Hallan las herramientas para reparar el ADN dañado ligado al envejecimiento o el cáncer
Científicos de las universidades de Sheffield y Oxford (Gran Bretaña) han descubierto una nueva “caja de herramientas” para reparar el ADN dañado que puede provocar enfermedades como el envejecimiento o el cáncer.
Publicada en Nature Communications, la investigación muestra que una proteína llamada TEX264, junto con otras enzimas, es capaz de reconocer y «comer» proteínas tóxicas que pueden adherirse al ADN y dañarlo. Una acumulación de ADN roto y dañado puede provocar envejecimiento celular, cánceres y enfermedades neurológicas como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
Hasta el momento se desconocen los medios para reparar este tipo de daño en el ADN, pero los científicos esperan aprovechar este nuevo conjunto de proteínas reparadoras para protegernos del envejecimiento, el cáncer y las enfermedades neurológicas.
Los hallazgos también podrían tener implicaciones para la quimioterapia, que provoca deliberadamente roturas en el ADN cuando intenta matar las células cancerosas.
Los científicos creen que apuntar a la proteína TEX264 podría ofrecer una nueva forma de tratar el cáncer.
“Si no se reparan las roturas del ADN en nuestro genoma, esto puede afectar nuestra capacidad de llevar una vida saludable en la vejez, además de hacernos vulnerables a enfermedades neurológicas como la enfermedad de la neurona motora (EMN). Esperamos que al comprender cómo nuestras células reparan las roturas del ADN, podamos ayudar a superar algunos de estos desafíos, así como explorar nuevas formas de tratar el cáncer en el futuro”, afirmó Sherif El-Khamisy, cofundador y subdirector del Instituto Saludable. en la Universidad de Sheffield.
Para Kristijan Ramadan de la Universidad de Oxford, uno de los líderes de la investigación, «el descubrimiento de TEX264, una proteína que forma la maquinaria especializada para digerir proteínas tóxicas en nuestro ADN, cambia significativamente la comprensión actual sobre cómo las células reparan el genoma. y, por tanto, protegernos del envejecimiento acelerado, el cáncer y la neurodegeneración. «Creo que este descubrimiento tiene un gran potencial para el tratamiento del cáncer en el futuro y ya estamos llevando a cabo nuestra investigación en esta dirección».
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