“Estaba la comida preparada para 25, no aparecen y además nos bloquean”
Todo empezó hace un mes, un lunes por la noche a las 21.00 horas. Una mujer llamó al restaurante para hacer una reserva para el viernes de la misma semana. Nada extraño hasta el momento. la mujer Solicité una mesa para 18 adultos y 7 niños.. Era un grupo numeroso por lo que el restaurante bloqueó una de sus terrazas, la más alejada de la carretera, para garantizar la comodidad y seguridad de los más pequeños. La reserva era para las 22:30 horas, “tarde”, añade Luis Longhi, “aunque los viernes recibimos a los clientes más tarde, cerrando alrededor de las 00:30 horas”.
Pero al confirmar la reserva algo salió mal. La mujer dejó un número de teléfono que no coincide con el suyo. El número desde el que llamaba terminaba en 88, pero dio uno exactamente igual, que terminaba en 99. “Nos pareció extraño”, dijo Longhi, pero no le dieron mucha importancia.
Al día siguiente, como siempre hacen para asegurarse de que todo esté listo, el restaurante intentó llamar al número proporcionado. Pero… sorpresa, el número que termina en 99 no existía. Decidieron llamar al número desde el que se había hecho la reserva, el que termina en 88, pero nadie contestó. Luego decidieron enviar un mensaje por WhatsApp y hubo respuesta. La mujer, aparentemente tranquila, volvió a confirmar la reserva. y les dijo que elegirían el menú el viernes por la mañana.
Llegó el viernes y una mujer solicitó personalmente los platos que el jamonero de Cavamontes había preparado durante la tarde para recibir al nutrido grupo con el pedido listo. Organizaron un menú de unos 600 euros solo en comida: tres tortillas, croquetas, tablas de embutidos y quesos, y todo lo necesario para atender a 18 adultos y 7 niños. El personal y la terraza estaban preparados para las 22:30, pero…no hay rastro del grupo.
Planean tomar medidas para evitar que esto vuelva a suceder.
22:45 y sin invitados en el restaurante, el gerente realiza la primera llamada, sin recibir respuesta. “Llamamos y llamamos, pero nada. Nadie respondió”, dice Longhi, “nos dimos cuenta de que, de repente, ya no veíamos la foto de WhatsApp de la persona que había hecho la reserva, lo que significa que nos acababan de bloquear”. El grupo nunca apareció.
“Hoy gracias a las redes sociales podemos saber quién es esa persona y ya hemos presentado una denuncia ante la Guardia Civil”, explica Longhi. No sólo perdieron los 600 euros en comida, sino que además tuvieron que mantener cerrada la terraza toda la noche.perdiendo la oportunidad de recibir otros clientes. La sensación de haber sido engañados fue lo que más les dolió. “Querían hacer daño porque los viernes siempre nos abastecemos. No podemos imaginar que alguien pueda hacer algo así”, dice Luis Longhi, todavía incrédulo.
Tras este episodio, Cavamontes se plantea seriamente realizar algunos cambios en su política de reservas. Una idea que se baraja es pedir una pequeña cantidad por persona como garantía.algo que se podría hacer fácilmente a través de Bizum. De esta forma se aseguran de que las personas que reservan realmente tienen la intención de venir.
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