España y el tablero de ajedrez mundial
El nuevo orden mundial (NOM) es un término que suena a película de espías, pero es una realidad que ya va tomando forma, caracterizada por la creciente competencia geopolítica, multipolaridad, reconfiguración del poder y relaciones internacionales.
Este nuevo escenario está marcado por tensiones económicas, tecnológicas y militares junto con importantes crisis migratorias y de lucha por los recursos estratégicos del planeta, que están transformando las cadenas de suministro internacionales.
De esta manera, la globalización, que percibíamos como una fuerza unificadora e imparable, está dando paso a una mayor fragmentación en la que los distintos bloques y sus alianzas fomentan una rivalidad que comienza a configurar una nueva realidad económica y política a nivel mundial.
El escenario global dista mucho del siglo XX, cuando dos superpotencias, Estados Unidos y la URSS, dictaban las reglas, mientras que ahora es más complejo ya que conviven múltiples actores que redefinen las reglas del juego, como China, Rusia, el Unión Europea y las economías emergentes, además de unos Estados Unidos que donald triunfo quiere reforzarse frente al gigante asiático que, hace apenas dos décadas, era la fábrica del mundo y ahora compite en innovación tecnológica y como gran inversor, comprando numerosos recursos y activos estratégicos en el planeta.
Esta situación obliga Europa estará entre la espada norteamericana y la muralla chinaEl proteccionismo norteamericano y la expansión tecnológica china, que ante la falta de posicionamiento nos deja en tierra de nadiesin un rumbo definido, llegando a la parálisis por el análisis, con la burocratización y erosionando las bases económicas europeas.
Así, la NOM parece desafiar a las economías más abiertas y dependientes, como España que depende del comercio exterior mantener su dinamismo yexportando más del 40% de su PIBentre bienes como alimentos y vehículos y servicios como turismo, telecomunicaciones y consultoría, Siendo Europa el destino de más de la mitad de ellos, seguida de América Latina y África.
Por ello, nuestra economía, adicta a los ciclos económicos globales, vive un momento clave dentro del NOM, donde EE.UU. y China se disputan la hegemonía mundial mientras Europa sólo regula, promoviendo la paralización por regulaciones o perjudicando gravemente a industrias competitivas, a lo que es Sumado la transformación del escenario energético debido a diversos conflictos, lo que ha dejado claro que la interdependencia energética puede ser la espada de Damocles.
Para España, la La pertenencia a la UE ha sido un salvavidas en momentos críticos, pero debido a la dificultad intrínseca que existe para facilitar los negocios, nos enfrentamos ahora al síndrome de la sobrerregulación europea, con el que debemos implementar reformas profundas sin estrangular nuestro tejido empresarial compuesto mayoritariamente por autónomos y pymes que luchan para sobrevivir. Es difícil no preguntarse si Europa realmente comprende las necesidades de países como el nuestro.
Sin embargo, la falta de una política exterior coherente nos está convirtiendo en un país de “pan y circo” que mira el espectáculo desde las gradas, aplaudiendo mientras los demás se mueven, en lugar de ser un actor poderoso y posicionarnos ante ese NOM que aparece en el horizonte.
Mientras que a los países les gusta China e India priorizan el crecimiento económico a cualquier precio, Europa nos impone reglas que nos hacen menos competitivos, lo que, junto con la falta de reformas estructurales en el mercado laboral, las pensiones o la fiscalidad, puede convertirnos en el enfermo crónico de Europa.
La reflexión que debemos plantearnos es si en lugar de buscar cómo sobrevivir en este nuevo escenario, aprovechamos los recursos de nuestra economía para deja de ser un simple peón de este ajedrez global y convertirnos en una pieza clave para prosperar, desarrollando nuestra capacidad como líder en energías renovables o como puerta de entrada a hidrógeno verde ccon los que abastecer a Europa, fomentando la deslocalización de actividades como oportunidad para recuperar parte del tejido industrial perdido en décadas anteriores y reducir nuestra crónica tasa de desempleo estructural, desempleo juvenil, fuga de talentos y fuga de capitales, para crear empleos de calidad y convertirnos en un actor importante en el nuevo mapa geoestratégico que se está configurando.
Además, nuestra posición geográfica nos aporta una serie de ventajas clave como la Entrada al norte de África, el puente entre Europa y América Latina.además de tener una conexión estratégica con mercados emergentes.
Estamos en un momento clave y no debemos dejar pasar este tren porque el NOM no tendrá piedad con aquellos países que se queden atrás, otorgando liderazgo a quienes sepan combinar adecuadamente competitividad, innovación, sostenibilidad y cohesión social, además de trabajando juntos hacia un futuro ambicioso. y prósperos, pero ¿tenemos la voluntad de intentarlo?
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