Un tentempié de café y tostada para migrantes por solo un céntimo en Canarias
Un café con leche, pan con mantequilla y mermelada, dos sobres de azúcar y un pack de cuchillo, cuchara y servilleta por solo un céntimo. Plataforma Femar SL, adjudicataria del servicio de comedor del centro para migrantes de Las Raíces (Tenerife), ofertó 62.600 menús tipo pícnic por apenas 626 euros. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) impuso una multa millonaria a esta compañía, con sede en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), por encabezar tres cárteles alimentarios creados para trampear las ofertas presentadas en varios concursos públicos y hacerse con la gestión de comedores de hospitales, residencias de mayores, centros penitenciarios e instalaciones del Ejército. Este tipo de cárteles, explica la CNMC, se consideran especialmente perjudiciales, pues impiden el acceso de las empresas al mercado, merman la competitividad y afectan al presupuesto público.
El Gobierno de España, a través de la sociedad pública Tragsa, sacó a licitación por 63,9 millones el servicio de comedor del macrocentro de acogida tinerfeño, que ganó Femar con una oferta de 34,1 millones de euros. Si bien este contrato se puede prorrogar hasta agotar la partida de salida de la licitación.m
Las empresas competidoras valoraron el menú pícnic, que se le entrega a los migrantes cuando van a pasar la jornada en el juzgado o en instalaciones policiales, entre uno y 3,98 euros. Además de estas comidas para llevar, el contrato incluye el servicio diario de dieta completa (desayuno, almuerzo, merienda y cena) para las personas acogidas en Las Raíces, que Femar ofertó por 8,8 euros, mientras que la empresa Boanva Canarias valoró el servicio en 10,98 euros. Pero, ¿qué incluye el menú diario de los migrantes? El pliego técnico detalla que el desayuno debe estar compuesto por un vaso de leche con café o cacao soluble (250 mililitros), una pieza de fruta fresca o un zumo de frutas sin azúcar añadido, un pan (80 gramos), un quesito en porción o margarina vegetal y una porción de mermelada y un paquete de galletas o una pieza de bollería artesanal (60 gramos).
Tragsa sacó a licitación por 63,9 millones el servicio de comedor del macrocentro de acogida tinerfeño
Cada menú de almuerzo debe incluir un primer plato (400 gramos), un segundo plato con guarnición con al menos 200 gramos de proteína, una pieza de pan, postre y medio litro de agua filtrada. Al finalizar el almuerzo, el personal les debe entregar la merienda, compuesta por un brick de zumo o de leche con cacao (200 mililitros), una pieza de fruta y una pieza de bollería artesanal (60 gramos). Para la cena, Femar debe ofrecer una comida con la misma estructura que el almuerzo.
En total, especifica el pliego, el menú diario debe tener un aporte energético mínimo de 3.015 calorías diarias y debe estar diseñado por nutricionistas profesionales. Se exige que la confección de los menús y la elaboración de las comidas se haga «conforme a los estándares de calidad y seguridad alimentarias», primando la utilización de productos frescos y de primera calidad. Entre los criterios de adjudicación Tragsa valora que la realización de los menús se haga en el propio centro y otorga hasta cuatro puntos a las empresas que se comprometan a incrementar el tamaño mínimo de la ración de proteínas y guarnición del segundo plato.
El contrato detalla que el menú debe adaptarse a las fechas especiales como el Ramadán, la Fiesta del Cordero o la Navidad, siempre por 8,8 euros diarios. En época de Ramadán el servicio se adaptará a las circunstancias de esta festividad, en la que no se ingieren alimentos ni bebida durante el día y exige un servicio de alimentación en horario nocturno. Durante el mes del Ramadán se exige a la empresa adjudicataria incluir un pack de rotura del ayuno, compuesto por seis dátiles, un batido o zumo y una pieza de bollería, que se debe repartir antes de la cena o de madrugada. Como máximo una hora después de la puesta del sol, se ofrecerá la dieta habitual.
Tras la finalización del Ramadán, durante la celebración de la Pascua Chica, la Pascua Grande (Fiesta del Cordero) y la Navidad, el menú del almuerzo contará al menos con un plato individual de entrantes propios de esta festividad y un plato especial formado por una pieza de carne de cordero o cabra, con una guarnición distinta a las servidas el resto del año, una pieza de dulce típico, un refresco y un pan.
Multa de 2,44 millones
Ante la imprevisibilidad de la ocupación diaria del centro, que depende directamente de los flujos migratorios, el pliego no define el número de comensales que habrá cada día en el centro. Si bien toma como referencia que la ocupación media del campamento a lo largo de este año ha sido de 2.700 personas, sobre una capacidad máxima de 4.480 plazas. Para garantizar un ingreso mínimo a la adjudicataria que le permita amortizar sus gastos estructurales y de gestión, Tragsa siempre abonará como mínimo el importe equivalente a 150 menús completos diarios.
El servicio que deberá ejecutar Femar, según el pliego técnico, no solo incluye la elaboración, distribución y emplatado de los menús, así que la empresa también debe encargarse de la recogida y limpieza de los utensilios empleados (platos, vasos, cubertería…), además de la higienización diaria de las superficies de trabajo, incluido el suelo y las instalaciones del comedor.
Femar, la empresa que ganó el contrato, fue sancionada por la CNMC por amañar concursos públicos
Femar logró la adjudicación del servicio de alimentación de migrantes en Las Raíces con la máxima valoración, 100 puntos. En segundo lugar, con 77,84 puntos, se quedó la Unión Temporal de Empresas (UTE) Leonesa Catering y Servicios e Iberocaser, ambas sociedades con sede en La Bañeza (León). Si bien esta UTE no se quedó con las manos vacías, pues se hizo con el concurso del comedor del Canarias 50, por 18,4 millones de euros. Para encontrar a una empresa canaria hay que llegar hasta el tercer puesto, en el que quedó Boanva Canarias SL, que logró 75,23 puntos.
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La CNMC multó con en julio a Femar con 2,44 millones por participar en tres cárteles empresariales con los que intercambió información comercial sensible sobre sus márgenes de beneficio en los contratos; los precios de oferta a un cliente privado; su zona de influencia para operar; las licitaciones a las que se iban a presentar e, incluso, la contraseña y el certificado digital para acceder a la plataforma de contratación. Unas prácticas que, según la CNMC, «distorsionan la competencia» y «empeoran el bienestar de los consumidores y de la economía en general».
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