7 maratones, 7 continentes y 7 días para «el sueño de una vida»
En el World Marathon Challenge todo va, nunca mejor dicho, a la carrera. Apenas hay tiempo para la emotividad en un reto frenético en el que 60 valientes persiguen completar siete maratones en siete días y en siete continentes diferentes. A las 12.39 horas, el autobús que les transporta desde el aeropuerto de Barajas llega al circuito del Jarama. Pero esta vez el recibimiento es especial, porque entre los participantes la influencer y corredora navarra Estefanía Unzu, más conocida como Verdeliss, a la que espera toda su familia, incluidos sus ocho hijos,
«Estefi ganadora, Estefi ganadora», gritaban sus familiares y amigos, que la recibieron eufórica antes de abrazarse, uno por uno, con todos sus hijos y marcharse, a toda prisa, a la línea de salida. Y ella se emocionó, mucho, pero no por mucho tiempo. Porque a la 13.00, como marcaba la organización, todos los corredores, incluida la única española participante, se lanzaron a dar las 11 vueltas al circuito que se traducirían en los 42.195 metros de la maratón.
«Te pone vulnerable, pero tengo que seguir con todo esto. Les dejo aquí y voy a intentar ser positiva. Necesito luchar contra las leyes de la naturaleza, pero el cuerpo está aguantando y estoy viviendo una película. Esto, en definitiva, era el sueño de mi vida, estoy haciendo algo increíble y ojalá les sirva de ejemplo el día de mañana», afirma Verdeliss, que posteriormente celebra como ganadora, de nuevo, el haber completado la quinta maratón.
«Ya llevamos cinco de siete. Ahora necesito unas piernas nuevas, pero lo bueno es que corro cansada, pero no dolorida», festeja entonces, antes de salir directa hacia el aeropuerto y poner rumbo a la siguiente parada, Fortaleza. «Aunque el circuito era un laberinto de asfalto, lo hemos conseguido. Aquí la cabeza ha sido fácil, con mi gente, en casa… Mis hijos corrían por mi. Ahora en las dos últimas queda lo difícil, pero cuando cruzas la meta, ya piensas en la siguiente», asume.
Rumbo a Brasil y a Estados Unidos
De la Antártida a Sudáfrica. De ahí, a Dubai previa escala en Australia, y ahora, en Madrid. Todo en apenas cinco días. Para cualquiera, solo el hecho de pensar en realizar este recorrido viajando en esos plazos sería casi una quimera. Pero si en cada parada le añades una maratón, se convierte en una especie de hazaña reservada para pocos. Muy pocos. Y aún quedan Brasil y Miami (Estados Unidos), donde el próximo jueves acabará el reto.
Ese que no solo está completando, sino que además lidera Unzu, que cuenta con 1,5 millones de seguidores en Instagram y con 2,1 millones de suscriptores en su canal de Youtube, donde sus videos acumulan cerca de 700 millones de visualizaciones. En él narra su día a día la influencer, que se hizo conocida por su faceta como madre de ocho hijos pero que desde la pandemia dio un giro de 180 grados a su contenido, hasta mostrar la vida de alguien que se ha convertido en un atleta de élite.
«Su capacidad de recuperar está por encima de la media»
«Le ha cogido gusto a correr, ha visto que se le da muy bien, ha sacrificado mucho y ahora no para», comenta Aritz, su marido, que enumera todos los retos de su mujer y sus logros. «Ahora también está haciendo las seis majors (las seis grandes maratones del mundo) y solo le queda Boston, que la corre en abril», explica, antes de recalcar «el orgullo» que les produce «como familia ver lo que disfruta cuidando su salud, tanto física como mental».
«Los niños ven como se sacrifica para lograr todos estos retos y objetivos personales, y estamos convencidos de que para ellos esa disciplina y ese esfuerzo es el mejor ejemplo que puede tener», recalca Aritz, testigo directo de cómo su mujer, tras completar más de una veintena de maratones en un año y medio, ha llevado su desafío particular a otro nivel, participando en el World Marathon Challenge 2025.
42.195 metros corriendo cada día, a los que hay que sumar los estragos de los viajes y el jet lag al pasar de continente en continente. Ya solo le quedan dos. Hasta ahora, Verdeliss ha dominado cada una de las maratones que conforman el desafío.
En la Antártida ganó en la categoría femenina y quedó cuarta en la absoluta. Y después ha logrado consecutivamente las victorias absolutas -por delante de los participantes masculinos- en las carreras disputadas en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Perth (Australia) y, también en Dubai (Emiratos Árabes) hasta llegar a Madrid, donde ha repetido.
Atleta y corredora desde que era un niña, Unzu lo dejó cuando con 19 años tuvo a su primer hijo. Pero retomó su pasión en la pandemia porque «le seguía picando el gusanillo», y lo hizo a lo grande, enfocada en lo que ahora está logrando. Y arrasando.
«Todos sus retos anteriores le han servido de preparación para este. Le dijimos que era una locura, pero ella estaba convencida. Y tiene una capacidad de esfuerzo muy grande, está pudiendo con todo», comentan sus padres, Marta y Fernando, directiva de la Federación de Atletismo de Navarra y entrenador del club Ederkin en el que Verdeliss empezó, respectivamente.
Recaudar fondos para Claudia
«Ella ha tenido siempre el umbral del dolor y de la resistencia muy alto. La capacidad de recuperación que tiene de un día para otro está por encima de la media. Y eso en un reto de superación como este es muy importante», recalca su padre, que considera «la ultradistancia como el fuerte» de lo que muchos consideran una «madre coraje», algo que rechaza ella.
«Esto sí que es una madre coraje, esto sí que tiene verdadero mérito», afirma antes de marcharse Unzu señalando a Claudia, la madre una niña de seis años que lleva el mismo nombre padece el Síndrome de Menke-Hennekam una enfermedad rara que se da por la malformación del sistema linfático y que apenas sufren 80 personas en el mundo. Y la gran motivación detrás de su reto, puesto que la maratoniana está promocionando con sus carreras fondos la recogida de fondos (van más de 7.000 euros) a través de la plataforma www.gofundme.com.
«Esto no son más que kilómetros para ella, para darle visibilidad y altavoz. Eso es lo importante», concluye Unzu antes de marcharse, como todo en la última semana, corriendo y volando hasta Brasil, donde le espera el penúltimo capítulo de un reto que, acabe como acabe, ya ha sido «un triunfo».
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