Una terapia española que busca rejuvenecer tejidos y detener el envejecimiento se ensayará en dos años en humanos
María Blasco, directora científica del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ha explicado este martes que espera que «en unos dos años» comiencen los ensayos que probarán en humanos una terapia que busca rejuvenecer los tejidos afectados y que ha logrado curar en ratones la fibrosis pulmonar.
Blasco ha hecho este anuncio en la I Cumbre Internacional de la Longevidad, que se celebra en Madrid y donde se han dato cita investigadores internacionales que trabajan en el campo del envejecimiento y en diferentes técnicas destinadas a detener este proceso y las enfermedades asociadas. En este marco, Blasco ha explicado los trabajos que se llevan a cabo en el CNIO y que han contribuido a demostrar uno de los mecanismos que intervienen en el envejecimiento: el acortamiento de los telómeros, que son estructuras de proteínas situadas en los extremos de los cromosomas que los protegen cuando la célula se divide.
El éxito de la técnica en ratones anima a los investigadores del CNIO a pensar que esta terapia génica «se puede usar en más situaciones»
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Pero los telómeros solo cumplen su función protectora si son los bastantes largos, cuando se acortan demasiado, la célula deja de dividirse y eso impide la regeneración del tejido. Por eso el acortamiento de los telómeros se asocia al envejecimiento y las enfermedades asociadas. Una de ellas es la fibrosis pulmonar, dado que se ha descubierto que los pacientes que sufren esta enfermedad tienen telómeros cortos tanto si la enfermedad es hereditaria como si no y se trata de una dolencia asociada a la edad avanzada.
El ‘antídoto’
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Afortunadamente, existe una “especie de antídoto”, según ha explicado Blasco, que consiste en activar la telomerasa, que es la enzima que “resetea los telómeros” y los repara. Por ello, mediante una terapia génica que activa la producción en el organismo de la telomerasa, el CNIO ha conseguido curar la fibrosis pulmonar en ratones, abordando, por primera vez, su tratamiento como una enfermedad asociada a la edad, buscando rejuvenecer los tejidos asociados.
El éxito de esta técnica anima a los investigadores a pensar “que la terapia génica que activa la telomerasa se puede usar en más situaciones”, según ha explicado Blasco, quien ha pronosticado que dentro de unos dos años se ensayará en humanos.
El escollo
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La investigadora ha indicado que, en el campo de la longevidad, este tipo de ensayos serán los que darán resultados más a corto plazo dado que “el envejecimiento no se entiende como enfermedad y, por tanto, no se permiten los ensayos para prevenirlo”.
Coincide con este análisis el doctor Eduardo Díaz-Rubio, oncólogo y autor de ‘Un viaje hacia la inmortalidad’, quien ha indicado en el mismo foro que el hecho de que la OMS no contemple el envejecimiento como una enfermedad “es un tema crítico” y un “escollo importante” a la investigación en este terreno, por lo que la ciencia se ha orientado en la búsqueda de terapias destinada a enfermedades concretas, donde “habrá más avances”.
Tal es la importancia de los telómeros en este campo, que una empresa española, ‘spin off’ del CNIO, es capaz de estudiar, con un algoritmo, los telómeros de miles de células y medir la edad biológica en función de la longitud de estas estructuras situadas en los cromosomas, según ha explicado Enrique Semper, director de negocios de LifeLegth y otro de los ponentes en las jornadas.
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[–>La I Cumbre por la Longevidad ha sido organizada por José Luis Cordeiro, autor del bestseller ‘La muerte de la muerte’, quien sostiene que en 2045 el hombre será inmortal. En la inauguración del evento, Cordeiro ha indicado que «no existe el envejecimiento saludable«, porque «el envejecimiento no es saludable y es posible no envejecer». A su juicio, el envejecimiento es «una enfermedad pero curable» y, por ello, la industria de la longevidad «va a ser la más importante del mundo».
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