El próximo congreso de la FSA se celebrará en el Niemeyer
El presidente Adrián Barbón, que sabe de cobrar protagonismos, anunció ayer en la presentación del último libro de Román A. Álvarez González que «el próximo congreso de la FSA-PSOE se celebrará en Avilés, en el Niemeyer». No dijo, sin embargo, cuándo se producirá el cónclave socialista regional -este fin de semana está previsto el federal-: lo dirá el martes, a la vuelta de Sevilla.
El anuncio de Barbón tuvo su porqué. Ayer participó en el bautizo de «Crónica de una esperanza. Agrupación socialista de Avilés (1899-1924)», de Álvarez González, el primer libro de una enciclopedia de cuatro volúmenes para celebrar -lo recordó Luis Ramón Fernández Huerga, el actual secretario general de la agrupación- el centésimo vigésimo quinto cumpleaños de su organización. En este libro se recoge «la primera historia de los miserables de Avilés al servicio de las élites que acaparan la gloria y el botín», en palabras del autor del primer volumen de la monografía. «Ya saben que la Federación Socialista Asturiana se fundó en 1901 -dentro de nada estaremos celebrando también nosotros el 125.º aniversario-», comenzó Barbón. «El 8 de septiembre de 1903 se celebró en Avilés el tercer congreso de la FSA porque los líderes regionales consideraron que Avilés era un lugar por el que apostar», añadió. «Por eso queremos honrar a los hombres y mujeres socialistas que hicieron estos ciento veinticinco años de historia socialista», destacó.
Y se llevó un aplauso de la concurrencia a la celebración: la salida de lo penúltimo del historiador avilesino y antiguo concejal de Cultura, que estuvo acompañado en el salón de actos del hotel Palacio de Avilés por sus compañeros de partido, por la parte socialista del actual gobierno avilesino y por los exalcaldes Santiago Rodríguez Vega y Pilar Varela bajo cuyo mando desarrolló Álvarez González su labor política.
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Fernández Huerga fue el primero que tomó la palabra en un acto que se completó con las apreciaciones de Carmen Suárez, la directora de la Fundación José Barreiro y por el presidente del Principado, que no cesó de ponderar las virtudes cardinales de los socialistas -así, en general- y de Álvarez González, en particular.
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