Unos golpean y otros evitan la defensa
La fiscal del caso Samuel Luiz, Olga Serrano, manifestó que la paliza mortal del 3 de julio de 2021 fue «un ataque grupal» en el que los cinco acusados eran «conscientes de que los golpes» que recibía la víctima podían «causarle la muerte». Comparó la agresión con una «manada de lobos que sale a cazar», que elige una presa, aunque explicó que «los lobos cazan para sobrevivir» pero «los seres humanos matan por diversión».
«Es una cacería a través de una ataque grupal«, señaló, y recordó que no es necesario «una planificación» de la paliza sino que «unos golpean y otros evitan la defensa». Para considerarlos autores de un delito de asesinato, detalló, «no es necesario que hayan golpeado a la víctima sino que hayan realizado actos esenciales que hayan contribuido a su muerte». Lo dijo en referencia a Catherine Silva y Alejandro Míguez, quienes «evitaron que Samuel fuese auxiliado».
«Lo tengo claro, todos han participado de la misma manera», manifestó la fiscal, y recordó que ninguno se desvinculó del ataque sino que estuvieron juntos «desde el principio hasta el final».
Fue, a su juicio, «una persecución inhumana» en la que Samuel «no dejó de recibir golpes», siendo «los más contundentes los del inicio de la agresión».
Olga Serrano argumentó que se trata de un asesinato porque la víctima «recibió un ataque sorpresivo, a traición, y su defensa estaba totalmente anulada».
La fiscal dijo de Diego Montaña que es «el macho alfa, el líder al que todos siguen» y que «nunca se desvinculó del grupo» durante la paliza, además de que su ADN estaba en el cuerpo de Samuel.
De Alejandro Freire destacó su «frialdad» pues «tras los hechos, convoca a sus amigos para intentar hacer un pacto de silencio».
Aseguró que Catherine Silva, que tenía una «relaxión tóxica» con Diego Montaña, tiene un «carácter agresivo y airado» y que en la paliza «empuja» a una amiga de Samuel para evitar que lo ayudase y que nunca se separó de su pareja, Diego Montaña. «No estaba preocupada por Samuel. Estaba pensando en que no la pillasen, en huir», añadió.
La fiscal definió a Kaio Amaral como «el primero de la clase que fue a la comisaría a delatar a sus compañeros». «Solo él y su anterior pareja dicen que separó», contó e insistió en que «no fue un mero espectador, sino que es un partícipe activo de la muerte». Sobre el móvil, Olga Serrano niega que se lo haya encontrado sino que «se apoderó de él aprovechando la brutal violencia que se estaba ejerciendo sobre Samuel».
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Alejandro Míguez, «el mentiroso» como lo califica la fiscal, entró «con ímpetu en el tumulto para pegar a Samuel». Destacó, además, que hubo un gran flujo de llamadas con los diferentes acusados en días posteriores a la agresión.
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