El BBVA está dispuesto a profundizar en sus compromisos sobre crédito a pymes y pagos para poder comprar el Sabadell
El BBVA no desiste y está dispuesto a profundizar en los compromisos que se ha ofrecido a asumir ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para que dicho organismo le apruebe la absorción del Sabadell que pretende realizar mediante la oferta pública de adquisición (opa) que lanzó el pasado mayo. La institución presidida por Cani Fernández consideró hace unos días que hay dos aspectos concretos en los que la eficacia de dichos compromisos debía ser analizada en mayor profundidad y que son, por tanto, susceptibles de ser aclarados o ampliados: el crédito a las pymes y el negocio de pagos físicos vía TPV (terminales de punto de venta) y pagos online. Son, por tanto, los aspectos en los que el banco deberá trabajar más con la CNMC en las próximas semanas y meses.
El organismo público, así, complicó hace dos semanas el futuro de la operación al decidir llevarla a la conocida como segunda fase de análisis, en lugar de aprobarla ya subordinada al cumplimiento de los compromisos propuestos por el BBVA, como apoyaban sus técnicos y hubiera sido lo habitual. Frente a ello, la CNMC consideró que el análisis en primera fase no permitía «descartar riesgos potenciales para la competencia» en ciertos campos y decidió ampliar su estudio al entender que «no se puede concluir que los compromisos presentados en primera fase (por el BBVA) resuelvan todos los problemas identificados».
La autoridad de competencia, en concreto, detectó cinco riesgos: que la entidad resultante empeorase las condiciones comerciales a los particulares y pymes allí donde quedase como único operador o con reducida competencia; que provocase exclusión financiera por el cierre de oficinas; que redujese el crédito a las pymes; que encareciese el servicio de pagos físicos vía TPV y pagos online a los comercios que los contratan; y que empeorase el acceso al servicio de cajeros a los clientes del Sabadell.
Nuevos compromisos
Para abordar estos potenciales problemas de competencia, el BBVA propuso 14 compromisos, según ha explicado la CNMC. El organismo consideró que eran suficientes, salvo en dos aspectos. Por un lado, el crédito a las pymes, donde entendió que necesitaba conocer la opinión de los agentes del mercado sobre dichos compromisos para valorar si eran suficientes o no. Y por otro, el negocio de pagos, respecto al que fue más contundente: la propuesta de la entidad «resulta insuficiente, ya que adolece de concreción y no permite concluir que puede resolver de forma completa y efectiva el problema identificado».
En este sentido, el BBVA se comprometió, entre otras medidas, a mantener los precios medios nacionales a las pymes en la concesión de crédito nuevo en aquellos 69 códigos postales en los que quedaría en monopolio o duopolio y en los 91 adicionales en los que se enfrentaría a solo dos competidores. La CNMC concluyó que «no se puede descartar» que ello pueda empeorar las condiciones actuales «y sea, por tanto, un compromiso idóneo y eficaz«. Es, en consecuencia, uno de los aspectos donde se podría producir una ampliación de los compromisos, por ejemplo aceptando el banco no aplicar el precio medio nacional si es mayor que el actual.
Un segundo aspecto que afecta a las pymes, pero de alcance más amplio, es el riesgo de que se reduzca el crédito a estas empresas. Para evitarlo, el BBVA propuso mantener durante 18 meses todas las líneas de capital circulante con plazo de terminación o renovación igual o menor a un año a las que sean clientes del Sabadell, así como todo el volumen de crédito a las que no trabajen con otros bancos. La CNMC juzgó que no disponía de la información necesaria para valorar si era «adecuado y efectivo» en el «tiempo de duración» previsto, con lo que pareció dejar la puerta abierta a valorar positivamente una ampliación de dicho plazo de 18 meses.
Estrecha colaboración
En el negocio de pagos, por su parte, la CNMC no reveló el compromiso propuesto por el BBVA para respetar la confidencialidad del mismo, más allá de apuntar que el banco estaba dispuesto a desinvertir parte de su participación en ciertas sociedades de gestión e infraestructuras de pagos. En cualquier caso, la institución apuntó que era «insuficiente» para resolver el riesgo de empeoramiento de las condiciones para los comercios, de manera que tampoco es nada descartable un incremento de dichos compromisos, como pudiera ser mediante un mantenimiento de los precios durante un periodo de tiempo más amplio del que podría haberse sugerido en primera fase.
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El BBVA ya dejó clara la semana pasada su disposición a profundizar en todo ello: «El banco continuará colaborando estrechamente con la autoridad para culminar cuanto antes el acuerdo de compromisos y la autorización del expediente». Tiene dos posibilidades para mejorar dichos compromisos: proponerlo directamente a la CNMC o esperar a que esta se lo sugiera en el conocido como ‘pliego de concreción de hechos’, que sus técnicos elaborarán más adelante, una vez hayan escuchado a los interesados que se están personando en el proceso y hayan realizado las pruebas que consideren oportunas. El grupo confía en que el dictamen de la CNMC pueda llegar en el primer trimestre del 2025, pero el Sabadell -que se opone a la operación- lo calcula para el segundo.
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