25M EN ASTURIAS
«Cada día debería ser un 25N», dijo la presidenta de la Federación Asturiana de Concejos, Cecilia Pérez, para abrir las intervenciones del acto institucional en ocasión del día contra la violencia hacia la mujer. Un acto que se celebró en un concurrido auditorio As Quintas de La Caridad (El Franco) y que, entre uno y otro discurso, hubo algo común: hay margen de mejora porque «se necesita más coordinación» y ninguna mujer, más allá de su posición social, cultural y económica, «sigue estando libre».
La amplia representación política (ocho consejeros, una directora general y diputados de la oposición) fue muy simbólica. El mensaje: «las instituciones permanecen unidas contra el maltrato». No faltaron tampoco los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado ni los técnicos que trabajan o alertan de este tipo de cruentos casos. Por lo demás, el acto fue emotivo, más de lo habitual, porque para lanzar el mensaje incólume de rechazo a la violencia contra la mujer se utilizó la música y el teatro. La voz de Tina Gutiérez, la interprentación de Alevosía Teatro, y también el recuerdo de un caso, el de Ana Orantes, que marcó un antes y después en una España que aprobó la primera Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la violencia de Género hace justo 20 años. El auditorio franquino hizo memoria con la historia de Ana Orantes para poner el foco en los fallos del sistema y de la sociedad. Orantes fue la primera mujer española que acudió a un medio de comunicación a contar su turbulenta existencia al lado de un maltratador por el que fue, finalmente, asesinada pese a sus quince denuncias, sus dos intentos de separación y su divorcio final.
Cecilia Pérez fue la primera en intervenir (es también alcaldesa de El Franco) y quiso dejar dos cosas claras. En primer lugar, que en esta lucha «los ayuntamientos somos esenciales» por ser la administración más cercana a los ciudadanos, y la que, quizás en la mayor parte de los casos, conoce de cerca a las familias y sus problemas. Y la segunda: «La reacción no puede se otra que actuar con políticas transversales», indicó. Hace falta «una coordinación eficiente» y más «compromiso ciudadano», añadió.
La alcaldesa de Avilés y ponente de la Ley 1/ 2004 , Mariví Monteserín, recordó la proeza que fue hace veinte años aprobar una norma con rango orgánico y por unanimidad y los esfuerzos por coordinar a todos los agentes ‘protectores’ y formar a las personas y especialistas destinadas a intervenir. «Fue un modelo para otros países», dijo Monteserín, quien habló de retos para el futuro próximo, pero también de los éxitos. De hecho, opinó que «se deben reconocer los éxitos» de esta ley y de la sociedad, algo que muchas veces queda en el tintero.
En las últimas dos décadas fueron asesinadas 1.284 mujeres, 30 de ellas (junto a dos menores), en Asturias, y por ello todavía queda por hacer. La vicepresidente del gobierno asturiano, Gimena Llamedo, fue la encargada de cerrar el acto enumerando todos los recursos que puso en marcha la administración regional y en los que ya trabaja para ganar servicios y atención hacia la mujer maltratada. «Necesitamos mejores respuestas judiciales y sociales», profundizó, «y también necesitamos una sociedad cómplice» contra el maltrato porque el futuro de Asturias «será feminista o no será».
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Llamedo también alertó del incremento de las denuncias entre las menores, un 6,8% más en un año, y habló de dos propuestas que Asturias suma: este mes abrirá las puertas un nuevo centro para atender a mujeres maltratadas, habrá más espacio para dar mejor atención y habrá un nuevo equipo (psicóloga, abogada y trabajadora social), y se trabajará en la coeducación en 50 centros educativos de Asturias porque «la mejor vacuna es la prevención». El acto se cerró con aplausos y el himno de Asturias.
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