Deportes

4.000 millones de brecha y un círculo vicioso que se acelera

4.000 millones de brecha y un círculo vicioso que se acelera
Avatar
  • Publishednoviembre 27, 2025



la victoria de Chelsea En Barcelona En Puente de Stamford No fue un accidente aislado ni una mala velada europea. Es más bien el último capítulo de una crónica que se escribe desde hace años en las cuentas bancarias de los clubes antes de reflejarse en los marcadores.

El 3-0 con el que los de Enzo Maresca enviaron todo Hansi Película eleva a ocho las victorias de equipos ingleses sobre equipos españoles en este liga de campeones, contra sólo uno de LaLiga. Un devastador 8-1 que duele, pero que sólo roza la superficie de un problema estructural mucho más profundo.

El número de enfrentamientos directos es alarmante. En nueve duelos entre clubes de ambas competiciones durante la fase de campeonato, primera división marcó 19 goles; LaLiga, apenas 4. Peor aún: los equipos españoles acumulan ya 600 minutos sin penetrar la portería de ningún rival inglés.

Desde la derrota del Barcelona Newcastle La segunda jornada -única alegría española en este cara a cara-, Villarreal, Atlético, Atlético, Real Madrid y el propio equipo azulgrana no pudo celebrar ni un solo gol en contra Tottenham, Arsenal, Liverpool, Manchester City o Chelsea. Seis partidos consecutivos a cero que reflejan un desamparo que trasciende lo táctico para ahondar en lo económico.

La brecha de los 4 mil millones

Porque detrás del 8-1 hay una realidad que lo explica casi todo: la Premier League genera casi el doble de ingresos que La Liga. En la temporada 2024/25, los clubes ingleses facturaron 7.477 millones de euros, mientras que los españoles facturaron 3.800.

La diferencia, cercana a los 4.000 millones, no es un dato menor ni una curiosidad estadística. Es el motor que impulsa todo lo demás.

Alexis Mac Allister ante el Liverpool contra el Real Madrid

Alexis Mac Allister ante el Liverpool contra el Real Madrid

Reuters

Esta distancia sideral se refleja por primera vez en los castings televisivos. El Liverpool, campeón de la Premier League, ganó más de 200 millones de euros sólo en derechos de transmisión; él Southampton, en la parte inferior, superó los 125.

En La Liga, por otro lado, la brecha entre grandes y pequeños se está ampliando en proporciones de cinco a uno: los clubes medianos apenas alcanzan los 50 millones y otros no llegan a los 30.

El modelo inglés, más igualitario en el reparto, permite a equipos como Newcastle, Villa Aston o el propio Chelsea tiene recursos que rivalizan con los de la España histórica.

El mercado de fichajes del verano pasado puso de relieve esta desigualdad a grandes rasgos. Los mejores clubes invirtieron 3.588 millones de euros, más de cinco veces lo que gastó La Liga: sólo 684 millones.

Y hay un dato aún más revelador: mientras Inglaterra registró un gasto neto de 1.200 millones -es decir, compró mucho más de lo que vendió-, el fútbol español cerró la ventana con un saldo positivo de cuarenta millones. En otras palabras, La Liga se ha convertido en un exportador de talento a una liga que puede permitirse pagar lo que otros ni siquiera pueden soñar.

La fuga sangrante

Martín Zubimendi, Yeremy PinoCristhian Mosquera, Fer López… La lista de futbolistas españoles que emigraron a Inglaterra el pasado verano constituye un catálogo de lo que La Liga ya no puede retener.

No son sólo las estrellas consagradas que cruzan el Canal de la Mancha; Lo mismo ocurre con los jóvenes que deben apoyar el futuro competitivo de los clubes que los formaron. El presidente del Gobierno no necesita convencerles con un proyecto deportivo: basta con abrir la chequera.

Zubimendi celebra un gol con el Arsenal

Zubimendi celebra un gol con el Arsenal

Juan Walton

Cable PA/dpa

ErnestoValverdeEl entrenador del Athletic lo resumió con franqueza tras su derrota en Newcastle: «La Premier League tiene mucho dinero, y eso significa que tiene muchos jugadores, muy fuertes y muy buenos. Si tienen seis equipos en la Liga de Campeones, es por algo».

No hay ninguna queja en sus palabras, sólo una confirmación de una evidencia que cada jornada europea confirma con resultados claros.

El círculo de cierre

Lo más preocupante para La Liga no es el presente, sino la espiral que amenaza con arraigarse. El sistema de coeficientes. UEFA, que determina el número de plazas europeas obtenidas por cada liga, premia las actuaciones continentales.

Esta temporada, España ocupa la cuarta posición en el ranking de coeficiente por países, por detrás Inglaterra, Alemania Y Italia. De continuar esta tendencia, La Liga podría perder una de sus plazas en la Liga de Campeones para próximas temporadas.

Y aquí es donde el círculo se vuelve vicioso. Menos plazas europeas significan menos ingresos de las competiciones de la UEFA. Menos ingresos significa menos capacidad para retener talento y competir en el mercado. Un peor desempeño en Europa da como resultado un coeficiente más bajo. Y un coeficiente más bajo conduce, de nuevo, a menos plazas.

El bucle se alimenta de sí mismo y con cada vuelta aumenta la distancia hasta el Prime.

Los datos de esta Liga de Campeones ilustran la magnitud del problema. El Villarreal, historia del fútbol europeo, ha acumulado un punto en cinco partidos y sólo ha marcado dos goles. El Athletic, que debuta en la máxima competición continental, suma cuatro puntos con un balance de cuatro goles a favor y nueve en contra.

Joelinton del Newcastle marca al Athletic en la Liga de Campeones

Joelinton del Newcastle marca al Athletic en la Liga de Campeones

David Davis

Cable PA/dpa

El Atlético de Madrid, habitualmente semifinalista hace diez años, se encuentra en una situación incómoda. Incluso el Barcelona, ​​tras la debacle de Stamford Bridge, cayó al puesto 15 en la fase liguera. Sólo el Real Madrid, con la solidez que le confieren su historia y sus recursos, se mantiene en zona de clasificación directa.

Más allá de la hierba

La solución, si existe, no es un cambio de entrenador ni un fichaje redentor. La Liga necesita una transformación estructural de su modelo económico: renegociar los derechos de televisión internacionales, donde el presidente del Gobierno los supera en más de mil millones al año; reequilibrar la distribución interna para fortalecer los clubes de tamaño medio; y presionar a favor de regulaciones europeas de juego limpio financiero que no permitan a algunas personas lo que prohíben a otras.

Mientras tanto, el 8-1 quedará como el retrato de una época. No es el marcador de un partido, sino de una época. El Primer Ministro no sólo gana en el césped; Gana en oficinas, en televisión y en cuentas corrientes.

Y La Liga, la competición que dominó Europa durante más de una década con la MSN, el Madrid de tres Champions consecutivas y el Atlético del Cholo, contempla cómo ese pasado glorioso se va desvaneciendo a la velocidad que dicta el dinero. El fútbol, ​​al final, también se juega en los balances.



Puedes consultar la fuente de este artículo aquí

Compartir esta noticia en: