Y no porque haya una prueba de seguridad con su nombre
La famosa «prueba de los alces», diseñada para probar la capacidad de los autos para evitar obstáculos grandes y repentinos, suele ser una simulación controlada en pistas de carreras. Sin embargo, el fin de semana pasado, por un giro inesperado del destino, Varios BMW clásicos se han enfrentado a esta prueba real en Schmiedmann SueciaTaller especializado en la restauración de vehículos de la marca bávara.
El protagonista no era ni piloto ni técnico, pero un alce de impresionante tamaño, que decidió destruir varios vehículos que se encontraban en el lugar. El animal parece un fan de Audi porque no ha dejado intacto un BMW con su imponente carrocería. Provocó pérdidas millonarias y una anécdota que, si no lo hubieran pillado, hubiera sido difícil de creer.
El alce que odia los BMW
El incidente comenzó cuando Viktor Örtegren, director del taller, llegó para guardar su lancha antes del invierno. Mientras realizaba su tarea, un ruido en el garaje llamó su atención. Mientras investigaba, esperaba encontrarse con un cliente; En cambio, un enorme alce irrumpió en el lugar. Temiendo un posible ataque por el estrés del animal, el dueño se escondió y, en un acto de reflejo moderno, sacó su teléfono celular para grabar la insólita escena.
El vídeo, que inmediatamente se volvió viral, muestra el Un alce se levanta y golpea con sus cascos delanteros un BMW 850i recién pintadoun vehículo que había sido restaurado casi por completo para un cliente. Los daños fueron importantes: el capó estaba abollado, el panel delantero estaba destrozado y la pintura estaba rayada. Otro coche, perteneciente a un empleado del taller, también sufrió la furia del inesperado visitante.
Las pérdidas no fueron tan graves como se esperaba.
A pesar de las pérdidas materiales, Örtegren se mostró aliviado por el resultado relativamente positivo del accidente. «Podría haber sido mucho peor»comentó. «Nadie resultó herido y los alces lograron regresar al bosque sin mayores problemas». El animal, tras su particular «valoración» de los vehículos, cruzó una carretera cercana y regresó a su hábitat natural.
Este curioso episodio pone de relieve una singular ironía: la famosa prueba del alce, diseñada para evitar accidentes con animales como este, no podía prever un escenario en el que el alce fuera el agresor. Mientras tanto, Los BMW afectados tendrán que someterse a una nueva restauración, esta vez con una anécdota difícil de contextualizar.
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