la defensa subraya que los acusados sabían que iban a «abusar de una mujer dormida»
Minutos antes de empezar la audiencia, un discreto y burlón “cumpleaños feliz” emergía de entre los acusados. Este miércoles es el aniversario de Dominique Pelicot y, seguramente, jamás imaginó pasarlo en un box de alta seguridad, acusado de haber drogado y violado a su mujer para luego ofrecerla a otros desconocidos durante 10 años. Se creía impune, y así lo afirmó en una de las declaraciones policiales cuando se le preguntó por qué no había borrado los discos duros escondidos en el garaje, tras el primer registro policial en su domicilio. Ya entonces dijo que creía que la policía jamás los iba a encontrar.
El cumpleaños del principal acusado coincide con el último día en el que la fiscalía anuncia sus peticiones de condenas. A excepción de Dominique –que se enfrenta a 20 años de cárcel, la máxima pena–, el ministerio fiscal pide 16 años para Jérôme V., 17 para Mohammed R., quien ya se encuentra cumpliendo condena por haber violado a su hija de 14 años en 1999, y 18 para Romain V.
Precisamente Romain V. es uno de los que más veces violó a Gisèle. Y lo hizo sin protección, a pesar de ser seropositivo porque, según él, “no tuvo tiempo de informar a Dominique Pelicot”. El acusado admitió que en ningún momento la mujer le dio su consentimiento, pero se excusó en que sí lo hizo su marido. Victimizándose, Romain dijo que se había sentido presionado y que había sentido miedo ante la insistencia de Dominique para que violara a Gisèle, con comentarios como: “Mi mujer está lista para ti” o “aprovecha”. Pelicot niega los hechos, pero lo desmienten las seis veces que el acusado acudió a la casa del matrimonio y las conversaciones registradas entre ambos durante un año.
El turno de la defensa
Tras la fiscalía, este miércoles, la abogada de Dominique, Beatrice Zavarro, ha iniciado la ronda de los alegatos de la defensa. Era lo más esperado de la jornada. Frente a la puerta de la Sala Voltaire, una larga fila de periodistas, en su mayoría mujeres, esperaban para poder entrar y escuchar a la letrada.
Su papel es cuando menos difícil, pero esencial en este proceso que está marcando un antes y después en los juicios por violencia machista en la historia de Francia. Zavarro ha insistido desde el primer día en que su papel no es defender a Dominique, puesto que su cliente ya se ha declarado culpable y ha admitido todos los cargos de los que se le acusa. Su trabajo, afirma, es desenmascarar al resto de acusados, quienes niegan haber violado “conscientemente” a Gisèle, a pesar de los vídeos y las conversaciones encontradas por la policía.
«La abogada del diablo»
La letrada ha demostrado durante todo este proceso que hay muchas maneras de hacer justicia. “Desde el 2 de septiembre he sido bautizada, lamentablemente, como la abogada del diablo –ha cuestionado–. Pensé que el abogado del diablo haría el alegato el viernes 13, pero la coincidencia del calendario hizo que empezáramos estos debates en mi cumpleaños, y hoy yo estoy alegando en el tuyo, Dominique”, ha afirmado Zavarro en su declaración, que se ha alargado más de una hora.
Con una gran templanza y recitando tranquilamente su discurso, ha proseguido: “Asumo la defensa de Dominique Pelicot. La asumo porque él me dio la confianza, y es mutua. (…) Somos tú y yo contra el mundo entero, y este vínculo que formamos me llevó a una soledad extrema”. Entonces Zavarro se girado y se ha dirigido a Gisèle: “La humildad es girarme hacia usted, su hija y sus nueras para decirle lo mucho que la admiro y respeto. Respeto su condición de parte civil. Tengo un profundo respeto por usted y por la dignidad y calidad de debate que, a pesar de todo, ha expresado en este tribunal”. Dominique la escuchaba con atención y no ha podido contener las lágrimas.
«Busco un cómplice perverso»
Tras estas primeras palabras, la abogada ha procedido a desgranar el sumario judicial y lo vivido en las últimas semanas de juicio. No ha dejado nada al azar. Ha repasado la infancia de Dominique, su perfil psicólogico y las conversaciones entre su cliente y el resto de acusados para demostrar que son tan culpables como Pelicot: “Dominique lo anunció muy claro en la web ‘Cocco’: “Busco un cómplice perverso para abusar de mi esposa dormida”. (…) No es mentiroso ni un manipulador, como dicen algunos psicólogos”, ha mantenido Zavarro. “Si lo fuera, esos hombres que renunciaron a ir habrían acabado acudiendo al domicilio del matrimonio”, ha insistido la abogada. “Sin esa red, este expediente no existe. Dominique Pelicot no existiría”.
[–>
El proceso de Mazan entra en la recta final. El veredicto se espera para el 20 de diciembre. Ahora la pregunta es si el caso Pelicot conseguirá cambiar el Código Penal de Francia para incluir el consentimiento, la sumisión química o endurecer las penas por violencia sexual. Ese debate, y posible cambio, no solo hay que agradecérselo a Gisèle Pelicot, también a Beatrice Zavarro, porque a veces en el lado contrario también hay aliadas.
Suscríbete para seguir leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí