales, el histórico estudio, HBO Max y la cadena CNN.
[–>[–>[–>La implicación del mandatario va más allá del tradicional papel gubernamental en operaciones que deben asegurar el cumplimiento de reglas antimonopolio. En este caso, como suele suceder en todo con Trump, incluye filias y fobias, personales y políticas y, también, intereses ideológicos y económicos.
[–> [–>[–>La trama es conocida. El viernes Netflix, dirigida por Ted Sarandos, anunció un acuerdo de compra por el que, a cambio de 72.000 millones de dólares, se iba a quedar con la parte de cine, series y streaming de WBD, que incluye el estudio y los catálogos de cine y televisión, los DC Studios, HBO y HBO Max.
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Dos días después Trump, en unas declaraciones, puso en cuestión que ese acuerdo fuera a poder cerrarse sin problemas y anunció que iba a implicarse. Y el lunes, en un giro dramático, Paramount lanzó con 108.000 millones una opa hostil por todo WBD.
[–>[–>[–>Esa oferta llega tras 12 semanas de negociaciones de Paramount con David Zaslav, el presidente y consejero delegado de WBD, que claramente no llegaron a buen puerto. Y la opa incluye no solo la parte que se iba a quedar Netflix sino también la de televisión, con cadenas como CNN, TNT, el servicio de streaming Discovery+ y algunos canales gratis en Europa.
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Promesas de cambio en CNN
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Las riendas de Paramount las lleva David Ellison, hijo del magnate de tecnología Larry Ellison, cofundador de Oracle, con ambiciones de crear un nuevo imperio mediático y uno de los aliados señalados de Trump para encargarse de TikTok en EEUU. Y una de las claves de su apuesta tiene que ver con la afinidad de la familia con el presidente de EEUU, por más que el mandatario el lunes dijera que no tiene una amistad personal ni con los Ellison ni con Sarandos.
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[–>Según ha revelado ‘The Wall Street Journal’, Ellison hijo estuvo en días recientes de visita en Washington y en una reunión con cargos de la Administración Trump hizo promesas de que, si era su empresa la que se hacía con WBD, haría cambios profundos en CNN. Trump, según el rotativo, ha dejado claro a personas cercanas que quiere que CNN tenga un nuevo dueño y que haya cambios en la programación del canal de información, una de las dianas constantes en sus feroces ataques a la prensa que insulta y denosta como “noticias falsas”.
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Fuentes del ‘Journal’ en la Casa Blanca también han asegurado que Ellison padre llamó personalmente a Trump cuando se conoció el acuerdo de compra de Netflix y le avisó de que, si salía adelante, dañaría la competencia, un argumento que el presidente esgrimió al plantear públicamente sus dudas.
[–>[–>[–>Previamente otros medios, como ‘The Guardian’, habían informado de que Larry Ellison habló con cargos de la Casa Blanca de Trump en noviembre poniendo sobre la mesa, aunque él ni dirija la compañía, posibles cambios en CNN, incluyendo la retirada de presentadoras con las que Trump se ha molestado a lo largo de los años.
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Ideología y negocios
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El abierto intento de Trump de influir en el mundo de la información y el entretenimiento no es nuevo. Esa miasma ya se expuso cuando logró que CBS, cadena propiedad de Paramount, le pagara 16 millones de dólares para cerrar una demanda que había interpuesto por una entrevista con Kamala Harris que consideró manipulada. Ese pago allanó el camino para que el gobierno del republicano autorizara una fusión de Paramount con Skydance. CBS luego anunció la cancelación del programa del cómico Stephen Colbert, crítico con Trump, y puso su destacamento de noticias en manos de Bari Weiss, una periodista alineada con el asalto frontal conservador al supuesto wokismo.
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La oferta de Paramount por el conglomerado encabezado por Warner también toca a Trump, siquiera de forma indirecta, en términos económicos. La opa está respaldada por Affinity Partners, una firma de capital riesgo de su yerno Jared Kushner, y por fondos soberanos de Arabia Saudí, Qatar y Abu Dhabi, actores de Oriente Medio con los que Trump está combinando constantemente negociaciones políticas y económicas.
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Aunque se asegura que Kushner y los fondos tendrán participación sin voto y renunciarán a derechos de gobierno en la potencial empresa que fundiría Paramount y WBD, incluyendo asientos en su junta directiva, es difícil eliminar las dudas de intereses no revelados.
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El modelo económico en esta opa es similar al que se usó en la compra del gigante de videojuegos Electronic Arts, que quedó bajo control del fondo soberano saudí. Esa una de las herramientas con que Mohamed Bin Salmán diversifica su economía y expande su presencia y poder global, incluyendo en España, sin borrar las abundantes sombras que rodean su mandato de facto y la situación de derechos humanos en su país.
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Nell Minow, presidente de una firma de servicios financieros, le ha dicho a la agencia Reuters que Trump debería recusarse de cualquier cuestión relacionada con la autorización de venta de Warner. “Si estuvieras enseñando una clase de conflictos de interés en una escuela de negocios, esto sería la prueba número 1”, ha dicho Minow.
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Resolución a cámara lenta
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Lo que prácticamente nadie anticipa es que el futuro de Warner se vaya a resolver a cámara rápida. La compañía tiene 19 días laborables, o hasta el lunes 22, para reunir a sus asesores y decidir si prefieren la oferta de Paramount a la de Netflix. Si es así, Netflx tendría cuatro días laborables más para hacer una contraoferta. Los accionistas de Warner, mientras, tendrían hasta el 8 de enero para aceptar la opa, aunque ese plazo podría ampliarse.
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Pese a todo los directivos de Netlfix el mismo lunes y con la opa de Paramount ya lanzada se mostraron optimistas. “Estamos increíblemente felices con el acuerdo, creemos que es una gran manera de crear y proteger trabaos en la industria del entretenimiento. Confiamos mucho en que vamos a llevarlo hasta el final”, decía Sarandos en una llamada con analistas de un banco de inversiones.
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Su seguridad choca con el suspense que rodea al futuro de Warner Brothers, un estudio que se fundó en 1923, que fue el primero de los grandes en hacer películas con sonido, que también fue de los primeros en hacer en los años 50 del siglo XX una apuesta decidida por la televisión. Ya como conglomerado, fue pionero en realizar películas de superhéroes y en apuestas de televisión de calidad suprema como las que definieron HBO.
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