El consumo de electricidad vuelve a crecer en 2024, pero a un ritmo muy inferior al del plan climático del Gobierno
Después de una caída casi en picado en los últimos seis años, marcados primero por la pandemia y después por la crisis energética, que le hizo retrotraerse a niveles de hace dos décadas, la demanda de electricidad vuelve a repuntar este año. A falta de unos días para el cierre de 2024, el consumo de energía eléctrica acumula un alza del 1,4% hasta rondar los 247.000 gigavatios-hora (GWh), una vez descontados los efectos de temperatura y laboralidad, según los datos publicados por Red Eléctrica (REE).
La cifra está en línea con las estimaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que auguraba un alza del 1,5%, según recoge en la memoria sobre la propuesta de peajes para este año. Y también con las de la propia REE, un poco más optimistas, que elevaban la tasa al 1,6%. Pero está muy lejos del objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), aprobado en septiembre por el Gobierno y que marca la senda a 2030.
Esa hoja de ruta, que sienta las bases de la política energética y climática de España en los próximos seis años, tiene como fin último alcanzar la neutralidad climática antes de 2050. Y para ello plantea un crecimiento de la demanda del 45% de 2023 a 2030. “Para alcanzar (el objetivo del PNIEC), deberíamos aumentar la demanda eléctrica en un 6,2% anual de aquí a 2030”, estima el director general de APPA Renovables, José María González Moya.
Ese objetivo supondría multiplicar por cuatro el ritmo de crecimiento actual. Sin embargo, nada hace indicar que algo parecido vaya a ocurrir próximamente, ni el repunte de este año, ni tampoco las previsiones sobre el próximo. La CNMC augura un crecimiento del 1,3% el año que viene, lo que llevaría a la demanda hasta los 251.906 GWh. Como referencia, en 2019 se situaba en 264.635 GWh. Es decir, casi un 7% superior a la actual.
El problema no es menor porque el incremento de la demanda de electricidad es fundamental para alcanzar los objetivos de penetración renovable, también definidos en esa hoja de ruta y que aspiran a alcanzar el 81% del total de la generación de electricidad. Y en ese caso sí, el ritmo de crecimiento resulta imparable ante el desarrollo de instalaciones eólicas y fotovoltaicas que llevaron a cerrar 2023 con una penetración renovable en el ‘mix’ eléctrico del 50%, que asciende al 56% este 2024.
Cambio de rumbo
En cualquier caso, el repunte es todo un hito, sobre todo, si se tiene en cuenta que es la primera vez que el consumo crece tras la crisis energética, que llevó a la demanda de energía eléctrica a cerrar 2023 en poco más de 244.000 GWh, el nivel más bajo de las últimas dos décadas. La razón de semejante descenso se debe, además del alza de los precios de la energía, que llevaron a frenar la actividad económica, al autoconsumo y la eficiencia energética.
En España ya hay más de 8 gigavatios (GW) de potencia instalada de autoconsumo, que son el equivalente al 3,7% de la demanda eléctrica, según APPA. Este tipo de instalaciones reducen la demanda de electricidad porque el tiempo que el consumidor utiliza la energía que generan sus propios paneles solares no se alimenta de la red eléctrica, con lo cual a más autoconsumo, menor demanda de electricidad. Y aunque en 2023 el ritmo de instalación de placas solares se ha ralentizado, después de tocar techo en 2022, este tipo de instalaciones siguen creciendo.
Cambio de usos
“El incremento de demanda debe ser consecuencia de una electrificación de los consumos fósiles (gas y carburantes) que debemos importar y de los que carecemos. De forma que la transición energética no solo tenga sentido medioambiental, sino también económico para nuestro país”, defiende González Moya. Y de momento no se aprecia un gran cambio del coche de combustión al eléctrico ni de las calefacciones de gas a la bomba de calor.
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Tampoco en el caso de la industria. Según los últimos datos publicados por Enagás, el operador del sistema gasista, la demanda de gas natural se redujo un 6,3% en el acumulado entre enero y noviembre de este año respecto al pasado, pero lo hizo por el descenso de la producción de electricidad con gas (ciclos combinados) ante el incremento de la generación renovable, mientras que el consumo industrial repuntó un 4%.
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